Casada Por Una A P U E S T A©

Salvaje

 

 

Me trague las palabras que tenía para Taylor, me limité a seguir mi camino, la verdad no quiero empañar más el beso que recibí de Matt con discusiones que no me llevarán a nada, a fin de cuentas Taylor hará lo que mejor le plazca.
 


 

Llegué hasta mi habitación y puse el cerrojo, me quite la ropa, me dí una ducha y caí a los brazos de morfeo.
 


Al despertar fui  al baño par iniciar la rutina, al terminar fuí a la empresa de mi suegro, necesito ganar terreno.
Al llegar le pregunté a la chica de recepción si se encontraba disponible para hablar con él, me indicó que tomara asiento un momento que ella iría a darle aviso. Espere alrededor de veinte minutos y me invitó a pasar a la oficina luego de la espera

—¡Buen día querida!— dijo el padre de Taylor al verme, se puso de pie, me regaló un beso y un abrazo

—Hola Sr.Maher— respondiendo a su gesto —disculpeme, no quería ser inoportuna—

—para nada, di la orden de que te dejarán pasar de inmediato, estaba a punto de llamar para saber si te habías marchado y nada de eso de llamarme Sr.Maher, llámame Aaron, ya eres mi hija, dejémonos de formalismos— sonrió cálidamente

—es que hasta ahora su... descuide— esquivé su mirada  y sonreí tímidamente

—toma asiento, por favor— señalando la cómoda silla frente a él, mientras él desajustaba uno de los botones de su saco

—gracias— tomé asiento —estoy aquí porque necesito que hablemos de negocios— la cara de Aaron fue de asombro

—te escucho—

—como sabe mi padre tiene una empresa de en la cual ahora me desempeño como vicepresidenta y en este preciso momento estamos en una encrucijada; debemos hacer una exportación de flores a República Dominicana y la empresa naviera con la cual teníamos el contrato cerró sus puertas sin más, por lo cual ahora no tenemos cómo hacer el envío a no ser que usted y yo hagamos un acuerdo mutuo, ¿Qué me dice de eso?—

—vaya, esto no lo esperaba, ¿Hablaste de esto con Taylor?, en este momento es él quien maneja estos asuntos, yo no...

—no eh hablado con Taylor, quería que esto fuera entre usted y yo, sin intermediarios, ya sabes, Taylor es mi esposo y no quiero involucrar al matrimonio con los negocios— dije interrumpiendo cualquier argumento que estuviera formando

—entiendo, están casados por bienes por separados y lo ideal es eso, que ambos se mantengan al margen de sus negocios— se quedó mirando por un momento como si me estuviera analizando

—no tiene que darme una respuesta inmediata, si acepta usted me tendría que entregar un documento por escrito con sus exigencias, las cuales luego, yo le podría decir hasta cuáles podríamos ceder—

—no tengo nada que pensar, mañana irá el abogado de la empresa a orientarse del funcionamiento operario de ustedes y listo—

—gracias Sr.Aaron, le prometo que no se arrepentirá— sonreí ampliamente

—no tienes que agradecer y recuerda dejar la formalidad— reímos

—tendré que marcharme, debo asistir a una reunión de socios, ya sabe—

—sí, son una molestia en el trasero— reímos y me despedí.

Al salir de la oficina me encontré a Taylor hablando con la recepcionista
—ahora entiendo todo— caminé hasta ellos —¿Eres el nuevo juguete de mí esposo?— rei de burla —a ti, ¿Que te prometió?— la joven se quedó callada

—Marlene por Dios, siempre es lo mismo contigo— objeto Taylor

—tú, te callas, ¿Te prometió dejarme?— pregunté mirando a la chica, la cual se limitó a confirmar con su cabeza —¡Ja! ¿Y le creíste?, Por Dios, apenas tenemos 3 meses de casados—

—suele pasar que los matrimonios sean arreglados y por tal motivo no duren más de tres meses— dijo la recepcionista lanzando veneno

—te diré algo querida (hágase notar el sarcasmo), ya sea por arreglo, por amor, por dinero o por lo que el te haya dicho que fuera, estamos casados y te guste o no eso tienes que respetarlo o de lo contrario ahí tienes la puerta— le señale el camino, ella miró a Taylor en busca de apoyo y este esquivo la mirada
—recuerda algo querida, para ellos solo eres buena mientras te tienen debajo, luego de eso ya eres una más del montón—

—usted no puede correrme, no le eh hecho nada, usted siquiera es la dueña de la empresa— me dijo la muy ilusa

—pero que descarada eres— rei con sarcasmo

—ve a recursos humanos Darlin— dijo Taylor

—pero...

—nada, ya escuchaste a mi esposa— la chica empezó a llorar, tomó su bolso y partió como un rayo a la oficina de recursos humanos

—ni creas que lo hice para complacerte, la verdad es que no sabía cómo quitarmela de encima— sonrió cínicamente —y a todo esto, ¿Qué haces aquí?—

—no es de tu interés— le di la espalda y empeze a caminar, luego de varios segundo sentí un fuerte tirón a mi mano derecha

—se te está haciendo muy de costumbre dejarme hablando a solas Marlene— sus ojos estaban inyectados de sangre, estaba completamente transformado

—sueltame Taylor, me estás lastimando— este no hizo caso alguno y me llevo a la fuerza hasta su oficina mientras el personal disfrutaba del espectáculo. Al entrar a la oficina estrelló la puerta y me empujó hasta el sofá que estaba posicionado en el lado izquierdo de la puerta

—estoy harto de tus insolencias, ¡Maldición Marlene, comportate como una adulta!— caminaba de un lado a otro como animal enjaulado —solo son dos malditos años, has que sean llevaderos—

—eso jamás, eres un animal, abusaste de mí y eso no estaba contemplado, eres un maldito cerdo, me das asco— se acerco hasta mí con intención de agredirme, pero en ese momento entro su padre

—¡Taylor!— le gritó al ver la escena, yo rápidamente fuí hasta él y me refugié detrás de su espalda —¿Qué rayos pensabas hacer?— le gritó nuevamente

—esto no es asunto tuyo padre— habló Taylor alterado

—todo lo que pase dentro de esta empresa es mi asunto y más si se trata de mi hijo— sentenció y fijo su atención en mí para luego abrazarme; me fue inevitable no llorar —¿Estás bien hija?—



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En el texto hay: odio, desprecio, masoquismo

Editado: 16.06.2020

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