Cartas Para Papá

Agosto 2020 : Parte Tres


 


Parte tres

Los preparativos para la coronación habían ido lentos, precisos y seguros, pero días antes, más específicamente un día antes, todos se habían vuelto locos.

Corrían del palacio a la Abadía de Westminster, de la Abadía al palacio. Algunas personas comenzaban, a acampar cerca de la Abadía, y cerca del palacio. Las calles se estaban manteniendo limpias e impecables, más de lo común y el personal del palacio, junto con el parlamento y consejeros, corrían de un lado a otro.

Diplomáticos comenzaban a llegar, embajadores, presidentes y monarcas de otras naciones.

Todos estaban con los nervios a flor de piel, y no eran los únicos...

-¿Es una broma? -María nego -¿mamá quiere que elija mi vestido para la coronación hoy? ¿veinticuatro horas antes?

-Si, así es -se encogió de hombros, con un sonrisa burlona.

-¿Esto te causa gracia verdad?

-Si, debo de admitir que si. Anda sal de tu habitación y sube al tercer piso, te están esperando.

Dicho esto dio media vuelta, me tire a la cama y grite a todo pulmón haciendo toda una rabieta, como niña de cinco años.

Luego me levante, salí de mi habitación y subí al tercer piso.

Al llegar al antiguo salón, donde Theo y yo solíamos jugar, me encontré con la puerta abierta lo que llamo mi curiosidad. Y sin más, comencé a acercarme.

-¿Mamá? -no había respuesta -¿mamá estas ahí? ¿Leticia? -Sin esperar respuesta ya, me adentre al salón y quede anodada con lo que mis ojos veían -¡carajo! ¡carajo, carajo! -Me lleve las manos a la boca, girando para asegurarme que nadie estuviera cerca y luego, volví la vista al frente.

Vestidos al rededor de cincuenta vestidos, estaban dentro del salón brillantes, elegantes y despampanantes, esperando ser usados, esperando ser estrenados y escogidos.

Me adentre más, quedando en medio, de estos y podía jurar que estaba equivocada, y que quizás, habían más de cincuenta.

Mi entrecejo se frunció, ligeramente al notar que todos los vestidos, eran del mismo color; blanco, pero diferentes estilos.

-Oh ¿Tu quien eres? -Me gire y vi a una mujer de unos cuarenta años, vestida con un vestido celeste marino, cabello rubio, tez blanca y ojos azules. Me miraba llena de curiosidad.

-Elle -dije por lo bajo

-¿Elle? ¿eres la princesa Elle? -Inclino la cabeza, asentí en respuesta. -How, has crecido mucho, la última vez que te vi, tenias diez años. Fue en la boda de Isella.

Oh, la boda que no se llevó acabo

-Pero de seguro no me recuerdas, mi nombre es Jossie, soy la jefa de Leticia. -Hizo una reverencia después de hablar -Y hoy yo, te ayudare a alegir tu vestido.

Eso capto de nuevo mi atención -tengo curiosidad ¿por qué todos los vestidos son del mismo color?

-Es una coronación, y tu madre y abuela han elegido ese color.

-Ya veo... -patrañas, eran patrañas, lo de dejar que yo, escogiera el vestido que quisiera. -Así que... Tendré que elegir uno de estos vestidos, para mañana ¿no es así?

-Es correcto, pero no te veo muy feliz para realizar, dicha elección ¿sucede algo?

La miro por unos instantes, luego mire a mi alrededor, admirando todos los vestidos que estaban aquí, a mi disposición.

-Hace mucho tiempo, que no usaba... Un vestido de ese color.

-Ya veo, pero no hay ningún problema, amenos que ese color, no sea de tu agrado. Letty me comentó, del cambio de guardarropa y he de admitir que me gusta.

Eso me hizo sonreír -gracias -mire el jumper azul cielo, que llevaba hoy.

-Y también del vestido, que usaste en la cena de compromiso, de tu hermano. -Mi sonrisa crece-pero lamentablemente, en esta ocasión, no podrás usar un vestido así.

-Mis sueños, se han destruido una vez más, muchas gracias por bajarme de mi nube.

Suelta una risa

-Al parecer alguien, ha amanecido de mal humor hoy ¿eh?

Pego un brinco y me giro, como si mi cuerpo entero, estuviera hecho de resortes.

Cabello oscuro, ojos grises, piel bronceada, sudadera gris y jeans negros, aparecen en mi campo de visión.

Kalet está recargado, en el marco de la puerta, mirandome divertido.

-Kalet

-Hola pequeña -¿pequeña?

La confusión, me invade

-¿Pequeña? ¿por qué me has llamado pequeña? No tengo cinco años.

-Dios -suelta una carcajada -¿que te tiene de mal humor, hoy? Has roto mi corazón, pensé en ti cuando elegí llamarte así, de manera cariñosa.

-¿Por qué has decidido llamarme, de esa forma? ¿dices cariñosa?

-Ok, esto no me gusta nada -posa su mirada en Jossie -Kalet Alexandre -se aleja del marco de la puerta, y estira su mano en su dirección.

-Jossie, un placer -estrecha su mano -¿es amigo de los principes?

-No, en realidad, soy amigo de la princesa tensa, aquí presente. Amigos, por el momento.

-¡¿Por qué sigues diciendo eso?! ¡no es un momento para eso!

Ambos me miran extrañados, y yo estoy comenzando a sentirme así también ¿que esta mal conmigo?

-Jossie ¿me darías un resumen de lo que está pasando, aquí? Por favor.

-Elle tiene que elegir, un vestido para mañana.

-Oh, ya veo...

Susurra mirándome, pero yo desvío la mirada, sintiéndome extraña, tensa, molesta y de nuevo extraña.

Les doy la espalda y me alejo unos pasos, mirando hacia la pared, tratando de concentrarme, en algún punto de esta.

¿Por que derrepente me sentía así? ¿por qué derrepente quería salir huyendo de esta habitación?

"Tranquila Elle, por favor tranquila. Tienes que calmarte y por favor, por favor, no actúes como una loca, delante de Kalet, por favor."




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