Cartas que nunca llegaron

CARTA 5

Fuiste y siempre serás la persona que alegraba mis días

y nunca olvidaré aquel día en que te conocí.

Nos unieron las palabras pero todo empezó con una mirada

y luego con cartas.

Me escribiste por primera vez,

aquellos recuerdos me devuelven el aliento

porque te amo y fuiste una parte de mí que nunca cambiaré.

Me provocaste mucho daño pero ni quejarme

porque yo también te herí

y estoy rota por eso.

Solo quiero que vuelva a ser como antes.

Quiero que vuelva el sentir que nos unió,

las miradas acompañadas de anhelos.

Te amo pero a la vez no te quiero ver.

Estoy en un círculo vicioso del que no puedo escapar.

Tienes la habilidad de confundirme.

Te odio, te odio, te odio,

porque es tan fácil amarte y tan difícil olvidarte.

¿Por qué me tuve que encariñar de ti?

¿Por qué tenía que conocerte?

Por que simplemente no fuiste como los demás.

Cómo te explico que estoy en una historia que ya no es mía.

Y me duele...

Saber que ya no soy la protagonista de tu historia es como perder una parte de mí.

Mi corazón grita, no logro escucharlo, pues ya me perdí...

¿Cómo se escucha al corazón cuando el alma se ha perdido y junto con ella la razón?

Las respuestas se desvanecen en el aire,

como susurros de un eco que nunca llega.

Dices que nada pasó

pero tus acciones no lo demuestran.

Tus ojos me aman pero tus actos me odian.

Sé que en lo profundo de ti me volveré a encontrar.

Me desvaneceré en ti hasta que ya no pueda encontrarme.

Me envolveré en tu alma hasta que no pueda ver la mía.

Te abrazaré tan fuerte que nos volvamos uno.




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