Cartas que nunca envié

Capítulo 13

No tengo una cuenta bancaria que me dé tranquilidad.
No tengo un currículum que impresione.
No tengo un apartamento propio, ni una vida de película.
Y aún así,
me tengo a mí.

Y eso, aunque duela decirlo en voz alta,
ya es mucho.

He sentido la vergüenza de no tener para dar regalos.
He evitado reuniones por no poder pagar una comida.
He bajado la cabeza cuando me preguntan:
”¿y tú a qué te dedicas?”
como si mi valor dependiera de una profesión o un sueldo.

Y sin embargo,
cada día me levanto con dignidad.
Con el corazón abierto.
Con ganas de intentarlo otra vez.

Eso no se compra.
Eso no lo enseña nadie.

A veces me castigo por no “avanzar”.
Me digo cosas crueles:
“no haces nada con tu vida”,
“no tienes futuro”,
“por eso nadie se queda.”

Pero hoy quiero parar.
Hoy quiero abrazarme por resistir.
Porque en medio del vacío,
he seguido soñando.

Porque aunque no tenga mucho,
soy mucho.

Soy la mujer que aún cree en el amor.
Que aún lee, que aún escribe,
que aún le reza a Dios con la voz rota,
pero con la fe intacta.

Soy la que no se rinde,
aunque el mundo le dé mil razones para hacerlo.

Y no, no tengo todo resuelto.
Pero tengo algo más importante:
un alma que se levanta con cada caída.

No quiero que me definan por lo que no tengo.
Ni por lo que aún no soy.
Quiero que me vean por lo que sí soy:

Una mujer valiente.
Dulce.
Resiliente.
Capaz de empezar desde cero las veces que haga falta.

No soy “una sin futuro”.
Soy una historia en construcción.

Y el hecho de que esté escribiendo esto,
sin nada más que un corazón lleno de cicatrices,
ya es prueba de que estoy viva.
Presente.
Y dispuesta a transformarme.

Lo poco que tengo
no define lo mucho que soy.

Y aunque hoy me sienta pequeña,
sé que algún día miraré atrás
y entenderé que todo esto
fue el inicio de algo más grande.

Algo profundamente mío.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.