"ADIÓS"
"Las despedidas suelen ser las más dolorosas, despedirte de alguien que te importa es mucho más difícil"
Las palabras para describir este momento no son encontradas por mi mente, no se que decir en estos momentos, quién diría que hoy sería mi fin, todas mis esperanzas han muerto junto con ese ataúd que tiene a la persona que me dio la vida, el destino es caprichoso hoy esras vivo y mañana puede y ya no despiertes. ¡Quiero despertar de esta pesadilla! Deseo que esto sea sólo un mal sueño ¡Quiero que al abrir mis ojos este ella, abrazándose y diciéndome que todo estará bien!" ¿Pero que decir? mi madre está muerta, mi mundo ha colapsado en segundos. De un momento a otro cuando salude al señor Anderson este me sacó a el jardín y me dijo "Tu madre ha fallecido" con esas palabras mi mundo se derrumbó.
Siento un enorme vacío dentro de mi, mis lágrimas no paran de salir, los sollozos que emito son inaudibles pero... son de completo sufrimiento ¡Quiero irme de aquí y desahogar las emociones que siento! pero... no puedo antes que todo debo despedirme de mi fallecida madre.
_ Todos ya se han ido, te dejamos a solas _ dijo el señor Anderson, yo sólo asiento y veo la tumba de mi madre.
_ Mamá... _ dije con la voz entrecortada _ Yo te extraño, no se que pasará ahora con mi vida dime ¿Qué rumbo debo tomar? _ dijo agachandome para acariciar la fría lápida _ Mami... ¿Recuerdas cuando murió papá? recuerdo que ese día lloraste como si el mundo se fuera a destruir, aún tengo grabada en mi mente la imagen de tus lágrimas rodando por tus mejillas, yo se que intentaste ser fuerte pero te fue imposible... también recuerdo que cuando lo enterramos hasta el chef que decía ser macho lloró en la tumba de mi padre, a excepción mía, pero ccuando llegamos a casa me tomaste entre tus brazos con tanto amor y dolor a la vez, que mi barrera de autocontrol fue derrumbada _ limpio mis lágrimas con mis monos y sorbo mi nariz_ Tú eras la única que me hacía perder la cabeza en un instante, nadie nunca me ha conocido mejor que tú_ laa lágrimas se hicieron cada vez más gordas de lo que ya estaban _ Lamento no haberte ido a visitar ayer, ¡Soy una mala hija!, no puedo ceeer que pense solo en mi y no en ti ¡Soy una egoísta! _ me reclamó sentandome en el pasto cerca de la tumba de mi madre _ Te pido perdón por todo, no se si fui una buena o mala hija, pero se que te amo demasiado para poder dejarte ir, tú eres una gran mujer no digo eras, porque siempre lo serás, lograste darme de comer y estudios tú sola, te debo tanto, que no se como podré pagarte _ tomo la rosa Blanca de su tumba y la huelo con delicadeza _ Te amo mamá, se que no quieres que llore más por ti, así que intentaré no hacerlo aunque no te lo prometo... Adiós mamá... Adiós mi dulce flor.
Me pongo de pie y dejo la rosa Blanca en la tumba de mi madre, limpio mis lágrimas y con mis manos y camino a paso lento hacia la salida del cementerio, allí esta parado Damián cargando a la bebé Alana.
¿Mamá que debo hacer? me casé para pagar tu tratamiento pero ahora ya no estás viva, en unos meses puedo recibir la herencia de papá, y con ello puedo pagar la indemnización y el resto me podría servir para pagar una casa y empezar de nuevo pero... ellos necesitan mi ayuda y además he hecho una promesa, pero sin ti... no me importa nada ¿Qué hago con mi vida mamá?
Estoy sumergida en mis pensamientos que de un momento a otro siento el pecho cálido de alguien, la sensación que siento me recuerda a los abrazos de mi madre, pero ella ya no esta viva... ella esta muerta.
_ Puedes llorar yo no te juzgare _ la voz de el ser humano que lleva por dentro de Damián hace que me aferre a el y lloré con todas mis fuerzas, los sollozos son fuertes y ruidosos, siento como una mano acaricia mi cabello con delicadeza, subo mi rostro y me encuentro con una mirada desolada.
_ ¿La recuerdas verdad? _ no sé porque esas palabras salen de mi boca pero lo hacen.
_ Si... ella fue importante para mí, Sophia me hizo sentir el deseo de proteger a alguien más que no fuera yo mismo, ella dejó a mi cuidado a una linda e indefensa bebe _ dijo con melancolía _ A tú madre la recuerdo, la conocí cuando tenía siete años, recuerdo que aquel día yo me había perdido, ella se acercó y me dio un chocolate me dijo "Un niño no debe llorar, debe comer chocolate y ser feliz" me burle de tu madre por decirme una frase como esa, era imposible que un chocolate calmará todas mis tristezas y dolores, ¿Y sabes que hizo tu madre? _ yo negué con la cabeza _ Ella sin inmutarse ante mis risas me abrazo con ternura, y por primera vez en mi vida sentí lo que se siente el calor maternal.
Mis ojos están abiertos de la impresión, no puedo creer que mi madre haya conocido a Damián y que además lo hubiera abrazado.
_ Toma _ dijo sacando de su bolsillo un chocolate, mi mirada refleja asombro en todas sus formas _ Desde aquel encuentro siempre llevo uno conmigo, yo en este caso te diré que "Una mujer no debe llorar, debe comer un chocolate y ser más fuerte para comenzar de nuevo".
Yo sorprendida miro el chocolate y después mi mirada se dirige a su rostro, la mirada de el no es la de un empresario frío y distante, es más bien gentil y sincera. El al notar que lo miró, me mirá unos intantes y después mueve el chocolate, entonces se desaparta con delicadeza de mi, abre el chocolate y lo acerca a mis labios, yo por alguna razón abro mi boca y dejó entrar el chocolate a mi boca.
De pronto la presencia de alguien escondido me hace girar y buscar con la mirada dónde se encuentra el intruso. Damián toma mi mano y me indica que suba al auto, yo sin decir nada sigo sus órdenes, adentro veo que se encuentra el director mirando a mi dirección.
_ Vamos _ ordenó Damián subiendo al auto.
_ Esos reporteros están en todos lados, no pueden respetar este tipo de situaciones _ comentó el director enojado.
_ Tenemos que ser más cuidadosos _ advirtió Damián.
Editado: 14.05.2022