> Querida tú:
Hoy escribo para ti que caminas con el pecho apretado y el corazón cansado.
Para ti que te levantas cada mañana con la sensación de que el mundo es demasiado grande y tú demasiado pequeña para enfrentarlo.
Sé que hay días en los que parece que nadie te ve, que nadie nota el esfuerzo sobrehumano que haces por seguir de pie. Que te sientes como un árbol en invierno: desnuda, vulnerable, expuesta al frío.
Pero incluso un árbol en invierno sigue vivo.
A veces la vida duele tanto que uno cree que ya no hay nada más. Y sin embargo, aquí estás.
No importa si hoy no pudiste con todo, no importa si sentiste que te rompías, no importa si pensaste en rendirte.
Lo que importa es que sigues aquí.
Y eso, aunque no lo parezca, ya es una victoria.
No eres menos por necesitar parar. No eres débil por sentirte cansada. No tienes que demostrar nada.
A veces la mayor muestra de valentía no es sonreír ni ganar, sino simplemente aguantar un poco más.
Prométeme que no te soltarás. Que aunque solo sea por hoy, aunque solo sea un minuto más, vas a quedarte.
Porque aunque ahora no lo creas, después de este invierno viene la primavera.
Y un día, más pronto de lo que imaginas, te mirarás al espejo y reconocerás a la mujer que sobrevivió.
Gracias por no rendirte.
Gracias por seguir aquí.
Aquí estaré, siempre que necesites que alguien te lo recuerde.
Con ternura,
Alguien que también se rompió, pero floreció.
---
🌟 Pequeños pasos para cuando duele
🌱 Haz una sola cosa por ti hoy, aunque sea mínima: lava tu cara, estírate, come algo nutritivo, sal al sol.
🌱 Coloca tu mano en el pecho y repite: “Estoy haciendo lo mejor que puedo”.
🌱 Escribe en un cuaderno lo que sientes, sin juzgarte, aunque sea solo una palabra.
🌱 Si puedes, tómate un descanso sin culpa: recuéstate, respira, date permiso de existir sin exigencias.