Querida tú:
Hoy quiero escribirte porque has pasado tanto tiempo preocupándote, corriendo, cuidando de los demás, que te has olvidado de ti.
Has confundido la paz con el silencio incómodo de no molestar a nadie. Has confundido la calma con agotarte para que otros estén bien.
Pero no es lo mismo.
La paz no es ausencia de ruido. Es un hogar dentro de ti donde no necesitas pedir permiso para descansar.
Y mereces encontrar ese hogar.
No tienes que hacerlo todo ni ser todo para todos. No tienes que decir que sí cuando tu corazón grita que no.
Puedes soltar.
Puedes parar.
Puedes darte permiso de cerrar los ojos, de dejar que la vida fluya un momento sin que tú la controles.
Tu valor no se mide por cuánto haces ni por a cuántas personas salvas.
Tu valor está en ser, no en hacer.
Gracias por sostener tanto, por tanto tiempo.
Pero ahora, suelta.
Aquí estoy, para recordarte que mereces la misma paz que regalas a otros.
Con serenidad,
Alguien que también aprendió a descansar.
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🌟 Pequeños pasos para encontrar paz
🌊 Cierra los ojos y respira profundo, tres veces.
🌊 Apaga el teléfono por una hora y dedícala solo a ti.
🌊 Aprende a decir “no” sin justificarte.
🌊 Escribe una lista de las cosas que te roban paz y elige una para soltar hoy.
🌊 Repite: “Merezco descansar y ser ligera”.