Saray
- Eres una ladrona Saray Margarita - me grita Natalie llegando hasta mi.
¿Qué le pasa a esta ahora? Pienso.
- ¿Qué se supone que te robé Natalie? - le pregunto rodando los ojos.
- Mi corazón bebé - entrecierra los ojos y se muerde el labio mientras estira el brazo.
- ¿Estuviste viendo vídeos en internet de nuevo? - pregunto aguantando la risa que quiere brotar de mi garganta.
- Obvio - se sienta a mi lado - ¿Qué trajiste para desayunar? Tengo hambre - dice mientras abre mi bolsa del almuerzo.
- Oye - me quejo - se supone que tú tienes tú almuerzo.
- No es cierto, mamá dijo que yo misma me podía hacer mi comida - saca un pan y se lo lleva a la boca - pero a mí me dio flojera cocinar - dice con la boca llena.
- De verdad necesitas aprender a comer de manera educada - digo mientras hago una mueca de asco.
- Si se comer - termina de masticar y traga el pan - ¿Algo para tomar? - rebusca una vez más en mi bolsa.
- No, traje mi propio dinero para sacarlo de la máquina de jugos - saco veinte euros de mi bolsillo.
- presta yo los compro - me arranca el billete de las manos - ¿De qué lo quieres?
- Fresa.
- Bien, yo quiero de naranja, en breves traigo tu preciado jugo - da media vuelta y se va a la máquina.
Mientras tanto yo paseo la mirada por toda la cafetería, siempre llena de estudiantes que están separados por grupos. No es el típico cliché de "los populares, los nerds, los rechazados" y cosas así de estúpidas.
Aquí todos están con los que consideran sus amigos, a quienes le tienen confianza, o eso creo.
Mi mirada se detienen en una mesa en específico, la mesa de Dereck Lander. El chico que me gusta, es amable, responsable y lindo. Todo lo que una chica busca en un posible novio, o por lo menos busco yo.
Por alguna razón estúpida que ni yo misma sé, suspiro. Yo, Saray Tomlinson suspiro. Que patética soy.
- Deberías hablarle - dice Natalie a mi lado ocasionando que salte en mi sitio por el susto que me dio.
- ¿Eres tonta o te haces? - pregunto poniendo mi mano en mi corazón que está acelerado por el susto - me asustaste babosa.
- No que fuera para tanto babosa - rueda los ojos y me pasa mi jugo.
- Gracias - sorbo de el - y con respecto a que me decías que debo hablarle olvídalo.
- No creo que sea mala idea, nunca sabrás si pudiste haber tenido una oportunidad con el.
- O avergonzarme - le digo de manera obvia.
- O avergonzarte - al terminar de decirlo se da cuenta que eso no fue muy motivacional de su parte - el punto es que tal vez nadie te llegue a gustar del manera en que Dereck te gusta, no pierdas la oportunidad, aprovecha que hablan un poco.
- Es que... No se, no quiero quedarme sin hablar con el, pero ¿Y si lo arruino? ¿Qué pasa si resulto molesta para él? - soy consciente de que tengo muchas inseguridades, pero no puedo evitarlo.
- Saray - Natalie toma mis mano y me mira a los ojos - tu eres una chica maravillosa, cualquiera mataría por estar o hablar contigo y el que te diga lo contrario es un tonto. Porque tú eres perfecta ¿Okey? - asiento - bien, porque no quiero escucharte nunca más sobre que puedes llegar a ser molesta.
- Gracias por ser mi amiga Natalie, aunque diga aveces que eres molesta, no es así. Te quiero mejor amiga - la abrazo.
- Yo tambien loquita - me devuelve el abrazo - oye.
- ¿Qué? - me separo de ella.
- Creo saber como puedes hablarle sin que Lander sepa quién eres.
- ¿Y cómo se supone que logre eso Natalie? - frunzo el seño.
- Puedes escribirle una carta y ponerla en su casillero, una vez lo vi en una película, el chico terminó descubriendo a la chica, pero puede que eso no suceda contigo.
- No me convence mucho eso - digo de manera desconfiada.
- Si quieres te ayudo con la primera carta, será nuestro secreto - Natalie alza el meñique - ¿Pinky promese?
Entrelazo mi meñique con el suyo - pinky promese.
Natalie alza la mirada de mis ojos para ver a alguien.
- Annie hola - saluda Natalie con una sonrisa.
- Hola Natalie - Annie llega hasta nuestra mesa - Saray, qué gusto verte - se sienta en la silla que está vacía en la mesa.
- Lo mismo digo Annie - le sonrió.
Ve nuestro meñiques que aún están entrelazados.
- No me digan que andan con eso de las promesas con el meñique - sonríe con burla.
- Sí, Saray le escribirá una carta a Dereck y se la dejará en su casillero - Natalie y hasta parece que la le hablara a su crush es ella.
- Oh yo quiero ayudar - dice Annie totalmente fascinada con la idea - si a Saray no le molesta claro.
- Claro que no me molesta - me encogo de hombros - tal vez hasta puedas ayudarme a que escribir, eso de pasmar palabras en hojas no sé me da muy bien que digamos - rasco mi nuca.
- Pues estas de suerte, porque no es por presumir pero - ve sus uñas mientras hace una pausa dramática - fui la mejor en la clase de la profesora de literatura.
- Si es por presumir - dice Natalie lo obvio.
- Claro que es por presumir - Annie confirma lo que ya sabíamos.
- Pero no nos desviemos del tema principal ¿Tienes algún sobre? - me pregunta Annie viéndome fijamente.
- No, pero tal vez mi papá si tenga en su oficina, ya regreso.
Salgo de la cafetería y voy en camino hacia la cafetería cuando alguien me llama a lo lejos, me tenso porque esa voz la puedo reconocer donde sea.
- Saray - me llama Dereck.
Yo freno en seco y me doy media vuelta para ver cómo viene corriendo hacia mi, solo falta la música y las luces de fondo para que sea romántico, ah y no olvidemos la cámara lenta.
- Dereck - lo saludo cuando llega hasta mi.
- ¿Vas a la oficina de tu padre? - asiento - que bueno, vamos te acompaño yo también voy para allá.