1. El comienzo

Estoy entusiasmada, hoy comienzo mi trabajo como diseñadora de interiores, que fue lo que estudié en la universidad, ayudar a las personas a decorar y diseñar sus casas es mi pasión.

Me visto con una falda negra que me llega un poco más arriba de las rodillas, una blusa blanca simple y tacones negros. Tengo que estar presentable para mi primer día de trabajo, quiero dar una buena impresión. Tomo desayuno rápido, cojo mi bolso y algunas carpetas que dentro tiene distintas páginas con diseños del interior de algunas casas. Salgo de mi casa y como todos los días reviso mi buzón, lo primero que encuentro son facturas de deudas, como luz, agua, bancos, entre otros, sin embargo, una carta llama mi atención. Tiene mi dirección en el sobre, y lo abro. Comienzo a leer la carta, y mi cara cada vez más es de extrañeza, ¿quién me escribe cosas así? ¿y que me conoce hace años? eso me da un poco de miedo... y firma con una "M". ¿Mi amiga María? no, no puede ser ella, con ella nos vemos casi todos los días. ¿Mi medio hermano Marco? no creo, con esa carta pareciera que está "enamorado" de mí, si bien con él no nos vemos hace años, sí tenemos comunicación de vez en cuando.

Miro hacia todos lados, esperando ver a alguna persona sospechosa que hubiera enviado la carta. Sin éxito, la guardo en medio de las carpetas, me subo a mi auto y conduzco hacia las Oficinas Williams.

Estaciono el auto y subo por el ascensor, presiono el botón del piso cinco. Me encuentro con un hombre de tez morena, ojos verdes y sonrisa perfecta. Me sonríe.

—Buenos días —me saluda. Yo le respondo de la misma manera y le sonrío de vuelta— ¿Primer día?

—Sí. Estoy un poco nerviosa —le confieso.

—No lo estés, acá son todos muy agradables, incluido yo —ríe despacio.

—¿Tú también trabajas acá?

—Sí —me sonríe y el ascensor llega al piso cinco. Los dos salimos de él, y caminamos hacia el lugar. Nos despedimos, y una chica se acerca a mí.

—¿Helena Parks?

—Soy yo —le respondo y le sonrío tímidamente.

—Soy Adriana, la secretaria del Sr. Williams. Él la está esperando, la acompaño —y camina en dirección a una oficina al fondo del lugar y toca la puerta. Yo la sigo— Es aquí, adelante —entro. Ella cierra la puerta y veo al Sr. Williams de espaldas a mí.

—Buenos días —lo saludo educadamente mientras camino hacia donde está él. Se da vuelta, y me doy cuenta que es la misma persona con quien me encontré en el ascensor hace unos minutos— ¿Usted es mi jefe? —pregunto sorprendida.

—Así es Srta. Parks. Pero no se asuste, yo le dije que aquí somos personas muy agradables —me sonríe— Bienvenida a las Oficinas Williams. Tome asiento —hago caso y me siento en la silla en su escritorio delante de él.

—Muchas gracias, estoy muy feliz por darme esta oportunidad.

—Gracias a ti por el interés de trabajar aquí. Se nota que tienes grandes aptitudes. Ojalá te sientas muy cómoda trabajando en este lugar. ¿Conversamos sobre el contrato?

—Claro.

Conversamos acerca de los distintos términos del contrato y aclaramos algunos apartados, yo lo leo por última vez y lo firmo. Él me da la mano a modo de felicitación. Salimos de su oficina y me enseña cuál será mi lugar de trabajo, es una oficina con las paredes de color blanco, el escritorio del mismo color, y cuadros y decoraciones en tonos grises.

—Puede decorarlo como guste —me dice mi jefe.

—Gracias Sr. Williams.

—Aquí no usamos tanto las formalidades. Por favor, dime Charlie.

—Está bien... Charlie —digo tímida. Es raro dirigirte a tu jefe por su nombre de pila, ya que es alguien que tiene mayor poder que tú, ¡Dios mío, es el dueño de todo este edificio!

—Espero te adaptes bien. Tengo que volver a mi oficina, nos veremos mas seguido entonces —se despide y me sonríe antes de irse.

Me doy todo el tiempo del mundo para instalarme y ordenar mis cosas en mi nueva oficina ¡Tengo mi propia oficina! Aún no puedo creerlo. Esta oportunidad no se me da todos los días, así que tengo que aprovecharla.