Él sentado en un parque recuerda la flor que perdió, su sonrisa tímida, aquella que lo enamoró, su fortaleza admirable esa que le dió valor. Su esencia aquella que se marchó y recuperarla en un sueño imposible se convirtió.
Ese mismo día se propuso escribir.
Escribir cada uno de sus pensamientos para dejar fluir ese dolor, para dejar de sufrir y volver a vivir. Escribir cuanto ha sufrido con su partida y aún así seguirla amando como la primera vez, como el mar puro y cristalino mezclado con el más rico dulce, sus labios.
Treinta cartas, treinta cartas que ayudaron a superar cada barrera que lo detenía de su constancia, de su avance en la vida hacía la felicidad.
Treinta cartas que lloró, río y sintió con cada parte de su ser.
Treinta cartas que lo ayudaron a olvidar, borrar y comenzar de cero.
Y el querer comenzar de nuevo, de cero para que todo el mundo vuelva a girar, regrese a su lugar, que todo vuelva a empezar para seguir brillando en la oscuridad.
Treinta cartas que cenizas serán.
Treinta cartas que hoy quedarán en el olvido, para comenzar de cero.
Y volver a buscar la felicidad.
Nota:
A partir de la Carta 11 o 12 INICIA realmente la historia. Es una novela narrada en cartas (en su mayoría), con respuestas o versos de parte de los protagonistas.
Espero que no se aburran en las primeras cartas, las escribí con muchos sentimientos