Este texto tan simple es engañoso. “Te prometo que será maravilloso y que nunca lo olvidarás”. Aunque tú piensas que se trata solo de la “inocente” salida, yo estoy haciendo mis propias elucubraciones, yendo más allá de lo que la simple oración dice. Yo quiero incitar tu mente para que también vayas más allá, sino lo logro, no importa, mientras te tenga apegada a mí, cautivada con mi palabrería, todos mis esfuerzos los invertiré en el único propósito que me importa ahora mismo: tenerte en mis brazos. Si esto llega a suceder y te niegas a que siga sucediendo, entonces te cambiaré por otra. Ya veré la forma de deshacerme de ti, porque no pienso tenerte como una carga.
Si llego a lograr mi plan, no dudaré en seguir utilizando mi táctica de mentir, a la hora de que me preguntes si te quiero, te diré: “tú qué crees”. Trayendo a tu mente recuerdos de cosas que he hecho por ti, las cuales hice solo pensando en mi beneficio, pero tú, ilusa, creyendo que lo hice por ti, hasta te sentirás culpable, incluso, de dudar preguntarme si te quiero. Si tengo la oportunidad hasta me haré el ofendido por dudar de mi “gran amor” por ti. Pero sabes algo, ya me tendrás tan clavado en tu corazón que lo único que te consolará es verme a tu lado. Ya no importará si yo te quiero o no, pues tú solo querrás retenerme a tu lado, para consuelo tuyo aunque a mí ya no me intereses, porque tendré otra conquista en la mira. Esto por una simple razón: si ya cayó una al plato y nos la comimos, los cazadores vamos por la que sigue, no perdemos el tiempo.
Por todo esto te pido niña, que antes de aceptar escapar conmigo a un lado y “tener una aventura romántica”, me respondas que si realmente te quiero no te voy a invitar a mentir a tus padres, ni mucho menos faltar a la escuela. Dime: “Si quieres algo serio conmigo y que algún día yo no sea simplemente una exnovia más de la lista, sino tu esposa, entonces sé un valiente, no un cobarde. Ve con mis padres y pídeles permiso para visitarme o para pretenderme. Si buscas algo que sea duradero y no pasajero, haz las cosas que se necesitan hacer para que sea así”.
Si yo no accedo a hablar con tus papás, a darles la cara y expresarles mis intenciones contigo, es una señal evidente de que no me interesas como alguien importante en mi vida por más que te diga que sí, es una señal de que solo quiero jugar contigo, romper tu corazón, hacerte sentir algún día que solo fuiste una diversión para mí, un buen pasatiempo que ya dejó de gustarme. Recuerda: los hechos dicen más que las palabras.
Niña, si tú realmente me quieres y piensas que puedo cambiar mi manera de pensar y ver las cosas, entonces tú pon las reglas, no permitas que te manipule con mis chantajes, al contrario, sé más inteligente que yo. No permitas que logre las cosas que yo deseo. Si te pido vernos a escondidas, dime que no. Si te pido escaparnos a algún lugar, niégamelo. Cualquier cosa que te ofrezca, recházamela. Si te he declarado mis intenciones, y parece que va en serio, ponme a prueba. Si tan solo supieras que tú realmente tienes el control, pero no sabes controlar, he ahí el problema. Si tan solo pidieras consejos a tus papás o a personas sabias que saben aconsejar, no serías víctima de mis abusos, de mis atropellos, de mis crueldades. Si tan solo los obedecieras e hicieras lo que te dicen, no te esperarían en la vida tantos sufrimientos. Si tan solo te dieras a desear más de lo que ya lo haces, no cediendo nunca ante cualquier insinuación de ningún cazador de chicas como yo. Si tan solo pusieras tus ojos en aquellas cosas que realmente valen la pena, te evitarías tanto sufrimiento, tanto dolor que amenaza con llegar a tu vida por una decisión que estás a punto de tomar.
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Editado: 17.01.2019