—Escribir “parque” en un papel sin más información es un poco sugerente, hay millones de parques en esta ciudad —disparo cuando me encuentro a Brook solo en la entrada, acabo de llegar. Su fuerte perfume me hace aprovechar su tardanza en responder, me encanta como huele, sin duda le pediré a Ethan que cambie su perfume por el de Brook.
—Buenos días a ti también, Prescott —sonríe, apoyado en la pared del pasillo, tiene su cabello castaño rojizo mojado y los rizos le caen por la frente, me controlo para no tocárselos—. Me equivoqué de nota, lo siento.
—¿Eso significa que has quedado con alguien en el parque? —pregunto sin darme cuenta, sus cejas se alzan—. Es que… La falta de información puede confundir a la persona que deseas conocer.
—Cierto. —Se muerde el labio inferior, aún confuso por lo que he dicho, ni siquiera yo lo entiendo. Me quedo mirándole, la forma en que los rayos del sol hacen su cabello aún más rojo es preciosa.
—Debería haberlo imaginado, bueno, nos vemos allí.
Me doy la vuelta, sintiendo que me arde la cara por lo que he hecho. Es obvio que va a ser el parque junto a la escuela, Brook no elegiría el del otro lado de la ciudad, no hay razón para ello.
—Espera Prescott. —Vuelvo a girarme hacia él, quien lleva sus manos a mi cabello, quita una hoja que estaba pegada entre los mechones y me la entrega—. Buena clase.
Me dirijo a mi primera clase, decidiendo ignorar lo de hace rato y pronto lo consigo cuando paso por la puerta y veo a Cohen Martin en el aula, el chico está concentrado en su teléfono. Me siento a su lado, haciendo que me mire.
—Buenos días, Alice.
—Cohen. —Mis labios se curvan en una sonrisa—. ¿Estás ocupado?
—No, solo hablaba con mi padre.
Sonrío aún más cuando consigo la apertura que necesitaba sin ningún esfuerzo.
—Tu padre… Robert Martin, ¿cierto?
—Sí, así es.
—¿En qué trabaja tu padre? Disculpa si estoy siendo entrometida.
¿Me estoy poniendo en ridículo? Sí, pero es más fácil tratar con Cohen de esta manera, y si Brook tiene razón sobre los sentimientos del tipo delante de mí, entonces no le importará decirme cualquier cosa que quiera saber.
—Es abogado, ¿por qué Alice? ¿Has hecho algo malo?
—Secuestré una hoja de un árbol, ¿crees que me demandarán por eso?
Se ríe.
—Claro que sí.
—No recuerdo haber visto nunca a tu padre, ¿viene alguna vez a las reuniones?
—Oh no, mis padres no vienen a la escuela, están demasiado ocupados para eso.
Por un segundo me siento molesta por el rumbo que ha tomado la conversación, no quiero entristecerle, pero su indiferencia ante el tema hace que vuelva a relajarme.
—¿Tienes una foto de él?
—¿Por qué esa repentina curiosidad por mi padre?
—Estoy planeando una fiesta sorpresa para mi papá, y he encontrado una vieja foto de su época escolar, solo quería saber si tu padre estaba en la misma clase, ya sabes… Estaría súper que tengan un reencuentro —miento descaradamente, nunca he mentido tan bien como en este momento. Sé que no estudiaron juntos, pero quiero saber quién es el hombre que mi madre menciona en las cartas.
—Aquí tienes. —Cohen gira el móvil hacia mí, mostrando la foto de su padre. La cara arrugada, las ojeras y el cabello blanco, desde luego aquel no es el mismo hombre del que mi madre se enamoró antes—. Tal vez sea difícil reconocerlo, buscaré una foto de él de la graduación, así podrás reconocerlo en la foto de tu padre.
—Gracias, Cohen —sonrío.
—¿Y cuándo es la fiesta?
Me muerdo el labio inferior, ¿cómo voy a huir ahora? De hecho, se acerca el cumpleaños de Logan, pero no hemos planeado ninguna fiesta.
—Todavía estoy planificando, su cumpleaños cae entre semana y tengo dudas sobre el día de la fiesta, pero te avisaré cuando lo decida.
—¿Crees que nuestros padres estudiaron juntos?
—No tengo ni idea, espero que sí, sería realmente genial.
—Sí… —Cohen continúa hablando sin parar, sin embargo, mi mente me lleva de vuelta a las cartas de mi madre, ¿quiénes serían sus amigas antes que mi tía Amber? Miro a mi alrededor, alguno de los padres de los chicos que hay en esta habitación debe tener más historias relacionadas con Loren, tendré que preguntarle a Amber por los viejos amigos de mi madre biológica.
Mis ojos se centran en Brook que entra en la sala, me siento confusa, no compartimos ninguna clase, solo las prácticas. Le sigo con la mirada hasta que le veo sentado junto a una chica que no conozco. La entrada del profesor en el salón me impide interrogar a Cohen sobre la presencia de Zafón.
Espero ansiosa a que suene el timbre para ir hacia él, dejando atrás a un Cohen parlanchín. Me acerco a Brook, que está reuniendo su material. Su mirada no tarda en encontrarse con la mía, haciéndome notar una pequeña coloración azul en sus iris color miel.
—¿Ahora compartimos el aula?