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Amarillo por el tiempo, la tinta, desdibujada por las veces he las leído, los dobleces, apunto de romperse por las veces que las he estrujado entre mis manos, el aroma inundado las fosas nasales como la primera vez, las mismas cosas que siguen retumbando en mi cabeza, como un guion el cual pretendo aprenderme, con tanto esmero, el lenguaje romántico que nunca pensé que él tuviera oculto en sus venas, el lenguaje que solo sale, cuando él me mira y me sonríe, cuando él me abraza, o simplemente limpia la lagrima de mi mejilla.
Recibiendo una cada mes, recibiendo una, en cada momento importante de nuestras vidas, el primer aniversario, nuestra primera pelea, el primer beso, nuestra primera vez juntos, cuando nos casamos, o cuando, las sombras y el otro mundo estaban por arrebatarnos las felicidad a la que nos había costado tanto llegar.
En cada uno de esos momentos recibí una, y hoy no es la excepción, es la carta número 60 y la flor número 59, pues la que iba acompañada con la carta de esa vez la perdí, mientras corríamos para cubrirnos de la lluvia.
Con paciencia y respirando hondo, controlando mis ansias, leo, primero lo que hay en el sobre escrito, esta vez, son palabras, que otra vez tratare de memorizar como un libreto:
A MI QUERIDO AMOR, MI SOL Y VIDA ENTERA.
Todo en una perfecta letra manuscrita, sonrió como un tonto, como siempre lo hago desde que las he recibido. Con delicadeza abro el sobre, liberando ese aroma que no ha cambiado, saco el papel, el cual esta doblado perfectamente, deje el sobre en la caja y entonces.
Perdón si tengo el atrevimiento de acercarme a usted de esta manera, pues aun no tengo el valor, de decir estas cosas de frente, pues mis piernas temblaran y mi cuerpo se desvanecerá solo de ver sus hermosos ojos y su brillante sonrisa que hace que el mismo universo, se vea opaco, a su lado.
Hoy, se cumplen cinco años, desde que usted me dio el sí, en aquel pasillo de universidad, donde todos nos miraban y donde todos murmuraban, espero no haberlo avergonzado tanto, pero tenía que ser ahí, ahora, con su diploma en la mano, usted como un reconocido arquitecto y yo como un abogado, usted con su linda sonrisa y mejillas rojas y yo con un unos nervios de muerte y mis manos sudando.
Han sido cinco años de altibajos, cinco años, donde usted y yo, hemos pasado por momentos duros, momentos que nos han llevado al límite, pero que agarrados de las manos, se hacen pequeños ante nosotros, como siempre me dices: no me sueltes. Y yo con seriedad y todo mi amor te sujeto y te menciono: nunca te soltare.
Cinco años, en los que aun no entiendo que debo dejar la ropa en el cesto de la ropa sucia, cinco años, donde no entiendo, por qué sigues usando el mismo aromatizante para el baño, donde aún no entendido por que cuando tú haces la cena yo debo lavar los platos, pero sabes que, no me importa si no entiendo, porque cada vez que dices: Seungri ya te he dicho muchas veces..
Es como decirme, Seungri, te amo, seungri me importas, seungri, acompáñeme en este viaje, seungri, quiéreme y siempre lo hare, te amare hasta el día de mi muerte y aun estando muerto te amare.
Taeyang, sol, mi vida, mi amor, bebe, cariño, te habla tú, panda, tú Ri, tú bebe, tú, cariño, te habla el hombre, que siempre estará a tu lado, te habla el hombre que a pesar de ser un completo estúpido, tú sigues amando, te amo, y lo repetiré mil veces, te amo, y quiero que esto continúe por toda la eternidad.
Te ama Lee Seungri.
Las lágrimas traicioneras ahí están, una y otra vez las veo escurrir entre mis mejillas, cada vez que leo una de sus cartas, esta vez, Cinco años juntos, que se han hecho cinco minutos, respiro hondo, la aprieto en mi pecho y cierro los ojos, dejandome llevar por los recuerdos de tantos días juntos, sonrió como un tonto, porque ahora siento esos labios dulces y llenos de vida en mi frente.
-¿estás listo mi sol?- su voz angelical me llama- si bebe- meto la carta y la flor en la caja, la cierro, amarrándola con el listón azul, cielo, se siempre, me levanto de la cama, la meto en el ropero, el lugar donde todas las mañanas puedo verla.
El como todas las otras veces, me alza una ceja y digo- vamos a cenar anda- le tomo la mano, pero antes de salir, de la habitación- ¿Qué te escribió esta vez aquel sujeto extraño?- yo sonrió- me ha dicho que me ama- él pone los ojos en blanco y me suelta la mano- es un cursi.
Me da la espalda, para salir de la recamara y entonces digo- también te amo Seungri- él se da la vuelta para mirarme- anda, que se enfriara la cena- me toma de la mano escuche de sus labios, un murmullo, claro....
Te amo mi sol
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