Trigésima Sexta Carta.
01/Septiembre/1991.
El tiempo corre.
Había esperado tanto tiempo para matar a Víctor Montero, ese infeliz día tras día hacia más de las de él. Planificaba de qué forma dolorosa, despiadada y macabra lo asesinaría, pero, ciertas personas día tras día aparecían interrumpiendo el momento perfecto, como Verónica Hooke, una mujer extremadamente hermosa, pero lo suficiente estúpida como para caer en mi trampa.
Sé paciente aún no es tiempo de decirte lo que sucedió con tremenda mujer, en realidad, me atrevería a decir que si no me hubiera retado, me caería bien, como una especie de mejor amiga.
Aunque el tema de Verónica no es algo que deba ser hablado en este momento, porque primero debo hablarles acerca de cierta situación que provoco que conociera a el mismo diablo en persona, y eso que pensé que el diablo era yo…