Cartas en el tiempo

En cuanto sobre Cristo. El viaje del sueño en los senderos. – With a Little Help from My Friends" (Con un poco de ayuda de mis amigos)

En cuanto sobre Cristo. El viaje del sueño en los senderos. – With a Little Help from My Friends" (Con un poco de ayuda de mis amigos)

A saber, sí, soy algo extraño.

  • Ese niño es horrendo – ¡¡Aléjalo!!

Nunca supe si naci de alguien, porque no tengo memoria de mi padre y madre. Dicen los científicos o médicos que parte de mi cerebro perdió algunas neuronas que permiten los recuerdos. Entonces solo puedo retener imágenes de personas, pero no de lo vivido con ellas. Puedo retener todo lo que he aprendido. Puedo ver colores que aparentemente no existen en la tabla mundial.

Y puedo percibir el tiempo y pasar sobre él, ¿Y no sé cómo?

De las personas que han pasado en mi vida. He dibujado la imagen de muchas de ellas. Puedo recordar una enfermera que me tenía en brazos, como el sitio, al que llaman orfanato donde me depositaron y los niños y niñas que existían allí, que me aislaban.

Luego con el tiempo pude estudiar en primaria, secundaria, y en la universidad, concluyendo mis estudios. Pasando por mi infinidad de personas que luego me ignoraban como si no existiera.

Atribuía ello a mi rostro y a mi falta de memoria de quienes eran. – Luego tuve un sueño que fue en mi primera adultez en la cual estaba de viaje, y alguien se hizo presente. Una silueta que me pidió que cambiase el mundo. Supe que el reloj no era lo que conocemos. Y el tiempo era volátil, maleable y totalmente mudable. Pero solo yo lo sabía y con ello comencé mi travesía.

Un joven que se ha perdido. ¿Acompañante de hogar?

¿No recuerdo como llegué aquí. No obstante, tampoco sé que hago aquí?

El sueño recurrente, siempre acontece. En ese viaje en el cual estoy practicando senderismo.

¿Y en el que soy alguien ignorado como un fantasma y alejado de todo?

Enero del verano...Zona cordillerana.

  • ¿Encontraron algo?
  • ¡No nada!
  • La descripción es que tiene una mancha grande en el rostro color rojo y negro y es tuerto de un ojo. –
  • ¡Perfecto!
  • Continuamos la búsqueda. –

No muy lejos al pie de una montaña nevada, fui a caminar para realizar senderismo. Como ya era costumbre, lo hice solo, y no es porque me parece que quisiera hacerlo. Es difícil para alguien con un rostro deforme ser aceptado. En el hostel me aceptaron mirándome de los pies a la cabeza. Posiblemente, nunca imaginaron ver a una persona que carece de la vista de un ojo con una gran mancha roja que cubre la mitad de su rostro. Para no entrar en detalles solo fue un accidente. Desde que tengo uso de razón que me persigue la desgracia. Accidentes, trabajos rechazados, amores no correspondidos. Usted señor, no quiero hacerle perder el tiempo, pero viene mal de fábrica. Debería regresar. Nacer nuevamente. Esas fueron palabras mi mente, pero no descarto que hayan sido utilizadas por terceros ajenos o afines.

  • ¡¡Diablos!! – verifiqué mi ubicación en el móvil – pero no se veía nada – Lo único, una neblina bastante molesta que quitaba visibilidad a mi escaso sentido ocular. – ¡¡¿Dónde mierda es que estoy?!!!

Había salido del camping del Hostel muy temprano por la mañana. Algunos se iban en grupo. Intenté congeniar con otros, pero fue inútil. Ya estaban listos en los vehículos, y no existía lugar para mí.

  • Lo siento …¿Eh? ¿Cristopher no? –
  • Si
  • ¿Qué va venir ese?
  • ¡No..eh! Estamos completos. -
  • No hay problema – Esbocé una leve sonrisa, no muy agradable. –

Eran grupo jóvenes y por mi parte alguien que toca el piso de los treinta no es muy bienvenido. Sin embargo por cuestiones económicas acceder a estos lugares sociales, suelen ser beneficiosos, aunque no transmita un ápice de comunicación por el ganado turista de viajeros que se suman.

A decir verdad, he pasado varios días sin que me hablen. Es como si vieran mi presencia y un aura superficial y diabólica los alejará. En mi trabajo y en la universidad me ha ocurrido la misma situación. ¿Nunca pude entender por qué las personas se alejan? Por lo que gran parte de mi vida, digamos un noventa por ciento, no mejor cien, fue declarada al ostracismo, o exilio obligatorio para parias. –No tengo muchos recuerdos gratos. La malformación me produjo una pérdida de memoria con relación al pasado. Para ser más exactos, lo que sucede lo olvido rápidamente. No así con las personas o lo que escribo y leo, si con los hechos. ¿O eso creo? Aunque a veces tengo flashes internos de situaciones que posiblemente ocurrieron, aunque las ameritó en mis sueños. –A raíz de ello me volví un escritor para recordar, pero es muy endeble.

Decidí ir por mi cuenta a recorrer un cerro que hace tiempo, llamaba mi atención. El cerro de las lluvias. Suele decirse que siempre se encuentra húmedo por lo que su vegetación es bastante tupida. Eso me pareció interesante. –

Al principio, era algo simple como caminar, fue cuando crucé una casa en ruinas, que podría ser un refugio. Fue cuando sentí un leve dolor del lado donde tengo la cicatriz de mi rostro. Exactamente debajo de lo que alguna vez fue que tenía un ojo, antes de que me operaran. Nací como una malformación. O eso me dijo la señora que hizo de madre en el convento, antes de que me abandonaran. La vida no es fácil para algunas personas, tampoco es amigable cuando se trata de desdichas, sin embargo estoy aquí. O eso que suele tener un nombre y mientras el mundo lo ignora camina. Es por eso que me hice senderista. Para caminar. Con eso hasta puedo olvidarme.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.