Puede que siempre haya buscado problemas desde pequeño, pero uno de ellos y el más recordado fue la pelea al ingresar a bachillerato.
Todos recordaban con horror la sangre de sus compañeros y él, jadeante y observando a los tipos en el suelo con verdadero orgullo, o al menos así lo veían los demás, la profesora lo suspendió un mes y con ello tuvo que hacer el examen titular para no cargar con las materias en un futuro incierto.
Tenía excelentes calificaciones y paso con facilidad, pero los chicos a los que les habia pateado el trasero y roto uno que otro diente, no regresaron a la academia.
"Nadie lo sabe, pero no te preocupes, yo me encargaré de que se enteren." decia el inicio de un texto, como el anterior, publicado de manera anónima "Michael les rompió la cara a esos tipos porque habían molestado a los demás desde primaria, y por una u otra razón los encontro molestando a un chico de tercer semestre -ellos eran de quinto-, Michael empleo justicia por su propia mano y esos idiotas lo merecían.
Michael no es alguien a quien temer, sino alguien a quien escuchar
Para: Michael"
Una chica de cabello rubio platinado y mejillas rosadas se acerco a otro chico, más alto que ella y de cabello negro azabache, sus ojos eran verdes como la esmeralda y estaban llenos de lágrimas.
- Michael - dijo ella al divisar a ese chico al que le temía desde que había entrado - lo siento, y gracias - susurra, pero sólo dice eso y toma al chico de su sudadera azul que llevaba.
El verde se cruza con el azul en un gesto amistoso, fuera del terror o el miedo, y ambos asienten, como si con ello firmasen un trato de por vida.
Michael siente un vacío más profundo, pero no sabe por qué.