Soy humana, es normal sentirlo.
No podemos evitar sentir algo como la envidia.
La palabra se siente mal, se escucha mal y claramente, lo es.
Mi familia es humilde. Vendemos comida en un restaurante familiar que ha sido de años.
Llegó un punto en el que también me tocó ayudar en el Local. Mi padre fue claro cuando me lo dijo:
«Tú no pasarás nunca por encima de tus hermanos. Eres mi única hija, si, pero ninguno de mis hijos tendrá corona.»
Y lo entendí.
Lo entendí cuando comencé a bajar los fines de semana en las mañanas, cuando yo solía dormir hasta el mediodía. Bajaba solamente para comer cazuela, guatita o encebollado. (Ya no hacemos encebollado).
Mi hermano mayor no quería estudiar en esos tiempos, por lo que su única obligación era: cuidarnos a mi y a mi hermano menor, ayudar en la casa y los fines de semana, abrir el local y sacar las cosas. Todos los viernes siempre tenía que bajar y limpiar todo.
Sillas.
Mesas.
Pisos.
Los bancos.
La hornilla.
A lo demás, se le pasaba el trapo o se echaba agua.
Posiblemente mi padre lo levantaba a las 7:00 A.M los fines de semana. Bajaba y cumplía con la rutina. Todo para que, ya a las 9:00 A:M, comenzará a llegar gente a pedir cazuela y diversidades que vendíamos.
¿Yo? No hacía nada.
Mientras mi hermano mayor estaba en el local, junto con nuestros padres. Yo estaba arriba, gozando de la televisión y la suavidad de los muebles. Solía, incluso, cocinar en secreto lo que hubiera en la nevera.
De ahi, nace mi amor a cocinar.
Bajaba solamente cuando los rayos del sol estaban lo suficientemente dorados como para indicar que eran las 2:00 P.M, a nadie le importaba, era una niña. Mi hermano mayor siempre fue—y es— gracioso. No importase la situación, él puede ser lo que sea.
Un payaso.
Un "Guaso".
Un bromista.
Él lo era todo. Sin importar las cosas que le pasarán. Siempre tiene esa sonrisa en el rostro y unos comentarios tan bien planeados que hacen reir a la familia y alejarnos de la incomodidad que representa el silencio.
Tal vez envidiaba mi paz, mi tranquilidad y mi comodidad. Nunca lo dijo, pero tal vez lo pensó. Y ahora que tengo 19 y el 24 y seguimos ayudando en el restaurante, aunque él tenga trabajo en un hospital, yo envidio a los niños que van jugando por ahi.
A los que tienen vida.
A los que van pasando.
A los que entran a comer.
A los que son libres de un negocio maldito.
A los que hacen planes los fines de semana.
Y a los ricos, por vivir sin preocupación y con dinero que ni ellos saben usar bien.
Nunca duermen intranquilos sobre el que comerán mañana y que se hará para la siguiente semana. Para ellos, nunca hay dias malos. Solo buenos.
¿Para nosotros? Existen los dias malos, dias buenos, y dias en donde son tan horribles que no se vende nada y solo llegamos a recaudar $30 dolares.
Ha llegado gente famosa incluso a comer a nuestro local. Siempre suelo verlos y pensar: ¿Si les contáramos que tan jodidos estamos... nos ayudarán?
Tal vez si, tal vez no.
Nunca lo sabré. No vivo en la mente de un famoso.
Al igual que no vivo en la mente de un escritor famoso y altamente reconocido.
Suelo sentarme en la mesa, frente a mi laptop. Queriendo escribir lo que sea, solo un diálogo, por más pequeño que sea, quiero que se me ocurra algo.
Nada.
No se me ocurre nada.
Mis ideas siguen flotando en el vendaval del bloqueo que las matiene lejos de mi creatividad, la cual siento que ya me abandono. Cansada de intentar alcanzar las ideas desde el suelo.
¿Cómo le harán los escritores que empezaron por donde yo estoy? Wattpad, Booknet... Todo me ha estado yendo mal.
No tienes talento.
No importa cuánto intente o cuando videos vea, nada se me retiene.
Qué pesima memoria.
Ni siquiera importan mis intentos, nunca me haré reconocida.
Qué pena.
Nunca tendré lectores que esperen el siguiente capitulo, o esperen mi firma, o me digan en los comentarios cuánto me quieren.
Mereces lo que te está pasando.
Las otras escritoras suben apenas el prólogo de una nueva historia y ya lo notan.
No eres como ellas.
Apenas tienen una idea y la plasman al papel sin dificultad. Nunca tienen problemas.
Nunca serás como ellas.
La vida de otros es tan fácil.
Debes ser como ellas.
Tal vez si actuo como ellas...
Podrás ser querida.
Podre ser amada...
Serás reconocida.
Podre ser reconocida.
Asi tengas que robar su forma de escribir.
Asi tenga que aparentar ser otra persona.
Asi tengas que robar la manera en la que hacen sus diálogos.
Asi tenga que mentirme a mi misma.
Asi tengas que robar sus ideas.
Debes ser como ellas.
No existe otra forma.
Se comerán tus sueños si no los cumples.
Nunca serás nadie.
No tendrás a nadie.
Seguirás sola si mantienes tu autenticidad.
A nadie le gusta la tú original.
D.E.B.E.S S.E.R O.T.R.A S.I E.S Q.U.E Q.U.I.E.R.E.S S.E.R F.E.L.I.Z
¡NO!
¡ESTO NO ESTA BIEN!
¡TODO ESTO ESTA MAL!
¿Qué estas haciendo?
La envidia es tóxica, es mala. Tiene su lado bueno, humano. Pero esto...