Casada Con Mi Jefe. Saga: New York City N° 1

Capítulo 17

Paige salió del baño con rapidez y se cambió extrañada por que su hija no se hubiera despertado. Se había sentido tan relajada que no se había dado cuenta del tiempo.

Se alisto con un short junto una camisa holgada y salió directo a la habitación de su hija, pero ni mil años de terapia la hubieran preparado para lo que encontró.

Alexander…se encontraba de espaldas a ella con la pequeña Mely en brazos; "Mi estrella" lo escucho susurra.

Ella estaba congelada ante la escena, ese ser tan frio estaba cuidando de su pequeña con el amor de un padre.

Salió de la habitación a hurtadillas y se trató de tranquilizar en el pasillo, sabía que algo había herido a Alexander en el pasado pero nunca ha querido preguntar por respeto a él, pero algo le dice que lo que está pasando en esa habitación es algo muy importante para él.

Se apoyó sobre la pared y cerró los ojos.

“Él es una buena persona”— pensó.

Escucho un teléfono sonar y supo enseguida que era el de Alexander, seguido escucho el llanto de su hija y aprovecho para entrar a la habitación.

Alexander se levantó de la silla al sentir su teléfono, maldijo a quien fuera ya que había despertado a Mely.

Mely.

Era la primera vez que no pensaba en ella como la niña o él bebé.

Paige entró afortunadamente a la habitación y tomó a la pequeña mientras el sacaba su teléfono pero rápidamente se dio cuenta de su error.

Trato de esconderlo pero noto que Paige había leído el nombre de Alisson en el.

“Genial” su suerte últimamente con su prometida no podía ser mejor.

— ¿No vas a contestar? — le pregunto con un deje de molestia en su voz.

Alexander medito por un momento que hacer pero decidió cortar la llamada.

— No— dijo simplemente— vamos, la cena ya está servida— la tomo por la cintura y se dirigieron hacia la planta baja.

Grace los dejo juntos para que cenaran como familia, esa noche les había preparado una pasta con vegetales, esa era la comida favorita de Alexander y esperaba que ayudara a mejorar el ambiente después de la visita de la trabajadora social.

—Esto esta deliciosos— dijo Paige al probar el plato.

—Lo sé, Grace es una increíble cocinera.

—Debo pedirle que me enseñe a cocinar, ¿Quién sabe? Quizá conquiste al amor de mi vida por el estómago— dije Paige a modo de broma, pero para Alexander fue una patada en el estómago. Apenas estaba aceptando a la bebé y aclarando sus sentimientos por Paige para que ella le recuerde que buscaba a alguien para cuando ellos se separen.

Frunció el ceño al imaginársela cocinando para otros hombres, en ese momento la imagen del chico del correo se cruzó por su mente.

— ¿Te gusta el chico del correo?— le pregunto con los dientes apretados sin poder contenerse al recordar la forma en la que bailaban.

— ¿Dylan?, no lo sé. Me ha invitado a salir un par de veces pero nunca he podido aceptar; pero me parece un chico amable y atento— dijo con una sonrisa recordando al chico gracioso que la hacía reír.

Esa sonrisa a Alexander no le gusto para nada; se sentía traicionado. De cierta forma a pesar de no ser nada, el sentía que las sonrisas de Paige le pertenecían, y saber que pensar en el estúpido del cartero la hacía sonreír lo molestaba.

—Mañana te darán tu vestido ¿Cierto?— le pregunto Alexander cambiando de tema.

—Sí, debo ir temprano a la última prueba, tu madre y tu hermana me acompañaran.

—Creo que no nos veremos hasta el sábado ya que mañana en la noche Ehan y Nick me han organizado una despedida de soltero. Al parecer Amanda, les notifico que ella y tú otra dama te está preparando una y que ellos deberían de hacer lo mismo. Y Nick no perdería la oportunidad de hacer una fiesta.

—Agradezco el gesto de mi despedida, pero no soy una chica de fiesta, creo que caeré fulminada antes de las once— dijo riéndose de su gran resistencia en fiestas.

Alexander soltó una carcajada.

—Quiero ver la cara de mi hermana al verte— sonrió.

Entre broma y broma terminaron de comer y la pobre Mely ya estaba con sus ojitos adormecidos.

Guardaron todo y subieron a descansar, fueron a dejar a la bebé a la habitación y Alexander le ayudo a arroparla. Esto era totalmente nuevo, el jamás se comportaba así de cariñoso. Paige estaba segura que algo cambio mientras se bañaba, pero tenía miedo de preguntar el que.

Era algo intimido entre su pequeña y su prometido.

Dejaron a la pequeña y se dirigieron a su dormitorio en un silencio agradable, era como si sus cuerpos entendieran lo que ellos no. Ya no sentían esa tensión incomoda que había estado presente esos días atrás.

Ellos se cambiaron de ropa y subieron cada quien a su lado de la cama. Él se acercó a ella y la tomo de la cintura pegando su espalda a su pecho; Paige se tensó un momento pero al sentir sus brazos protegiéndola se relajó de forma natural.



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En el texto hay: matrimonio, romance, amor

Editado: 10.01.2020

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