7:30 p.m.
Mia tenía una llamada perdida de Cande y al devolverle la llamada, Cande le dijo que el abuelo de Félix había fallecido en el hospital el viernes y que su funeral fue el sábado, también le comento que Félix estaba muy mal que debería ir a verlo a su casa.
Mia no se lo pensó dos veces, y esa misma noche se fue a la casa de Félix.
…
Cuando llegó a su casa y estaba a punto de dirigirse al porche... baciló un par de segundos, pero al final se atrevió a tocar el timbre de la casa.
Cuando la desgastada y cansada madre de Félix por fin abrió la puerta, Mia se dió cuenta que la señora estaba a punto de irse a acostar ya que estaba en pijama y con una bata poco favorecedora.
-Hola, buenas noches, soy Mia, amiga de Félix. ¿Me preguntaba… si podría pasar a verlo?
- Adelante, pasa Mia.
La casa era grande y espaciosa, aunque daba la pequeña impresión de que le faltaban algunos muebles al lugar.
-Le vendrá bien que lo vengas a ver, ha estado… un poco triste, ni siquiera duerme- continúo la amable madre de Félix. Pero bueno… ¿Quiéres algo de tomar?
-No, gracias.
-Bueno, el cuarto de Félix es la primera puerta a la derecha.
-OK, gracias- dijo Mia antes de subir las escaleras.
La señora asintió con la cabeza y se metió a la cocina.
Primera puerta a la derecha, se repetía Mia en su cabeza. Encontró la puerta, y dio tres suaves golpes a la puerta, pero no hubo respuesta, así que solo decidió entrar.
Y ahí estaba el destruido de Félix, sentado y recargado en la cabecera de su cama, con sus audífonos de casco puestos, mirando hacia su ventana, cuando Félix notó la presencia de Mia, este la miro sin expresión alguna, hasta que luego sonrió levemente.
-Hola Mia.
-Hola Félix.
-Leí tu carta, por cierto… gracias por ser directa conmigo, cuando sepas que es lo que sientes por mí me gustaría que me lo hagas saber.
-Te prometo que te lo haré saber.
- Pero creo que no estás aquí por eso…- Félix tenía un nudo en la garganta, se le cortaba la voz.
- No realmente no, Cande me conto sobre lo de tú … (Mia no pudo decir la palabra abuelo) Lo siento mucho.
Félix le respondió encogiéndose de hombros, después puso ambas manos en su cabeza, y empezó a sollozar, Mia se acercó, se sentó a su lado y lo abrazó, el solo se recargo en su hombro sin dejar de llorar.
8:15 p.m.
Félix lloró hasta quedarse dormido, Mia tenía 3 llamadas perdidas de su madre, solo le mando un mensaje diciendo que ya iba a casa, y que había estado con Félix, por eso no contestaba las llamadas.
Mia le quitó un mechón de pelo de la cara a Félix, se acercó y le dio un beso en la mejilla, y luego solo se fue a casa.