Escribí estas cartas porque un día necesité leerlas y no las encontré.
Porque durante mucho tiempo pensé que sentir era un error, que llorar era debilidad, que tener miedo me hacía menos.
Con el tiempo aprendí que todos llevamos heridas, que todos tenemos días oscuros y que lo importante no es no romperse, sino aprender a recomponerse con ternura.
Si en alguna de estas páginas encontraste un pedacito de consuelo, si te sentiste acompañada aunque fuera por un instante, entonces valió la pena.
Gracias por permitirme acompañarte un rato en este viaje.
Gracias por recordar, conmigo, que la vida siempre merece una segunda oportunidad.
Con todo mi cariño,
Jenifer Moreira.