Carta 01
HENRY PETERSON
Ayer, te vi en el café,
tan hermosa como un estrella,
que brilla, hechiza y deja todo encantado a su manera.
Yo sentado, solo observando tu belleza me preguntaba que hicistes para cautivarme de esta manera.
Tu risa tierna, tus dulces labios, oh hermosa dama que pecado he cometido yo, estoy dispuesto a pagar mi condena.
Pero aún sentado en mi lugar no logre conseguir el valor para decirte lo mucho que te admiraba.
Y te vi, te vi salir con una sonrisa en la cara, tan feliz que me contagiastes sin duda tu felicidad, no obstante una vez más me iba solo.
Y con tan solo el recuerdo de tu risa tierna recorrer cada centímetro de mi.