8. TIEMPO - Rosa

Estaba decidida, era ahora o nunca.

Tenía que aprovechar las horas que me quedaban.

Con diligencia reuní todos los instrumentos que necesitaría para mi plan, rápidamente entré en mi base de operaciones y arremangue las mangas de mi camisa.

—Que comience el juego —dije agarrando mi delantal y comenzando a batir los ingredientes para la torta que le haría a mi esposo...

Recuerdo que tenía unos seis años cuando me encontré con un niño mayor que yo, sentado solo en un columpio del parque que estaba cerca de la oficina de mi papá. Me acerqué a él y en silencio me senté a su lado columpiándome, antes de darme cuenta los dos estábamos jugando y nuevamente sin notarlo habíamos crecido siendo él mi único amigo…

Añadí la leche a la mezcla y batí sin apuro, vigilando que no se quemará el caramelo que estaba haciendo en la cocina.

Con el tiempo aprendí que su cumpleaños no era su día favorito, pues de niño siempre la pasaba solo y a toda su familia le daba por molestarlo cuando llegaba esa fecha. Por lo que cuando teníamos quince años cambié el día de su cumpleaños y a partir de ahí lo celebramos juntos.

En unas horas el llegaría y quería sorprenderlo con su pastel favorito. Dejé un momento el tazón donde tenía la mezcla y fui a la nevera por la rosada llave, que lograría hacer mi pastel delicioso.

Pero no conté con que el horno explotará de súbito, ensuciándolo todo.