Hola, Dereck
Te contaré todo el asunto de mi ex, siento que por las cartas ya tengo la suficiente confianza como para contártelo y tú te has convertido en un gran lector de mis cartas.
Esta carta será un poco más larga que todas las demás.
Todo comenzó cuando lo conocí, era mi primer día de secundaria en una escuela desconocida para mí, solo tenía a mi mejor amiga. Pero ella se encontraba en clases diferentes a las mías, no teníamos como juntarnos hasta la hora de salida. Porque hasta el almuerzo lo teníamos a diferentes horas.
El caso es que cuando lo conocí sentí una gran atracción hacia él, no puedo negar que era el chico más lindo que conocí. Su porte, sus ojos, su cabello. Todo, absolutamente todo, me encantaba de él. Pero no me atrevía a hablarle, ya sabes, soy tímida.
Pase varias semanas viéndolo desde las sombras hasta que un día solo me arme de valor y no sé cómo. Pero le hablé, mi cuerpo temblaba en ese momento, a él le pareció raro, pero no dijo nada al respecto.
Desde ese día comenzamos a hablar más, nos hicimos amigos. Él era un año mayor que yo, pero eso no importaba.
Unos meses después me confesó que yo le gustaba, eso me emociono, pues al pasar los meses a mí me encantaba cada día más, rápidamente nos hicimos novios. Era feliz.
Todos los primeros meses era amor, pero después comencé a notar comportamientos extraños en él, me celaba, siempre estaba pendiente de que ropa llevaba puesta, si no le gustaba me mandaba a cambiarme. No le decía nada, pues yo lo amaba. Incluso algunas veces llegó al punto de golpearme. Me dolía mucho.
Todo el tiempo me decía que yo lo engañaba, nunca me dejaba explicarle las cosas, él me decía cosas muy feas, pero yo las aceptaba. Él decía amarme, yo le creí.
El día de mi cumpleaños, él me pidió que si lo amaba me entregara a él, no estaba segura, claro que sabía que "lo amaba" pero entregarme a él era un paso muy grande para mí.
Él me insistió, hasta que finalmente accedí, simplemente debí decir que no, pero ahí estaba yo. Entregándome a un hombre que suponía amar solo para que no me dejara.
Al día siguiente me sentí horrible. Su celular estaba sonando, pero él estaba dormido, así que conteste... Era una chica. Me llevaba engañando 6 meses del año de relación que llevábamos. Mi mundo decayó.
Peleamos, él me pidió perdón. Casi caía una vez más, pero luego recordé las palabras que me dijo mi abuela una vez.
El peor ciego es el que no quiere ver, a veces lo que está enfrente de nuestros ojos, nuestra mente es incapaz de verlo. Porque ella solo quiere ver lo que le conviene.
Me di cuenta de que lo nuestro no era amor, era algo tóxico, así que le terminé. Siguió buscándome, hasta que misteriosamente desapareció, no lo volví a ver. Hasta que pasó lo que pasó.
Por eso, odio mi cumpleaños, un motivo más para recordar cómo perdí mi dignidad y amor propio solo por el amor basura de alguien más.
Espero y no te haya aburrido con esta carta tan larga, gracias por leer todo lo que te escribo, desahogarme contigo sirve mucho.
Bueno, eso es todo por hoy.
Se despide anónima.