Y me acababa de dar cuenta porque este día seria largo.
Eran las 9:00 AM cuando me llamaron por la bocina del psiquiátrico mientras estaba en el jardín, y la vi, vi a esa mujer de traje ajustado y negro con una placa en manos yo, ya sabía quién era.
-Hola Señor Willars, soy la detective Stone-Dijo ella presentándose, yo fruncí el seño haciéndola creer que no sabía que hacia allí-Estoy aquí para tratar con usted el asesinato que realizaste y unos cuantos pendientes de los que creo que eres el responsable, pero, solo vamos a saber eso si colaboras-Yo estalle en carcajadas y ella me miraba confundida y con tono molesto en sus ojos-¿Qué es tan gracioso Señor Willars?
Yo volví a mirarla con una sonrisa burlona y le respondí.
-Su forma de ser tan estúpida agente.
-¿Disculpe?
Dijo ella un tanto confundida por mi respuesta.
-Lo siento agente pero es usted demasiado inepta para disculparla la verdad tengo suficiente con la gente tan insoportable de este lugar.
-¿Me está viendo la cara de idiota?
-Eso lo ha dicho usted, Ana.
-No permito que personas ajenas a mi vida me tuteen y no estoy para bromas Willars, esto es un asunto serio, no para tomarse tan a la ligera.
-Yo no estoy para perder el tiempo agente pero, aquí estoy sentado con usted.
-Limítese a responder lo que le pregunto.
-¿Por qué debería hacerlo?-La rete con la mirada.
-Porque si no lo hace me encargare de que su estadía aquí sea peor de lo que ya es.
-No creo que eso sea posible.
-Oh créame esto puede ser un maldito infierno si así lo desea.
-Pues se quedara con las ganas de que le conteste porque prefiero vivir un infierno a decirle lo que realmente quiere saber.
-¿Y que se supone que quiero saber Fred?
Ahora ambos nos retábamos con la mirada.
-Eso usted lo sabe agente.
-¿Te crees muy listo?
-Solo audaz y por eso le llevare siempre un paso adelante.
-¿Cómo puede usted asegurarlo?
Decía ella de forma segura y retándome con la mirada nuestros rostros estaban tan cerca que podía sentir su aliento a menta.
-Estoy demente, Ana Stone.
Ella me miro sorprendida pero no le di tiempo a responder porque me levante de mi asiento y salí por la puerta por la que hace un momento había entrado.