Casada con... Él

Capítulo 3


 

 

    Llego unos minutos antes al punto de reunión así que descido esperar en la heladería comiendo un delicioso helado de ron con pasas. Recibo un mensaje de Mery:

    "Ya estamos en el parque"

    Subo otra vez al parque y empiezo a mirar a todas partes mientras como otra cucharadita de helado. Observo a un árbol, es grande y está lleno de ramas y hojas, algunas amarillas que van callendo y otras de un tono rosita, pronto empezará a hacer frío. Pronto veo un grupos de chicos sacudiendo sus manos, son ellos. Me acerco un poco para saludar.

    ──¡Hola! ──exclamo con euforia dirigiéndome a todos── Gracias por invitarme.

     ──Hola, nena ──dice Jonas──, te aseguro que te vas a divertir. ──Sonríe un poco. Qué asco, es muy anti-igiénico y me desagrada su imadurez. Y su mal aliento. Río un poco, más de burla que de otra cosa.

    ──Por tu bien no me digas nena, y espero divertirme mucho.___le sonrió de una forma maliciosa mirandolo a los ojos muy intensamente.

    ──Iremos caminando ya que el cine está cerca, de ahí nos conocemos mejor. ──dice Rosa y luego me giña el ojo. Después de aproximadamente 2 minutos de caminata Jonas se acerca a mí con un aire de galanaso.

    ──Oye, preciosa y... tú ¿cuantos años tienes? ──pregunta él con cara de interesado, sé que ya lo sabe, y que sólo quiere conversación, debo cortarlo.

    ──Los suficientes para darte una paliza se te pasas de listo conmigo ──amenazo tajante.

    ──¿Por qué tan fiera, rizos? Yo no azoto, ademas, dicen que las más fieras son las que se doman más rápido ──Insinúa.

    ──A ver, a ver ──Dejo de caminar, al parecer los chicos estaban atentos a nuestra conversación, porque los tres pararon junto con Jonas y yo── Número uno: yo no soy ni una fiera, ni una burra, ni ninguna bestia salvaje.

    》Dos: mi nadie me va a domar por la primera razón.

    》Tres: si no dejas de hablar tonterías sin preguntarte antes con quien te estás metiendo, si tengo novio o si me gusta otra persona, me aseguraré de que sufras acoso escolar el resto del año, y créeme que puedo hacerlo. ──Realmente no, pero él no lo sabe.

    ──Lo siento ──Se disculpa con ayuda de las miradas de mis compañeros. Dspués de eso Jonas no me volvió a molestar en todo el camino.

    Al entrar al cine y vimos qué películas pondrán en cada sala. Fuimos a comprar los boletos para ver una comedia con algo sobre de super heroes, me agrada la que elegimos aunque todas las caratulas de hoy se ven interesantes. Jean fue por los boletos y nosotros nos quedamos frente a la sala esperando con ansias el poder entrar. Vemos cómo, con cara de decepción, vuelve a nosotros si nada en las manos.

    ──¿Qué pasa? ──pregunta Mary aún sonriendo, aunque es una persona de pocas palabras; siempre está sonriendo ──¿y los boletos?

    ──Al parecer están haciendo algo así como una "investigación policíaca" en nuestra sala. Y antes de que preguntes, en estas dos salas ──Señala las dos salas más cercanas ──Estan pasando películas para adultos, no nos dejarán entrar, las de la derecha pasan películas de terror y las otras están cerradas.

    ──Santa mierda ──dice.

    ──Pero que mala suerte ──menciona Mery al mismo tiempo. Ni que lo diga, es la primera vez que salgo a dar un paseo con "amigos" y pasa eso.

    ──Veamosla en mi casa ──suelto al analizar bien mi idea. Para mi es un tanto arriesgada porque Aaron es estricto con las reglas y una de ellas llevar a nadie sin permiso, me va a matar si se entera, pero poco me importan sus reglas ahora──. Creo haberla visto en alguna de las películas que Aaron me compró hace dos días.

    ──¿Todavía usas DVD? ──pregunta Jonas un poco asombraso.

    ──Sí ──respondo otra vez cortante, no había hablado de nuevo con él.

    ──Cool ──agrega Jean en un tono agradable.

    ──¿Vamos? ──pregunto un poco nerviosa.

    De camino a casa, Rosa y Mery se envuelven en una pequeña discusión sobre si México es mejor que España:

    ──¡De ninguna manera! Sus improperios son muchísimo más soeces que los nuestro ──reclama Rosa, quien es española.

    ──Hace menos de dos minutos dijiste santa mierda, o sea, dos palabras que ni al caso.

    ──Bueno, al menos somos creativos.

    ──Eso lo dices porque no tienes nada más que decir.

    ──Se dice "no tienes más que decir" cuando juntas no y nada en una oración estas repitiendo.

    ──Claro, cuando no tienen argumentos atacan con gramática. Se creen los muy ortográficos y ni al caso, saben menos de lenguaje que nosotros.

    ──¿Ah sí...? Pues...

    ──No te preocupes, siempre están discutiendo ──dice Jean, tratando de romper la tensión, pues Jonas, él y yo íbamos caminando delante de las chicas en el mismo orden mencionado.

    ──Lo sé, a veces es inquietante ──respondo tratando de sonar amable.

    ──Así que a él sí le hablas ──interfiere Jonas y luego añade──: sin gritar.

    ──Le hablo a quien me da la gana ──reclamo echando a Jean a un lado, pero me aparta──. Te salvas de que Jean esté entre nosotros.

    ──Sabes que te encanto ──Me lanza un "beso" pero lo único que recibo es su mal aliento. Llegamos a casa a las 16:00. Cuando abrí la puerta mis fosas nasales percibieron el olor del ambientador de canela que pongo siempre y me siento cómoda de nuevo.

    ──Pasen, sólo..., quitense los zapatos, pueden sentarse en los sofás, veré si Aaron llegó ──digo, dudando en que así sea.

    ──¡Sabía que eras turka! ──acusa Mery apuntandome con el dedo mientras camina hacia mí.

    ──No sé de qué me hablas ──respondo sinceramente acercándome a la puerta de la pieza que comparto con Aaron. Mery me sigue.

    ──Sí, claro, eso dicen todos cuando los descubres.

    ──En serio no sé de qué me hablas ──Abro la puerta para encontrarme con nadie.

    ──Debí adivinarlo antes; tu pulcra actitud, tus amenazas a los chicos si se te acercan, desconoces cosas icónicas como quien es Super-Man, o Santa Claus...




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