Cartas de medianoche en París

Chapitre 20 : "La Décision d'Aimer" ❤️

La tarde avanzaba lentamente en París. El cielo estaba cubierto de nubes grises, y el aire fresco del otoño ya se sentía pesado. Elena caminaba por las calles empedradas, sintiendo el peso de las palabras que Daniel le había dicho la noche anterior. Había algo en su voz, algo que la había tocado profundamente, pero la duda seguía instalada en su corazón.

Se detuvo frente a una pequeña librería, una de esas que tenía una fachada encantadora, con ventanas de madera decoradas con flores secas. Las luces cálidas del interior parecían invitarla a entrar, pero no lo hizo. No podía. Su mente estaba demasiado ocupada con las decisiones que debía tomar.

"No todo es blanco o negro, Elena," había dicho Daniel, justo antes de que ella saliera corriendo de su departamento aquella mañana. "El amor no siempre es fácil, pero vale la pena luchar por él."

¿Valía la pena, de verdad?

Elena respiró hondo y giró hacia el café al que había llegado con la esperanza de despejar sus pensamientos. Se sentó en la mesa que solían ocupar juntos, en una esquina tranquila, casi escondida del bullicio de la ciudad. No era un lugar cualquiera; era el sitio donde todo comenzó, donde sus miradas se cruzaron por primera vez, donde las palabras no eran necesarias. Todo lo que importaba era el silencio compartido y las flores que ella cuidaba con esmero.

De repente, el sonido de una silla moviéndose la hizo levantar la vista. Un chico joven, con un café en las manos, se sentó frente a ella con una sonrisa tímida.

"¿Te molesta si me siento aquí? No hay muchos lugares disponibles."

Elena sonrió levemente, reconociendo la mirada franca del desconocido. No era nada espectacular, pero su calidez la hizo sentirse algo más ligera, al menos por un momento. "Claro, adelante," dijo, sin darle mucha importancia.

El chico no dijo nada durante unos segundos, pero luego, con la misma naturalidad con la que se había sentado, habló. "Veo que vienes mucho por aquí. ¿Te gustaría saber qué libro estoy leyendo?"

Elena lo miró con algo de curiosidad. Él sostenía un libro de tapa dura, con el nombre de un autor que le sonaba familiar. "Claro, ¿qué estás leyendo?"

"Es un libro sobre las decisiones difíciles que todos debemos tomar. Sobre el miedo y el coraje que necesitamos para enfrentar lo que realmente queremos."

Elena sintió como una corriente de aire fresco invadía su pecho. Las palabras de ese desconocido calaron en ella con una extraña familiaridad. Su mirada se perdió en las páginas del libro. "No sé si me atrevería a leer algo así..."

El chico sonrió y cerró el libro. "A veces, la única manera de liberarse del miedo es enfrentándolo. Si tienes miedo, es porque algo importante está en juego, ¿no?"

Elena lo observó fijamente. "Tal vez. Pero el miedo... puede paralizarte."

"Solo hasta que decidas actuar. El miedo solo te controla si tú se lo permites."

Las palabras resonaron en su mente, y por un momento, el ruido del café desapareció. Solo quedaban las palabras del chico, como un eco lejano.

Cuando el chico se levantó para irse, Elena apenas lo notó. Solo volvió a su café, absorta en sus pensamientos, como si algo en el aire hubiera cambiado. El silencio que había cargado durante todo el día se hizo más denso, pero también, más claro.

Esa conversación fugaz había abierto una puerta que Elena no había querido ver. No podía vivir siempre con miedo al amor. Había pasado demasiados años guardando recuerdos de su pasado, protegiéndose de algo que nunca había sanado por completo.

No podía seguir huyendo de Daniel, de lo que sentía por él.

Elena tomó una decisión. Se levantó de la mesa, dejó el café a medio beber y salió del café, respirando profundamente el aire fresco de París. La ciudad que había sido testigo de su amor y su desdicha, ahora sería el escenario de su liberación.

Caminó hacia la floristería donde solía trabajar, la misma que siempre había sido su refugio. Cuando entró, el sonido de las campanas sobre la puerta le dio la bienvenida. Cada rincón del lugar estaba lleno de vida, de colores y aromas que la hacían sentirse en casa.




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