Extra uno ✔️

La vida puede abarcar muchas sorpresas, como una montaña rusa. El día que estés arriba vas a sentir la adrenalina corriendo por tus venas, tus sentidos se ponen alerta y todo de ti siente miedo a lo que pueda suceder cuando estés bajando.   

Cuando era más joven tenía toda mi vida planeada, desde la ropa que iba a usar el primer día de Kínder hasta el vestido que iba a usar en mi boda. Nunca llegue a pensar en como eso me afectaría de una manera muy grande, tenía esos planes tan metidos en la cabeza que no me di cuenta de que no disfrutaba mi vida, no lo hice hasta que cuando me di cuenta era muy tarde. 

Natalie me hizo darme cuenta, por esa razón, acepte lo de las cartas, quería sentir que por primera vez salía de mi burbuja de planes. Nunca imagine que gracias a eso conseguiría un grupo de amigos tan genial y un novio que amo.

A veces las cosas no salen como las planeamos y eso las hace mejor, la sorpresa abarca todo.

— Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti. Feliz cumpleaños quería Saray, feliz cumpleaños a ti — cantan todos al unísono reunidos a mí al rededor.

Esto puede llegar a ser tan incómodo, nunca sabes que hacer cuando te cantan el feliz cumpleaños ¿Veo el techo? ¿Hay alguna mosca merodeando? Aprieto un poco mi vestido con mis puños y sonrío de manera incómoda.

Eso es, sonríe para que nadie se dé cuenta de que no quieres estar aquí. Me recuerdo a mi misma.

Hasta que al fin acaba esta pesadilla cuando terminan su estúpida canción, me inclino un poco para apagar las velas recogiendo mi cabello en el camino y no sin pedir un deseo antes.

Todos aplauden y dicen cosas con respecto a mi nueva edad, veinticinco. Cada día soy más mayor. Tontos, a todos les va a llegar algún día. 

Voy a la pequeña mesa improvisada de bebidas, mientras espero que mi madre y Natalie corten el pastel. Decidí que no quería una gran fiesta como las que hacíamos en nuestra época de juventud adolescente, porque quería algo más intimo con las personas que quiero. 

Mientras estoy sirviendo mi bebida veo al fastidioso novio de mi hermana acercarse a mí, de alguna manera no disimulado ruedo los ojos cuando esta a mi lado.

— Felicidades, cuñada — me dice con una sonrisa y posicionándose a mi lado.

— Gracias, Fred — le digo intentando no sonar tan grosera con él.

— De nada, nena — me guiña un ojo mientras me jala hacia él y yo solo espero que mi hermana no vea esto y piense mal.

— ¿Podrías dejar de ser tan estúpido y no coquetear conmigo? Porque te recuerdo que estamos en mi fiesta de cumpleaños con mi familia y amigos. Tú tienes novia, que por si no lo recuerdas es mi hermana y yo tengo novio por si lo olvidaste.

— No, no lo olvide preciosa.

— ¿Entonces? — me cruzo de brazos.

— Ese noviecito tuyo no te merece.  

— ¿Y tú si? — me cruzo de brazos y miro al frente.

— Claro que sí nena, desde hace un tiempo vengo viendo que me estás tirando la onda.

Veo a mí al rededor y noto que nadie nos está prestando atención, él también parece notarlo porque comienza a arrastrarme para un rincón lejos de todos.

— Sé que me deseas tanto como yo lo hago contigo. Note las miradas.

 Me detengo en seco al escucharlo.

— ¿De qué estás hablando? ¿Qué miradas? — pregunto verdaderamente confundida.

— Ya sabes — me sonríe coqueto mientras yo intento no poner una cara de desagrado — las miradas que me das cuando estamos en una misma habitación.

— ¿Qué demonios? — le pregunto confundida.

— No intentes negarlo, sé que te gusto, lo veo todo muy claro — pasa su brazo por encima de mi hombro, acorralándome — sé que me deseas tanto como yo.

— Yo creo que deberías usar lentes, no estás siendo muy listo y viendo bien ahora que digamos. — intento alejarlo de mí empujándolo cuando veo que se acerca más — aléjate de mí, me pones incómoda.  

— Lo que yo pienso es que intentas negar que existe una química entre nosotros, nena. Y que solo quieres aparentar frente a todos.

— Y yo deduzco que no eres muy listo amigo — dice una voz a mi lado, mi cuerpo se llena de alivio al saber que se trata de Dereck — ella te dijo que te alejaras y recuerdo también haber escuchado que la ponías incómoda.

Suspiro aliviada de que Dereck se encuentre aquí para ayudarme, ahora me siento un poco más segura y protegida. Pude haber lidiado con el yo sola, pero sumándole el hecho de que supongo que está borracho es más grande y pesado que yo.

— El que se debería alejar eres tú. Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas ¿Acaso no sabías?

— Claro que sí, es algo que mi abuela me enseño desde muy pequeño — dicta Dereck con tranquilidad.

— Entonces explícame ¿Qué haces aquí entrometiéndote en lo que hablamos? Este no es tu problema.

— Se volvió en mi problema en cuanto escuche que te proponías ante MI novia — dice eso remarcando la palabra mi y con los ojos fijos en Fred.

— Ella es igual que yo, sé que me desea.

— Deja de hablar de mi novia como si no estuviera aquí, ten aunque sea la decencia de respetarla a ella y a tu novia que también está aquí.

— Ella no me interesa, por mí se puede ir muy al demonio, lo único que me importaba de ella ya lo tuve, déjame decirte que se mueve de una manera...

No lo dejo terminar porque le pego una patada en sus partes bajas, no podía seguir soportando a este cretino.

Por cada estupidez que decía estoy segura de que dos de sus neuronas morían. Si es que le quedaba alguna.

Por el grito tan fuerte que pego Fred, todos voltean a vernos extrañados, mi hermana se acerca preocupada a su novio.

— ¿Qué sucedió aquí? — pregunta ella verdaderamente preocupada por el bienestar de su basura.

— Tu hermana esta loca — logra decir el pendejo entre quejidos.

— ¿Mi hermana?

— Si, sin ninguna razón aparente me pegó una patada en mis partes nobles — dice aún doblándose del dolor, creo que está fingiendo, pero al ver su cara de auténtico sufrimiento, me permito mostrar una sonrisa satisfecha.