Capítulo 02

Elizabeth

Me quede en un completo shock no lo podía creer. Todo mi mundo iba de mal en peor. Perder lo más preciado de mi vida, con un hombre que apenas se su nombre.

—Ari, de verdad lo siento. —dijo Chris. Se levanto de mi cama para salir.

—Tienes... que... —la voz se me cortaba de lo nerviosa que estaba. —Tienes que ayudarme, no puedo quedarme aquí.

—¿Estás escuchando lo que dices?

—¡Quiero largarme de aquí, y no puedo hacerlo sola! Eres mi hermano, tienes...que ayudarme, debes de ayudarme... Por favor... —susurré como pude. Ver la señal de negatividad hizo que mi corazón comenzará a latir con fuerza.

—No puedes... —la forma en la que lo dice parece como si hablará de algo muy malo. —Lo intente, cuando mamá y papá me lo dijeron a mí, escape y ellos me encontraron. Ellos tienen este control sobre personas, que siempre nos tienen persiguiendo, vigilando todo lo que hacemos, saben todo sobre nosotros.

Cuando Chris se fue me llego una idea que podía ser mi única salida para librarme de este matrimonio. A pesar de todo, no quiero quedarme sentada y ver que puedo hacer algo.

Unos golpes en mi puerta me sacaron de mis pensamientos.

—Cariño, ¿puedo pasar? —dijo mi madre del otro lado de la puerta.

—Si, mamá. —dije en voz baja.

Mi madre abrió la puerta despacio, una vez que abrió la puerta por completo entro en mi habitación.

—Cariño, no sabes cuanto evitamos que pasara esto. —dijo con la voz temblorosa.

—Mamá, Chris me dijo que...que tendría que perderla virginidad... eso... es ¿cierto? —pregunto con las lagrimas en los ojos.

Mi madre me miro a los ojos mostrando sus ojos verdes, que ahora parecían un poco rojos por ¿llorar?

—Si, es cierto. —dijo mirándome a los ojos que ya estaban empapados de lagrimas.

—Mami... —dijo en un susurro en un mar de lagrimas.

Mi madre me abraza como nunca lo había hecho.

—Lo siento, hija, de verdad lo siento mucho. —acariciándome la espalda con su mano.

—Y no hay vuelta atrás, no se puede hacer nada al respecto. —dijo con un poco de esperanza, pero lo único que hizo fue negar con la cabeza.

Se separo de mi para salir de mi habitación.

No tenia mas que otra opción, tenia que hacerlo esa misma noche si quería que todo saliera como ella quería, pero primero le diría a Caroline, así que le mando un mensaje.

—Necesito tu ayuda.

—¿Que necesitas? —me escribió.

—¿Me puedo quedar en tu casa por un tiempo?

—Claro —escribió.

Ya todo esta bien, ya tengo una mochila con ropa.

No me importa lo que digan, no me voy a que casar a la fuerza. Aunque tenga que huir de casa. Vigilo que nadie venga a mi habitación para ponerle el seguro a la puerta.

Una vez puesto el seguro, abro la ventana para salir. Cuando ya estoy para saltar por la ventana, tocan la puerta. No sé quien es, pero no voy a dar marcha atrás.

—Elizabeth, cariño, John esta aquí para llevarte a su casa. —dijo mi padre del otro lado de la puerta.

Espera, espera, dijo ¿irme a su casa? Es que quieren que me vaya de sus vidas.

—Elizabeth, abre la puerta. —ya no era una voz suave.

—¡No quiero!

—Elizabeth, por favor, no hagas esto.

—¡Dije que no! ¡Toma en cuenta mi opinión! —los toques en la puerta eran cada vez más insistentes. Hasta llegar al punto de romper el pomo de la puerta, ocasionado que esta se abra de golpe.

Miro hacía atrás, y veo a mis padres, mis hermanos y a John, de solo verlo siento ira.

—Elizabeth, entra a la habitación ahora. —dice mi padre caminando hacia mi.

—No lo voy a hacer, entiendan que no quiero.

—Esta bien, no te vamos a obligar... —miro fijamente a papá por decir eso, pero noto que Richard -uno de mis hermanos- se intenta acercar a mí.

—Mentiroso. —y sin más salto por la ventana.

Me esperaba una caída dolorosa, pero para mi sorpresa caí como los gatos, en cuatro patas.

—¿¡ELIZABETH!? —gritaron todos desde mi habitación, mire hacia arriba para ver seis cabezas por mi ventana.

—¡ARIA ELIZABETH EVANS MCCABE VEN AQUI AHORA MISMO! —grito mi padre.

—¡LO SIENTO, PERO NO ME VOY A CASAR! —grité con una sonrisa triunfadora y comencé a correr hacia la casa de Caroline.

Logre mi objetivo.

Me escape de casarme.