Cartas de un mentiroso enamorado

Parte quince

¡Uy, qué casualidad que a escondidas! ¿No te parece excitante, peligroso, arriesgado, pero atractivo al fin esto de andar sin que otros sepan, mucho menos tu familia? Claro que lo es, incluso muy divertido. Fingir, mentir, engañar, herir corazones, es también divertido. Ser doble cara, falso, hipócrita, ¿no crees? Si yo soy capaz de ofrecerte algo así, no tardará en llegar el momento en que no solo te pida que andemos a escondidas, sino que hagamos otras cosas también a escondidas. Donde nadie nos vea, solos los dos. En las cortinas de la noche, donde todo mundo se parece. Así es la naturaleza de los que ocultamos algo, los que somos perversos de corazón, los que solo deseamos hacer daño. Porque si quisiera realmente algo serio contigo no te ofrecería hacer cosas ocultas, a “escondidas”, sin que nadie sepa.

Si realmente me importaras, no te sedujera ni usara este tipo de ideas para convencerte. Si realmente me importaras como pretendo hacerte creer, te hablaría de frente, te pediría salir a la luz de todos, que sepan que ando contigo y que tengo el permiso de tus papás. Pero eso no va a pasar, porque, como ya te he dicho, quiero satisfacer un deseo mío, un gustito me quiero dar y lo quiero lograr aunque tus padres no estén de acuerdo. Por eso te ofrezco la oscuridad, donde nadie puede ver, nadie puede saber que tú y yo somos novios. Lee bien, si logro este acometido, no tardaré mucho en lograr ponerte a mis pies, no tardaré en convertirte en lo que quiero que seas para mí: un títere, con el cual poder jugar y divertirme.

Espero que te hayan gustado las canciones que te dediqué. Cada vez que las escucho solo pienso en ti. Me imagino y sueño poder hacer realidad esas canciones que expresan lo que siento en mi corazón. Yo soy el muchacho que canta y lo que dice es lo que quiero que sepas. Sé que algunas son muy atrevidas y dicen cositas que algunos ven mal, pero no lo son, sino que son cosas del corazón y es lo que siento y deseo. Si no te gustaran sé que me las habrías dicho, pero sé que te gustan porque también sientes igual.

Esta es una de las partes que más me encantan. ¡La música! O, buena música, como nos ha ayudado a conseguir tontitas. ¡Ups! Ustedes, las que se creen toda la canción y se derriten en una melodía, son las más débiles de mente que existen. Hay algunas inteligentes que no caen fácilmente y hasta le hacen el feo a este tipo de canciones que expresan abiertamente nuestro deseo sexual y que quieren provocar en ustedes el mismo deseo, para que también les gusten las canciones y sea más sencillo hacer lo que deseamos. Sí, ya me adivinaste: quiero que formes parte de la larga lista de chicas que he logrado pasar por entre mis sábanas. Y la primera señal es cuando ustedes comienzan a tararear esas canciones que hablan sobre sexo.

¿Te sorprendí con mi objetivo? Yo sé que no. Sé que ya lo sabías. Sé que el dedicarte canciones ha surtido efecto. Ustedes las mujeres utilizan su físico para llegar a lo sentimental, pero nosotros usamos lo sentimental para llegar a lo físico. Es decir, las engañamos con unas cuantas útiles y productivas mentiras de amor y alegría y falsa felicidad que sentimos por ustedes o tonteras como las mil que escribí en la carta. No vas a negar que al principio te emocionaste por mis palabras. Pues quiero que sepas que esto me sirve mucho, esto de inventarme un amor que no siento por ti, o al menos no ese amor verdadero, porque si lo fuera no actuara de esta forma, sino que por el contrario, te busco abiertamente pasarla bien y divertirnos un rato. Que los dos disfrutemos el momento.

Ir a fiestas, antros, bares, donde venden cervecitas heladas, donde hay música asquerosa que solo sirve para exhibir tu cuerpo y el mío y el de toda una multitud sedienta, hambrienta de intimidad unos con otros. Así es, chiquilla, ese mundo que ves allá afuera busca algo que se llama placer. Los lobos salen en las noches en busca de las presas y en las fiestas es donde sobreabundan.

En todo lugar. En todas las zonas, esas fiestas nocturnas donde las inocentontas jóvenes utilizan pantalones ajustados, escotes atrevidos, shorts muy cortos y pegaditos al cuerpo, es ahí donde nos gusta estar, porque nos gusta apreciarlas, imaginarnos cosas con ustedes, aunque si podemos lograrlas, mucho que mejor. Y gran parte de la culpa de nuestros malos pensamientos es de ustedes, por vestirse así, por parecer más que jovencitas decentes, unas burdas mujeres callejeras cuyas carnes están a la venta, al mejor postor. Y perdona que utilice este lenguaje tan soez, pero si no te digo estas cosas, no me sentiré bien. Necesito advertirte de lo que hacemos, de lo que somos.

Observa cómo pensamos, qué pensamos. Escucha qué música me gusta, qué música nos gusta y juzga por ti misma si quiero algo serio contigo o no. Si me gusta la escuela, si la desdeño, si busco superarme o solo soy ambicioso. No quiero que ignores si vas a elegirme bien o no. Yo no sé si tú quieras ser feliz algún día, pero si piensas que las palabras falsas y los engaños te van a hacer feliz algún día, estás muy equivocada. Al contrario, te causará el peor daño que puedas imaginar. Las consecuencias por creerme pueden resultar muy dañinas para ti.




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