Cartas de mí, para mí

I

Miércoles 24 de mayo de 2023

 

Yo no se que hacer con mi vida.


¡Bum! Así empieza esta historia.

 

Es una situación que constantemente se presenta en mi vida, la insertidumbre. El mundo es tan enorme, diverso, hermoso y único que yo no se que hago en el. Siento que no puedo con mis propios miedos, inseguridades y problemas, los cuales solo incrementen con el pasar del día.

Hoy me levante con la misma insertidumbre qué me abruma y me enferma cada vez que presiento que algo he hecho mal. Ya a estas alturas de la vida no es necesario que me digan:" Oye, la haz cagado" para saber, reconocer, !sentir! qué la he cagado. Y en efecto, hoy no fue la excepción.

Y me ha pegado, me ha afectado como no muchas personas o situaciones realmente importantes lo han hecho. 
Podrán decirme c*lera, terca, tonta, floja y hasta coda, pero no saben el aprecio, el cuidado y respeto, casi amor que le tengo a algo, qué puede ser tan vano y persuasivo como bendito y necesitado como es el dinero. Sí, el dinero, mi problema depende de algo tan común y voluble como es el condenado dinero, aquel que vuelve esclavos y dependientes a las personas de las nuevas modas, del marketing, de las redes y de todo aquello que nos fieles consumidores del capitalismo...

Bueno... Creo que mi problema en sí nace de mi necesidad de asegurar mi porvenir, pero, qué porvenir es el que me espera, qué porvenir es el que yo quiero para mi y el cual he estado construyendo, ¿serán estos tres iguales entres sí ? A estas preguntas fueron a las que termine llegando después de haber deseado arrancarme el cabello y arrojado todo lo que estaba frente a mi.

La conclusión definitiva a la que llego en este momento es que debo cambiar, sí, cambiar, ¿pero qué? Y ¿Qué tanto será lo justo y necesario de cambiar ahora que me llego mi momento filosófico y introspectivo? 
Bueno, pues eso depende de que tan comprometida este conmigo misma, eso me han dicho; qué no hay cambio qué no empiece por uno mismo y del compromiso, amor, cuidado y respeto que se tenga por su persona, pero... Qué pasa cuando no te quieres, cuando no te valoras ni te reconoces como una persona con cualidades y virtudes, con un pensar y sentir únicos, que deben ser escuchado y respetados.

Es en este punto, en este lugar tan familiar, solitario así como triste en el que termino siempre. Este vértice envuelto en llamas, que esparse, qué libera mis propios demonios, aquel foco rojo que solo yo siento y que me atormenta por las noches. 
Son contados los días en los que no me envuelve este espiral destructivo que no me deja ni respirar. Ahora, el dolor no solo es psicológico, sino que se ha vuelvo un recurrente dolor de cabeza, se ha convertido en una punzada y entumecimiento qué en ocaciones me invade el temor de terminar con una parálisis faceal. Hasta ese p*to punto he llegado, cuando no soy una persona con la misma carga de problemas que enfrenta una mamá soltera o una chica que vive abuso y violencia intrafamilir.

¡¿CUÁL ES MI P*TO PROBLEMA?!

 

... Creo que no soy digna de la vida que se me ha dado... 

 

Necesito desahogarme...


 




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