Siempre estoy pensando en ti, en la comida que me preparabas cuando llegaba de mis sesiones, te veia en cada espacio de la cocina de nuestro apartamento preparándome algo de comer, mientras yo estaba descansando en nuestro sillón.
Me acuerdo la primera vez que llegue de mis sesiones, la primera vez, te me quedaste viendo como si no me reconocieras y cuando reaccionaste, tus ojos soltaron demasiadas lágrimas ese día, te acercaste demasiado lento hacia a mi. Ese día no me querías abrazar, me dijiste que era por miedo a que me rompieras.
Ahora que estoy acostada enfrente tuyo, te veo derramar la misma cantidad de lágrimas que derramaste ese día, si no es que más.
-J