Casada Con Un Inmortal [ Libro 1 ]

Capítulo 3 - Ashley.

Cuando pasó el tiempo Estela Caldo y su hermana Candela, me recibieron en su mansión para tomar el té. Candela me agarró de la mano y me enseñó su lugar preferido de su casa. Una enorme biblioteca llena de libros y libros, me gustaba leer... Pero casi siempre disfrutaba mas yendo de compras que leyendo.

 

- Señoritas. - Una doncella nos sorprendió en la biblioteca y nos informó. - El té se encuentra listo. Su hermana me ha pedido que las avisara.

 

- Gracias. - Respondió Candela. La hora del té era una práctica muy común entre las señoritas de clase alta. Un modo de hacer lo mismo que las otras chicas... Reunirse un grupo de amigas y poner a parir a las que no estaban presentes.

 

- Y cuéntanos Ashley... ¿Como conocistes al señor Geovanni?. - Me preguntó Estela, que se centró en mi y como un imán todas sus amigas hicieron lo mismo.

 

- Mi madre es amiga de Geovanni y ella nos presentó. - Respondí.

 

- ¿Tu madre?, ¿La conocemos?. - Me preguntó Estela. - ¿Como se llama?.

 

- Regina Santos. - Todas se sorprendieron y lanzaron murmullos de sorpresa. - ¿Que pasa? - Pregunté extrañada.

 

- Regina es la mujer mas elegante y respetada del club. Eso todos lo saben. - Contestó una chica y miró a Estela con una tonta pregunta. - ¿Que sorpresa, verdad?.

 

- ¡Mucho!. - Gruñó Estela molesta. Me acuchilló con la mirada y me preguntó. - ¿Te lo tenías muy callado, no?.

 

- No pensé que fuera de interés de quien soy hija. - Respondí.

 

- Y no importaría si no fueras hija de quién lo eres. - Contestó Estela y se levantó diciendo. - Si no os importa chicas, me retiro... Me duele la cabeza.

 

- ¿Quieres que te pida una aspirina?. - Candela dio un salto de la banqueta y se preocupó.

 

- ¡No!. - Soltó Estela que me miró luego. - Gracias por venir. - Después se marchó sin mas y Candela se volvió a sentar.

 

- ¿Que le pasa?. - Pregunté. Las chicas comenzaron a hablar entre ellas mientras desgustaban el té y unas deliciosas pastas.

 

- Regina es la mujer a la que mi hermana más a admirado, desde la muerte de nuestra madre... - Me contó Candela y me sorprendió escuchar que admirase a mi madre. Sonrió Candela que me siguió contando. - Han ido juntas de viaje, tomado el té, cenado e incluso han ido de compras.

 

- ¿Todo eso con mi madre?. - Pregunté sin salir de mi asombro. 

 

- Me atrevería a decir que la señora Regina es su mejor amiga. - Intervino otra chica a mi lado y la miré. Sonrió y se presentó. - Soy Ana Simón. 

 

- Además... - Candela llamó de nuevo mi atención y la miré. - Nuestro padre está muy enamorado de tu madre y espera que algún día acepte su proposición de matrimonio. - Las palabras de Candela me dejaron muda. Sonrió dándose cuenta y dijo. - No te preocupes, Estela estará bien. - Sonreí. Estela era sin lugar a duda lo que menos me preocupaba, me sorprendía que mi madre se llevara tan bien con ella, eso era todo. Tal vez, también me sintiera un poco traicionada por ella, al hacerse tan amiga de Estela.

 

 

Trás el té mi chófer me llevó de regreso a la mansión. Geovanni lo había puesto únicamente a mi servicio, era cómodo tener un chófer que me llevara de aquí para ya y que cargara con mis compras.

 

Lancé mi bolso enfadada contra la cama de mi madre.

 

- ¿Como no me lo habías contado?. - Le pregunté molesta. Mientras a mi me tenía lejos, ella había compartido buenos ratos con Estela Caldo.

 

- La relación que yo tenga con Estela no tiene nada que ver con nuestros planes. - Me contestó mi madre.

 

- ¡Pero si con nosotras!. - Respondí.

 

- No me montes numeritos, Ashley. - Me soltó. Se giró en la banqueta de su tocador y me siguió diciendo. - Y baja la voz, los criados no tienen porque enterárse de todo.

 

- Normal que me advirtieras de las brujas que encontraría en esa fiesta, porque tú has hecho a Estela igual a ti y odio aceptar que has hecho lo mismo conmigo. - Le reproché. Ya que estaba me iba a oír.

 

- Ashley. - Me llamó para que me callase como siempre.

 

- ¡No!. - Le grité para que me dejara. - Se a acabado... No voy a seguir con esto. - Recogí entonces mi bolso y caminé hacia la puerta. Mi madre me siguió por el pasillo.

 

- ¿Que quieres decir?. - Me preguntó y me paré, girándome hacia ella.

 

- En cuanto Geovanni vuelva le contaré todo, y si quiere echarme a la calle lo aceptaré, porque está en su derecho y tú también te irás. - Le solté. Me agarró del brazo molesta, arrastrándome hacia mi habitación. Cuál fue mi sorpresa al encontrar a Geovanni allí. Miré a mi madre que me soltó del brazo y por su expresión supe que ella tampoco se lo esperaba.

 

- Geo... - Dijo temiendo que hubiera oído mis palabras en el pasillo. - No sabíamos que habías llegado.

 

- E venido a por una cosa, ¿ocurre algo?. - Respondió y preguntó Geovanni. Su mirada se me clavó y di unos pasos hacia él.

 

- Tengo que contarte algo... - Dije dudosa de como expresarlo todo de golpe y terminar con todo esto, pero el golpe lo recibí yo, cuando Regina con una radiante voz de felicidad me quitó la palabra.

 

- ¡Creemos que puede está ya embarazada!. - Dijo y se acercó a mi.

 

- ¡Mamá!. - Protesté, me agarró del brazo y me lo apretó con una sonrisa en la boca.

 

- ¿Es cierto?. - Preguntó Geovanni. Lo miramos y asentí.

 

- Pero no es seguro. - Dije como idiota y mi madre aflojó mi brazo dirigiéndose a Geovanni.

 

- Mi pobre hija no sabía como decírtelo. - Mintió de nuevo, como yo hacía y Geovanni se lo creyó.

 

- Esperaremos un poco antes de hacer pruebas y demás. - Respondió Geovanni todo firme y caminó hacia la puerta.



#1759 en Novela romántica
#590 en Chick lit

En el texto hay: familia, romance, amor

Editado: 25.01.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.