Cartas Antes De Mi Apoptosis

Tiempo

Tiempo.

Siento que se me acaba el tiempo. ¿Qué puedo hacer para detenerlo?

Necesito quedarme aqui, necesito estar en un lugar seguro. Un lugar donde el tiempo no me alcance. Un lugar en donde el tiempo solo sea una palabra sin sentido, significado o hecho.

Tiempo.

El tiempo se nos acaba. No podemos sostenerlo.

No le interesa quienes somos, cuán grande es nuestro miedo hacia él, ni el dolor que nos produce el escuchar su nombre.

Tiempo.

Nuestros amigos se han ido, estan haciendo sus vidas.

Estudian, trabajan, progresan, tienen hijos, envecejen.

Envejecen...

No quiero envejecer, me da miedo.

"La sabiduria viene de los años", No me interesa.

El tiempo avanza, no perdona a nadie, arrasa con los momentos buenos de la persona, volviendonos cada vez más encorvados, arrugados... incapaces.

¿Qué puedo hacer? Ya he orado demasiado, pero el tiempo sigue existiendo.

No quiero morir.

No quiero morir.

No quiero morir.

No puedo...

Tengo tanto por vivir.

Quiero hacer tantas cosas.

Quiero ver todo lo que el mundo tiene para mi.

No quiero que mis padres mueran

No quiero que mis hermanos mueran

Nacho...

No me imagino una vida sin mi hermano mayor.

Sin sus bromas, guasadas... sin todo lo que es.

Sin él, la vida sería aburrida, monótona, silenciosa.

No quiero verlo morir.

No quiero verlos morir.

No... quiero morir.

O tal vez... si quiera hacerlo, pero sin el dolor de saber que, algún dia, ellos también lo hagan. O sufran por el dolor que mi perdida representa.

El dolor de perder a un hijo otra vez seria desastroso, por eso me quedo aqui. En la tierra, a pesar de todo el dolor, incomprensión y fracaso que me rodea. Me siento sola, abrumada... tratando de complacer a un padre de estudiar una carrera la cuál no quiero, pero duele mucho ser vista con esos ojos.

Ojos decepcionantes, mirada afilada, voz gruesa y fria parecida a la antártida misma. Tengo miedo de todo: del tiempo, la vida, la muerte, el fracaso; el presente, el futuro y del fin.

Del fin de todo.

Pero, aunque no quiera o no lo deseé... pasará.

Y eso es lo que me aterra más.

Qué, no importa lo que hagamos y cuánto nos esforzemos, va a ocurrir. Tarde o temprano lo hará.

Tarde o temprano vamos a morir.
Tarde o temprano, los que amamos también lo harán.
Tarde o temprano, nuestra casa, objetos y momentos serán vendidos, destruidos, se perderán y pasarán.
Tarde o temprano, ese collar o esa pulsera que atesoramos cual santo se perderá para nunca volver a ser encontrado, y de objeto se convertirá en un alegre, pero nostálgico recuerdo.
Tarde o temprano, lo que hagamos, lo que escribamos o incluso nuestra presencia misma será olvidada y hundida en las arenas del tiempo.

Uno que es injusto. Uno que borra todo y no siente nada al hacerlo.
Un monstruo apático y con el único propósito de destruir.
Bienaventura aquel que aún preserve su nombre en la lengua de la gente, pues su esencia aún prevalece y ni el tiempo la borrará facilmente.

Solo espero que mis palabras sigan teniendo en su ser el nombre de quien las escribe, pues ésta teme ser olvidada y envuelta por el manto del cruel olvido.

¿Alguién me recordará mañana si llego a fallecer? ¿Alguién en algún momento sabrá de mi o de mis escritos en ciertos sitios web? ¿Sabrá que mi sueño era tener un libro en fisico y que no pude cumplirlo, y tomará determinación para lograr su sueño?
¿Seré ejemplo bueno de los jovenes que lean mis obras?
¿Seré recordada por la gente como alguien apasionada, buena y extraña, o me acusarán sin poder defenderme de ser la basura más vil, pútrida y asquerosa que haya pisado este planeta?

Eso si es horrible, pero asi es la vida.

La vida llega a ser injusta, dolorosa. Igual de cruel que el tiempo. La vida es un reloj de arena: la arena de cada ser es diversa en muchos aspectos, suele ser diferente, pero nunca suficiente. Al final, se acabará inevitablemente.

Temo muchas cosas. Una de ellas es ser recordada por escribir esta prosa sombría y lúcida.

Pero, pensandolo bien: todo ese odio, esas miradas e ira no son para siempre. La gente aveces se cansará de odiar, lo olvidarán o simplemente morirán. Y el odio será eso:
Una emoción limitada por la crueldad del tiempo y el manto del olvido.

Hasta que la última pregunta sea:
¿Dónde estan aquellos que odiaban y aquel que era odiado?
¿Dónde estan?
¿Dónde está?

¿A dónde se fueron?

Fácil de responder.

El tiempo se los llevó.



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En el texto hay: realismo, prosas, prosas poeticas

Editado: 09.06.2025

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