Casada con mi amigo

"Entre tanta confusión, te mando señales" III

Pase toda la noche despierta hasta que amaneció. El trauma que me acababa de causar La Parca y el plan en que debía pensar para enamorar a mi amigo había sido suficiente para no dejarme pegar el ojo ni un solo momento.

—¿Qué haré? ¿qué haré? ¿qué haré? —me pregunté repetidamente— ¡¿No sé que haceeerrrr?! —me lamente una vez más de varías, luego recordé algo —. El desayuno ¡eso es!

Sin pensarlo tanto, me levante de la cama y sin importarme que aun llevara la pijama salí de la habitación y corrí por el pasillo a toda prisa. Hasta que perdí el equilibrio y me estampe contra...

—Ay ¿qué te pasa? —dijo Nolan cayendo al suelo conmigo —Ohw, ah, eh, oye me estas aplastando.

—Perdona —dije mientras me levantaba y extendía mi mano para ayudarlo a levantarse. Nolan tratando de ponerse de pie me iba a dar la mano, pero entonces recordé a La parca.

—No te preo...ahw, oh —se quejo otra vez Nolan al volver a caer. Había quitado mi mano.

—Perdóname, ahora sí te ayudo —volví a extender mi mano, Nolan ignoro mi ayuda esta vez. 

Recordé que debía hacer el desayuno. Mi método más confiable era hacer un buen desayuno que pudiera enamorar a cualquiera.

—El desayuno, el desayuno, el desayuno —corrí rápidamente a la cocina.

—Oye, en serio ¿qué te pasa? —me había gritado Nolan.

—Nada, nada, ¡Ah, el desayuno! —dije apresurada, apartando a Nolan y con mi objetivo en mente. Fuí a la cocina, saque trastes y una montaña de cosas del refrigerador, me lave las manos, lista para la preparación, volví hacia las cosas y me di cuenta de algo:

No sabía que debía preparar. Me torturé a mi misma tratando de recordar cuál era el desayuno favorito de Nolan. 

¿Pan con queso?

No, eso lo comió antier. ¿Huevos con tocino? ¿Cereal? ¿Licuado? ¿Solo fruta? ¿Café? ¿Leche? ¿Un pedazo de bolillo?
¡¿Qué?! Maldita sea ¡¿Que querrá desayunar?!

Pasado mi ataque de desesperación. Estaba apunto de concluir la preparación del desayuno, optando por repetir lo mejor que pude, lo de ayer. Nolan había tomado la ducha mientras yo me apresuraba con la vergüenza de haber caído en cuenta solo hasta entonces, que mi mejor opción era haber ido a preguntarle lo que quería desayunar. Suspiré. Pero en fin, ya había colocado mi esfuerzo y dado el primer paso en mi intento de conquista.

Nolan bajo corriendo las escaleras con mucha prisa.

Sostuvé la jarra con el jugo de naranja.

—Nolan  —lo llamé con el tono de voz más lindo que pude y mi mejor sonrisa —, ya está listo el desayuno.

—Lo siento, hoy quede en desayunar con Lit —dijo rápidamente y sin mirarme, tomo las llaves y luego se dirigió a la puerta —. Nos vemos al rato, provecho —dijo antes de cerrar la puerta.

Aún manteniendo mi sonrisa, abrí la mano y dejé caer la jarra ante mis pies.

Solté un grito de desesperación.

Desayuné sola mientras me preguntaba cuál sería mi siguiente paso, dándome cuenta que el simple hecho de pensar en como enamorar a alguien era más difícil de lo que creía. No recordaba que fuera tan difícil. Había tenido un novio durante la preparatoria, pero él fue quien se me confesó y yo solo acepte, no duramos mucho después de eso. Y en el trabajo... también supe que le guste a una que otra persona, pero estuve tan ocupada que preferí rechazar cada que me invitaban a algún lado, de hecho, sigo rechazando invitaciones.

Comí un pedazo de fruta. Hasta ahora me doy cuenta y comprendo más por que creían que Nolan y yo éramos pareja. Ahora tiene más sentido.

Supongo entonces que debo invitarlo a algún lado, sin embargo, eso no sería nada raro, él y yo hemos salido a muchos lados juntos cada que hemos podido.

Comó otro pedazo de fruta. 

Cada vez le tomo más sentido a lo que piensan de nosotros.
Esto es frustrante.

Supongo que tendré que probar cosas nuevas para intentar enamorarlo. Pero... ¿Cómo voy a enamorarlo si no estoy a su lado en este momento?

Observó el lugar (al otro lado de la mesa), sobrepasando la montaña de trastes y cosas que saque para el desayuno, ese asiento en dónde Nolan debió haberse sentado para desayunar conmigo. 

Dejo de comer.

¡Debo estar a su lado!

Me levanto de la mesa y voy a mi habitación a cambiarme de ropa para ir a buscar a Nolan.

Lit, te maldigo por haberte llevado a mi futuro esposo cuando más necesito que esté aquí. Pienso mientras batallo con el zapato que me estoy poniendo.

. . . 

—¡Hey! ¡Lit! ¡Nolan! —me dirijo hacia ellos dando tropezones y con mucho cansancio mientras elevó una mano para que me vean. Los encontré después de treinta minutos, estaban recargados en una de las bardas de la plaza platicando.

—Ingrid, ¿Qué te pasa?

—Espera un momento, deja me repongo —digo casi sin aliento por haber corrido tanto.

Noté que ellos se intercambiaron miradas de forma confusa. 

—Nolan —respiro aún agitada —tienes —respiró—que   —respiró—venir —respiró —connn miiii...

Nolan me sujeta cuando me abalanzó sobre él debido al cansancio.

—Tranquila, ¿Qué te está pasando hoy?

—¿Estás bien, Ingrid? —me preguntó Lit, preocupada. Yo solo la miré enojada. Lit se confundió aún más.

—Te fuiste y quería venir a desayunar con ustedes —le dije a Nolan —. No sabía en dónde estabas ¡No me lo dijiste antes de salir! ¡ESTUVE BUSCÁNDOLOS POR MEDIA HORA!

Nolan me miró completamente desconcertado.

—Y si querías saberlo, ¿Por qué no solo me mandaste un mensaje para preguntarme en dónde estaba?

Abrí mucho los ojos y dejé de respirar con agitación. 

Eso era cierto.

—Como sea, ya los encontré —espeté. Luego tomé a Nolan del brazo —. Vamonos —lo jale.

—¡¿A dónde?!

—A nuestro dulce hogar.

—Ay si, quisieras —se soltó de mi agarré—, ¿Que carajos te pasa, Ingrid? —se había puesto notablemente molesto. No esperaba esa reacción, así no pasaba en la escena romántica que había visto en la tele.




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