Cartitas para mi crush

Epílogo ✔️

Saray

No lo puedo creer, oficialmente tendré otra cita con Dereck, pero con la diferencia de que él ya sabe quien soy. Debo admitir que esto que está pasando aún no me lo creo por completo.

Le he pedido varias veces a Natalie que me pellizcara obviamente ella gustosa aceptó y con una sonrisa en el rostro, no es un sueño, estoy en la realidad. Una realidad donde al fin el universo me sonríe.

Hoy es viernes, esta semana a sido un poco loca para mí, pues me la he pasado casi todo el tiempo hablando con Dereck y sus amigos quienes resultaron ser muy agradables y graciosos, pero la que más me agradó fue Cony, quién es graciosa y amable a la vez, no fue difícil congeniar con ella.

Natalie no perdió el tiempo y comenzó a molestar a Mario sobre su procedencia italiana, el susodicho que aún no se porque la molestia, le hacía mala cara y la ignoraba.

Carl, el chico nuevo del que hable en mis cartas también se unió a la mesa y se llevó muy bien con todos al instante, pero con quién más hablaba era con Mateo. Al parecer ser los nuevos les hacía tener muchas cosas en común.

Me alegro que nuestros amigos se estén llevando tan bien y sin ni siquiera intentarlo.

No tengo idea de que ponerme. Pienso buscando en mi pequeño armario algo con lo que pueda verme decente.

Rebusco y rebusco hasta que logro encontrar algo que encaja perfectamente con lo que buscaba.

Una falda negra larga, una camisa blanca mangas largas, unas especies de botas altas negras y mi bolso de mano. Para el maquillaje decido usar un corrector para cubrir mis ojeras y bolsas, me coloco un poco de base, un poco de rímel en mis pestañas, rubor para darle color a mis mejillas, sombras en los ojos, un labial de un color rosa un poco suave y listo. En cambio mi cabello queda suelto.

Me veo en el espejo y me gusta lo que veo, sonrió ante mi reflejo.

Cuando voy a buscar mi celular para avisar a Dereck que estoy lista el timbre suena y la puerta es abierta por papá que es el único además de mi que está aquí.

— ¡Saray, Dereck ya está aquí! — grita desde la sala.

Salgo de mi habitación y voy directo a la sala. Allí lo veo, tan lindo y tan elegante.

Lleva puesto unos pantalones de vestir negros, una camisa blanca y unos zapatos negros.

Lo recorro con la mirada y el hace lo mismo haciendo que me sonroje y el sonría.

— Me copiaste — decimos al mismo tiempo haciendo que Riamos.

— Estas muy bonita Saray — le sonrió y el me devuelve la sonrisa.

— Lo sé — muevo mi cabello como diva.

El laza las cejas con sorpresa para luego sonreír y ofrecerme su brazo, el cual acepto gustosa.

— Entonces me dices que tienes un buen ego — me dice mientras vamos a la puerta.

— Se puede decir que si, hace un tiempo entendí que para que otros crean que soy la mejor debo hacerme creer a mi misma que soy la mejor. Cosa que es cierta, jamás dejaré que nadie más desprecie mi persona.

El sonríe y comienza a aplaudir, yo para que no se note mi rubor hago una reverencia a modo de broma.

Papá aparece justo cuando vamos a salir para darle una mirada de advertencia a Dereck, que yo sé que solo es para intimidar a Dereck, que se ve que está funcionando, el pobre tiene una mirada de horror, puedo ver justo el momento donde su saliva pasa por su manzana de Adan.

— Espero que la cuides, porque Saray es una de las personas más preciadas para mi, la otra es otra hija. Espero que la devuelvas a casa sana y salva, temprano y con una sonrisa. ¿Entendido?

— Sí, si lo entiendo — dice el nervioso.

— Más te vale — lo acusa con el dedo — ahora pueden irse — se acerca a mi y me da un beso en la sien  — que la pases bien cariño. Te ves hermosa.

— Gracias papá, te amo — le doy una sonrisa cálida sonrisa.

Salgo junto a Dereck y veo su coche aparcado afuera, el me hace un seña para que suba mientras abre la puerta para mí, ese simple acto hace que mi corazón se acelere y mi respiración se acelere.

Mientras estamos en el coche es muy atento de su parte iniciar la conversación ya que yo me siento lo suficientemente nerviosa como para decir una sola palabra, el camino se la pasa así. Risas, balbuceos, conversaciones y anécdotas.

Luego de un rato me siento cómoda, pues la tensión se va rompiendo y se puede decir que ya hay un poco de confianza.

—Entonces le dije que no podía comer ese chocolate porque era mío, el solo se encogió de hombros y se lo comió de un bocado, pero el karma le llegó más rápido de lo que esperaba, porque al instante comenzó a ahogarse. El solo dijo que los astros no estaban de su lado.

Dereck está contando cómo es vivir con Noah y el hecho de que se haya comido su chocolate especial, yo me río y luego el lo hace.

Es divertido que me cuente anécdotas sobre sus amigos, siento que comparte un poco más de el conmigo.

— Pasó algo parecido con Natalie, pero con ella es casi todos los días, dice que le da pereza cocinar, pero siempre se la pasa comiendo. Por eso siempre llevo un poco más aunque ella no se de cuenta de ello.

— Una gran amiga Saray — me dice el volteando a verme brevemente para luego regresar su mirada a la carretera.

Le sonrío y lo que quedaba de camino la pasamos en silencio, la verdad es que no se a donde me estamos yendo, llevamos un considerable tiempo en la carretera y hace más de diez minutos salimos del pueblo.

Dereck debió ver mi confusión e impaciencia porque habló.

— Al pueblo vecino, allí hay un restaurante muy bueno, se que te va a gustar — su mirada nunca se posa en mi, solo ve la carretera. Acción que está bien no quiero morir.

— Bien de todas maneras me gusta hablar contigo aquí en el coche.

El sonríe y yo me declaro feliz, pero aún así ninguna conversación surgió luego de eso, solo se escuchaba las llantas del coche pasando por el asfalto, las hijas cayendo en el capó del coche y los coches que pasan por nuestro lado o por detrás.




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