Cartas de un demente

Capítulo 28

Decimo primera Carta.

29/Agosto/1978.

Bob Garrelson 1.

Tener un compañero de trabajo, al cual consideren mucho más brillante que tú, es la peor cosa del mundo, por razones como esas y como la de unos meses atrás es que forma parte de estas cartas.

Todo empezó 2 días después de que entrara a trabajar me asignaron a un chico recién graduado de la universidad, no hablaba otro idioma que no fuera ingles y ¿Comparaban su trabajo con el mío? Eso era realmente estúpido, realmente la cosa más estúpida con la que me pudieran comparar, o sea si en cierto modo me hubieran comparado con un tipo el doble de brillante que yo, tal vez lo hubiera entendido, pero, compararme con este bueno para nada, eso era algo incoherente, inaceptable.

Mi compañero de trabajo llamado Bob Garrelson, era un tipo casado con una chica llamada Pilar, ahora que estaban casados compartían el apellido.

Bob tenía 26 años, era un tipo alto, moreno y por su físico me atrevía a decir que nunca había ido a un gimnasio en su vida, era inteligente en algunos aspectos, pero no como para postularse para el mismo puesto de trabajo que yo quería.

Llevábamos más de un mes trabajando juntos, todo iba de maravilla hasta que nuestro jefe realizo una junta en donde anuncio que abría un puesto vacante deambulando y que podríamos nominarnos, si ellos consideraban a alguno de nosotros relevante para ese puesto, así que todos empezaron a realizar sus proyectos, incluyéndome.

-Fred.

-¿Hmm?

-¿Qué proyecto presentaras a los ejecutivos?

-Pues, como sabes en la empresa tienen un problema, en ocasiones varios clientes vienen reclamando por los software exigiendo que les devuelvan parte de su dinero porque no se sienten satisfechos con el programa vendido, por eso, voy a crear un software que nos ayude a visualizar cuando los programas estén fallando, así me encargare de que estos sean solucionados inmediatamente y nadie exija garantía alguna.

Bob a quien ya le tenía un poco de confianza se robo mi maravillosa idea, presentándola a los ejecutivos, como era de esperarse ellos lo ascendieron a él, argumentando que era toda una maravilla su trabajo, pero a quien verdaderamente debieron darle ese puesto era a mí, tenía pruebas para acusar a Bob, pero tenía una mejor idea para hacerle ver que nunca debió meterse conmigo.

-Ahora debes enfrentar a las consecuencias.

 

 



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En el texto hay: asesinato misterio suspenso

Editado: 23.11.2019

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