Capítulo 12 - Geovanni.

Tras la agitada cena y mientras Ashley había subido a revisar como estaba Elisabeth, yo aproveché para hablar con Nicolás en la biblioteca, antes de que se retirara a descansar. Le serví una copa y al tomarla de mi mano me ofreció una disculpa.

- Lamento el numerito. - Fueron sus palabras y tomando asiento en un sillón reconoció. - Regina y Esteban son las dos personas que más desprecio. 

- Creo que la mas sorprendida por lo ocurrido a sido mi esposa. - Le respondí sin dar yo importancia por mi parte.

- Mi palomita pensará que soy una persona horrible. - Nicolás dejó la copa sobre la mesita de café. - Es por esto que quería evitar que nuestro primer encuentro fuera frente a su madre.

- Ya está hecho. - Contesté sentado en el brazo de un sofá. Me miró y sonrió.

- Es una bella muchacha. 

- Lo es y aunque se parece en muchas cosas a Regina, también es muy diferente a ella. - Nicolás asintió y volví a tomar la palabra. - Por eso quiero dejar de ser inmortal.

- En tres años la Luna brindará su poder al pozo. - Habló Nicolás apoyando sus brazos en sus piernas y tomándose las manos. - Será raro verte envejecer...

- Nicolás. - Al oírme Nicolás asintió varias veces.

- Lo sé, lo sé. - Dijo y me sonrió. - Has sido mas que un hijo para mi, tendrás que prometerme que seguirás siendo feliz y haciéndolas feliz a ellas. 

- Lo seré. - Sonreí dichoso. Era feliz y lo era gracias a su hija, Ashley me había hecho inmensamente feliz y no imaginaba una vida tras su muerte. Yo no tendría la fuerza que Nicolás había tenido para seguir viviendo sin la mujer que amaba. Por ello en tres años abandonaría mi inmortalidad.

En aquel momento a nuestra conversación se unió Toby Osmo, quien no salía del asombro por la osadía de su padre para con don Esteban. 

- No debes olvidar que él cuidó de mi. - Le recalcó Toby habiendo tomado asiento. 

- No lo hago. Pero tampoco olvido que no apoyó a tu madre, cuando sus padres decidieron echarla a la calle porque quedó embarazada. - Habló Nicolás y noté quebrarse su voz al nombrar a la madre de Toby. Bianca Caldo, la madre de Toby fue la hermana menor de don Esteban. Para Nicolás, una chica por la cual se sintió atraído, a la que adoró y de la que se enamoró hasta el día de hoy... Aunque ella ya no estuviera. Nunca olvidaré lo hecho polvo que Nicolás quedó y tampoco el dolor por la muerte de su madre en el rostro de Toby. 

- Ha pasado tiempo... - Intentó Toby hablar.

- Yo no olvido. Y tú deberías cuidar de esa chica. - Sonrió Nicolás poniéndose después en pié y yendo a rellenarse la copa. - Es lo mas puro que hay en esa casa, me recuerda a tu madre. 

- ¿Ahora quieres ser mi celestino?. 

- ¿Desde cuando Toby Osmo necesita celestino?. - Pregunté. Por todos eran conocidos sus escarceos amorosos y como amigo, lo había visto acompañado por mas de una dama, en ocasiones por varias a la vez.

- Exacto, amigo mio. No necesito que mi padre me pacte un enlace. - Me respondió Toby sin percatarse de que Ashley se encontraba bajo el umbral de la puerta, de haberlo hecho Toby nunca se fuera referido a Nicolás como padre.

Entrada la media noche y desde nuestra cama, pude oír como el cielo por fin descargaba la tormenta que había estado anunciando todo el día. 

- Mi madre se pondrá hecha una furia. - Dijo Ashley bajo el cobijo de las sábanas y a sus palabras les acompañó una risita. 

- ¿Estás disfrutando con ello?. - Le pregunté mirándola de espaldas a mi. 

- Como no hacerlo. - Ashley se volvió hacia mi y se apoyó en mi pecho desnudo. - ¿Soy mala por ello?.

- Eres humana. - Respondí acariciando con los dedos su rostro. - Y estás cabreada con Regina. - Al oírme el rostro de Ashley se quedó serio.

- A ella solo le importa su boda... - Se excusó al tiempo que se enderezó apoyada sobre sus rodillas, con la sábana cubriendo su cuerpo desnudo. - ¿Por qué Nicolás y tú tenéis el apellido Luna?.

- Nicolás me dio su apellido. - Le conté y la hice conocedora de mi auténtico apellido, Morgan. 

- ¿Él... Te dio la inmortalidad?. - Asentí y vi en su mirada que deseaba hacerme un sin fin de preguntas mas. - Nunca me has hablado de ti... Antes de ser inmortal. Tampoco de como te hiciste eterno. - A oírla dirigirse a mí inmortalidad como "eterno" me eché a reír y ella se me quedó mirando.

- Nunca me has preguntado. - Le respondí yo al tiempo que la alcancé con mi mano en su nuca y la atraje a mi. Mis labios envolvieron los suyos y Ashley detuvo aquel beso.

- Te pregunto ahora. - Me replicó y se apartó de mi sentándose en frente mía, con la sábana como única limitación entre su piel y la mía. Era hermosa y la amaba, Ashley desconocía todo lo que haría por ella y el miedo que me recorría cuando la veía aburrirse en una estúpida reunión o un baile interminable... Miedo a que mi mundo fuera demasiado poco para ella, miedo que nació en mi cuando la vi hablar toda una cena con Owén Lopéz. Ashley me reclamaba no haberle hablado nunca de mi vida anterior a la inmortalidad, y yo ignoraba por completo como había sido la suya antes de aparecer en aquel hotel junto a su madre para contraer matrimonio con un desconocido. 

- Mis padres se llamaban Willian y Elisabeth Morgan. - Nada mas aquello ya causó en ella gran sorpresa y supe el porqué. Yo había elegido el nombre de Elisabeth para nuestra hija pero nunca le dije que aquel era el nombre de mi madre. - Nací en un pequeño pueblo, siendo el pequeño de cinco hermanos... Mi padre era un humilde pescador que no ganaba lo suficiente para alimentar, vestir y llevar una casa. - Tras aquello y ver a mi esposa entregada a saber mas de mi historia, no me costó contarle el resto. - A los cinco años caí enfermo y a los seis los médicos se negaron a seguir gastando medicinas en mi, pues mis padres ya no tenían con que pagar. - Hice una pausa levantándome de la cama completamente desnudo y extendí mi mano a mi esposa para que me acompañara. Ashley no dudó en entregarme su mano y sonreí a contemplar en ella su alianza de boda.