Cartas de un mentiroso enamorado

Parte cinco

¿Apoco no soy muy romántico, niña? ¿Qué dices, tu corazón puede recibir estas palabras y no comenzar a brincotear de alegría? Además, yo sé que te gusto, lo sé por como te comportas conmigo; sé que sientes atracción hacia mí, te sería difícil negarlo. Hay varios motivos por los cuáles lo sé:

Ahora mismo estás pensando en mí. Nos quedamos platicando hasta tarde. Soy el único chico con el que pasas a esas horas de la noche hablando. Te comportas nerviosa cuando estamos juntos y a veces haces locuras para llamar mi atención. Esto no es nuevo para mí. Como has de recordar, soy un cazador de chicas y obviamente no eres la primera que se ha cruzado en mi camino. Es normal que te diga que antes ya he tenido novias, y te voy a asegurar que a ninguna he querido tanto como a ti. Una mentirita muy recurrente para que no te sientas menos y así creas que eres más importante que las demás. Otras veces te diré que eres la primera, aunque no me creas. Pero ya has de saber muy bien que si soy mentiroso nunca serás la primera.

Por más bueno que yo parezca, persigo un fin, uno solo: que seas una más de la larga lista que llevo. Si te pones difícil, más insistiré en repetirte que eres lo mejor que me ha pasado. Dicen que si a una persona le repiten algo durante mucho tiempo, termina aceptando que eso que le dicen es verdad, aunque no sea así. Yo no dudaré en recurrir a ese artilugio para que me creas cosas que no son ciertas, incluso, haré tantas cosas por ti que posiblemente no he hecho por ninguna otra, hasta que tú caigas a mis pies, hasta que tú te rindas a mis halagos, a mis piropos, a mis palabras de amor. A mis cursilerías. Y entre más te resistas y más te hagas la difícil, mejoraré mis tácticas para que termines cediendo. Y sé que cederás, siempre ceden. Siempre. A menos que sean más inteligentes.

Sabes algo bebé…

¿En serio? ¿Bebé? ¿De verdad me creerás esto de “bebé”? Es de las palabras más cursis que un joven seudoenamorado puede utilizar. ¿La has oído antes? Yo sé que sí. También sé que durante la lectura de la carta no le tomaste mucha importancia. ¿Qué dices ahora? ¿No es de las más usadas por nosotros los chicos para ligar a una inocente niña? Solemos decirles “bebé” cuando ellas son menores que nosotros. Al parecer a ustedes les gusta. Y claro que también nos gusta que nos digan bebé. Se escucha cursi, pero si con eso lograremos el objetivo, entonces, qué importa. Cuando notes que te comienzo a hablar así, activa tus alarmas, porque no planeo nada bueno.

CORTE: Imagino que hasta ahorita has de imaginar que si todo lo que te digo es verdad, no existe ningún chico sincero. Pero, te puedo decir que si las chicas quieren atrapar a un buen joven, que realmente las haga felices, deben ser más inteligentes que nosotros. Y no querer atrapar a tipos presumidos, que solo quieren jugar con ustedes. Nosotros nunca perdemos prestigio. Si andamos con muchas chicas y logramos más conquistas, nuestra fama aumenta y también nuestro prestigio. Si ustedes se ligan a muchos jóvenes, entonces su fama crece pero para perjudicarlas, no para beneficiarlas. Pero más adelante sabrás cómo es un joven que realmente nunca te hará sufrir.

Sigamos con el estudio exhaustivo de la carta que te di ayer.

Estoy muy contento de que me hayas dado esta maravillosa oportunidad de conocernos, de tratarnos aunque sea por mensajes de whatsapp, y algunos por compañía celular cuando no se ha pagado el internet, jijiji.

Esto ya te lo comenté más arriba. Mensajear más que hablar frente a frente  es de las cosas más peligrosas que podemos hacer si pretendemos llegar a algo como el amor. Esto porque podemos hablar mucho por mensajes, precisamente porque no existe la intervención de la mirada, lo cual se presta para decir lo que sea, aunque ni siquiera se sienta. Yo lo he hecho muchas veces, y estoy seguro que tú no, porque ustedes las chicas son mucho más sinceras que nosotros, persiguen otros fines más puros; son más fieles y cuando expresan lo que sienten, lo hacen con la mayor seriedad y sinceridad posible, porque ustedes consideran importantes sus sentimientos.

Nosotros llegamos a considerar importantes los sentimientos cuando se trata de alguien a quien realmente queremos, pero para que eso suceda, tenemos que aprender a esperar, lo cual no sucede, pues como somos cazadores profesionales, seguido tenemos presas que nos ayudan a matar el tiempo y a disfrutar de la vida con placer.




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