Cartas de un mentiroso enamorado

Parte cuatro

¿Qué tal, eh? Un príncipe se asoma a tu ventana. Espía por la miniventana del whatsapp. Te ve a través de tus ojos. Tú lo miras. Eres una chica que nunca antes ha leído que un joven mayor que él, de buen porte, le escriba en una carta: princesita hermosa. Simplemente te parece un sueño. ¿Cómo es posible que él (o sea yo) te diga de ese modo? Necesito estar realmente enamorado para expresarte algo tan lindo como eso. Porque debe ser amor y no mentira. Sería demasiado cruel pensar que es una mentira. Además, cuando estamos juntos siempre te trato bien, siempre soy amable contigo, por qué habría un cambio, cómo sospechar que te estoy engañando y que deseo enredarte y atraparte. ¡Eso es imposible! Así es que simplemente disfrutas de esas palabras de cuento de hadas que yo te digo, donde te expreso que eres una hermosa princesa. Luego, sigues leyendo:

Espero con todo mi corazón que hoy hayas despertado acostadita en tu camita, descansando porque dormiste un poco tarde, platicando por mensajes con el joven que más te quiere en el mundo.

Haremos un pequeño alto en esta parte. Tenemos varios días de conocernos, o quizá meses, o a lo mejor ya casi el año, pero eso es lo de menos. Lo importante es lo que ha pasado entre nosotros y lo que hemos estado viviendo en ese tiempo que llevamos hablando. Que por cierto niña, si te has dado cuenta solo nos la pasamos en mensajes y a veces una llamada, pero casi nunca hablamos de frente. Incluso usamos cartas para comunicarnos.

¿Sabías que me es más fácil mentirte si no te miro a los ojos? Sé que me he ganado tu confianza y que confías ciegamente en mí y puedo aprovecharme de eso. Si me llegas a preguntar si te mentiría alguna vez, es claro que te voy a decir que no. Imagínate, perdería todo mi edificio de confianza que he logrado construir contigo. Yo necesito que sigas confiando en mí, que me sigas creyendo para poder seguir engañándote. Necesito que cuando yo te diga que no he salido con nadie más ni hablado con otras chicas, tú me creas. Si llegases a desconfiar de mí, se me estaría escapando la posibilidad de algún día lograr mi objetivo de atraparte.

Ahora recuerdas esa canción que a veces tú has cantado, donde el cantante dice: Duerme tranquila, mi amor. Sabías que tu subconsciente se está preparando para cuando eso suceda. Es decir, cualquier canción que tú escuches, la que sea, de lo que sea, tu mente la recibe e inconscientemente te comienza a preparar para que cuando esas cosas que en la canción se dicen se conviertan en realidad en tu vida, tu mente ya estés moldeada y lo aceptes como algo normal y también termines aceptando ese tipo de vida y pienses que es normal. Las canciones preparan tu mente para muchas cosas, pero más adelante te explicaré acerca de esto.  

Así como las que cantan los narcotraficantes, son muy atractivos sus ritmos, pero a los jóvenes también los preparan psicológicamente para que en algún momento se conviertan en sicarios o matones a sueldo. Y ellos, poco a poco, incautos, mentes débiles, van cayendo en la red y despacio, lentamente, uno a uno, dos a dos, de a montones, engañados por la idea de ser poderosos y tener dinero, cegados por las ideas que transmiten las canciones, en realidad van echando a perder su vida porque se convierten en mercado al cual le suministran toda la droga que venden, y eso lo puedes ver expuesto a través de los videos y los mensajes que contienen las canciones, donde a los jóvenes ignorantes les hacen creer que es una gran vida el ser narcotraficante o el vivir en ese mundo, cuando en realidad los llevan a la miseria, el dolor, en fin, a la muerte.

Pero nos estamos desviando un poco de nuestra carta, y a lo que quería llegar es a que no confíes en mí si no te hablo de frente, a los ojos. Cualquier cosa que te diga por mensajes de texto o en cartas o llamadas, es parte verdad y parte mentira. Cuando estamos frente a frente uno conoce la calidad de la otra persona mirándola a los ojos, pues estos son una de las ventanas del alma, que permite ver qué y cómo es realmente una persona.

Luego la carta continúa:

Y es importante descansar, como debe hacerlo toda joven que pertenece a la realeza, así como tú, que eres la princesa de mi corazón.




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