Pov. Fabiel Montero.
Esa mujer estaba detrás de mis escritos, detrás de lo que me pertenece, detrás de lo que sabe todo sobre mí, desde mi pasado, hasta mi presente.
-Buen día Fred.
-Buen día agente ¿Puedo saber qué hace usted aquí?
-Aparentemente el que hace preguntas obvias ahora es usted.
-Déjese de tonterías, usted dijo que haría su trabajo, por un momento pensé que dejaría de molestarme.
-Pues ya ve que no, hasta que no me diga donde están los famosos escritos no me moveré de este lugar Fred.
-Pues se quedara un largo rato.
***
Pasaban las horas ya eran las 4:00 PM y la detective se estaba cansando de estar aquí, si, así me siento cada día.
-¿No piensa decir nada?
-Le dije que no.
-Perfecto, lo veo mañana tengo cosas que hacer.
-Ir a la tumba de la pequeña Liza.
Ella abrió los ojos como platos y yo como siempre me limitaba a sonreír dándole señal de que siempre estaba un paso adelante, ella suavizo su mirada, volvió a darse la vuelta y se fue.
Pov. Ana Stone.
Evidentemente Fred siempre estaba al tanto de mi vida, el me espiaba, sabía que iba a la tumba de Liza en este horario y justo los días 03 de cada mes, estaba aterrada, el ya no podía darme más pruebas de que siempre iba delante mío.
Iba de camino en mi auto a casa, acababa de visitar la tumba de mi hija, le había dejado unos girasoles, ya que mi pequeña adoraba esas flores, estaba tan adentrada en mis pensamientos que no me había percatado de que mi celular estaba sonando de manera insistente.
-¿Si? ¿Qué pasa detective Cáceres?
-Ana tiene que venir a la oficina ya.
-Iba de camino a casa, estoy a dos cuadras, ¿Es urgente?
-Sí, es sobre Fred.
-Ya estoy saliendo.
-No puedo creerlo.
-Nunca encontraron pruebas, nada en absoluto, una señora llevo a Fred a la delegación y lo terminarían llevando a un orfanato pero la madrugada después del asesinato desapareció.
-Pero, ¿Quién fue esa señora?
-No sé, no hay registro de su nombre, solo está la dirección del homicidio y los datos de los padres de Fred, pero, aparentemente era una vecina que vivía frente a la casa de los Montero.
-Gracias Cáceres.
Pov. Fabiel Montero.
Estaba en medio de mi cena cuando escuche como me llamaban a través de los altavoces del psiquiátrico, y vi a quien menos deseaba ver en estos momentos.
-Hola Fabiel.
-Usted de nuevo.
-Fabiel, tenemos que hablar y no creo que sea conveniente hablar aquí.
-Espéreme fuera.
-Vendrá ahora.
-Estoy cenando.
-Tengo horas sin comer usted no se va a morir por no cenar.
-¿Qué castigo estoy pagando con usted y su gente?
-Es el precio de sus actos.
-Actos que eran muy divertidos.
-¿Qué lo llevo a esto?-Guarde silencio, todo esto era parte de mi pasado, mis secretos, mis escritos, todo lo que se relacionaba con mi demencia era parte de eso y no pensaba darles pista de quien era, con mi nombre verdadero ya tenían demasiado y si ella estaba aquí a estas horas, era porque algo había descubierto- Responda Fred, ¿Qué lo llevo a esta locura?-Estaba resignado a hablar hasta que ella saco un folder y me lo deslizo-¿Es por esto?-Seguía en silencio-¡RESPONDA! Es por la muerte de sus padres ¿cierto?-Estaba atónito pero, seguía sin decir una palabra, miraba el folder cerrado detenidamente hasta que opte por abrirlo. Millones de recuerdos vagaban en mi mente con las fotografías de esa casa, de mis padres tirados ahí como bestias, me veía ahí, al pequeño Fabiel, ese niño tan alegre, responsable y que ahora resultaba ser un demente asesino-¿No piensa decir nada Fabiel Montero?-Ella seguía presionándome hasta que rompí en llanto, me miraba detenidamente sin saber que decir, ver a un maniaco llorando, cuando ha matado a personas inocentes, nadie sabría cómo reaccionar, así que solo se quedo mirándome con compasión mientras veía como sacaba mi ira, el dolor, mis miedos de hace tantos años, mi niñez había sido un asco desde que presencie la muerte de mis padres, ver como violaban a mi madre frente a mí y luego ir a parar en un orfanato durante muchos años, sentía que el mundo estaba en mi contra y estaba dispuesto a demostrarle que yo era el nuevo jefe, pero luego de esto, me verían como al pequeño Fabiel que fue afectado por la demencia a causa del asesinato de sus padres frente a sus ojos, era un indefenso hombre, que solo quería desquitarse con el mundo, eso era de ahora en adelante.