Cartas para San Valentín

Un último adiós.

El amor prohibido es la droga más cotizada y peligrosa que existe”

-Anónimo??

Sexta carta: “Un último adiós”

(Escrito por: Bukhal)

 

 

8 de Julio 1890, Londres.

 

Vlad…

Me cansé de ocultarme a los ojos de la sociedad, me cansé de verte a escondidas y no poder disfrutarte como una pareja normal. Desde que nos conocimos no hemos hecho más que tantear terreno peligroso.

No puedo negar por más que quiera que cuando te conocí quede embelesado con tu presencia, yo no era nada más que tu estudiante, tu solo un profesor más…pero no podía quitarle la vista de encima. Te comía con la mirada literalmente, a pesar de saber que no era correcto, de que era algo insólito a ojos de los demás… dios estabas maravilloso. Lo único que realmente deseaba era acercarme a ti de alguna forma, lograr que me enseñarás, me dieras clases privadas, cualquier cosa con tal de poder compartir un tiempo juntos.

¿Recuerdas cuando aceptaste mi invitación a almorzar? Ese día no dejabas de hablarme de metafísica y de tu esposa. Me sentí rechazado en un segundo, algo estúpido ¿no? Pues es mal visto ver a alguien con mi inclinación sexual, pensé que posiblemente lo notaste e intentabas apartarme… pero ese mismo día, después de salir de la taberna me tomaste del brazo y me llevaste a un callejón únicamente para besarme. Las personas pasaban a nuestro lado, mientras nos ocultábamos en la oscuridad.

Hiciste muchas cosas maravillosas por mí, me enseñaste bastantes cosas incluso me enseñaste a no odiarme por ser un cristiano con gustos particulares. Pero la fe no me ayuda Vlad… quiero un verdadero compromiso, quiero ser amado realmente. Tal vez es tonto que crea que algún día vendrá alguien que me acepte, pero prefiero creer eso, a creer que tú eres el indicado, porque ambos sabemos que no es así. Jamás dejarás a tu esposa, jamás huiras conmigo a Escocia como prometiste, tienes un titulo y una familia que mantener, mientras que yo soy un simple bastardo sin herencia. Hemos perdido tanto en escondernos más que disfrutarnos uno al otro, cuando pudimos estar disfrutando a la persona correcta… por lo que he decidido marcharme.

No deseo que interpretes estas palabras de ningún modo. Te amo, siempre lo haré, una parte de mí siempre va a pertenecer a ti, pero no estamos destinados a estar juntos. Jamás te pediré que abandones a tu esposa por mí, me di cuenta que jamás podría permitirte huir a Escocia conmigo. Para esta sociedad la homosexualidad es una enfermedad Vlad, no la entienden… jamás seremos aceptados y tu has tomado tus decisiones y formado tu familia mucho antes de conocerme. Todavía puedes mantener tu reputación, todavía puedes enamorarte nuevamente de tu mujer, de la misma forma que me contaste ese día. No es necesario que camines por el infierno conmigo, es más… no quiero que lo hagas. No estaré escondido por siempre y enfrentaré lo que la gente tenga que decir, pero para aquello se requiere valentía… una la cual tu no posees, y aunque parezca que te juzgo, no lo hago… yo hubiese hecho lo mismo en tu lugar.

Este es mi último adiós Vlad.

Siempre tuyo. Roderick.




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