Casada Por Una A P U E S T A©

El cabras

—¡CUIDADO ESTEBAN!— grité por encima de los disparos, sí, acabo de encontrar a Maykel luego de dos semanas de búsqueda, al fin asomó la cara y no pienso dejarlo salir con vida; Estaba cubriendome detrás de mi auto, cargando  mi arma cuando sentí una lluvia de balas al auto, tan rápido como pude respondí a los disparos y me refugie en una casa en estado de ruinas.

—¿está bien señor?— me preguntó uno de mis hombres cuando llego agitado hasta donde yo estaba

—si— vi la silueta de Maykel y le ordene a Rael que me cuidara la espalda y corrí tras de él esquivando con suerte una bala —¡MAYKEL!, NO TE VAS A ESCAPAR— le dispare dandole en una pierna, le  volví a disparar y esta vez le pegué en el pecho, me escondí al ver que llegaron más de sus hombres y empezarona disparar, luego salí nuevamente y le dispare, este cayó al piso al mismo tiempo que mi hombre, una bala rozó mi pierna y volví a refugiarme en los escombros de un carro y ellos aprovecharon aquel momento para huir.

 

 

—Estuve a punto de matarle Sandino— íbamos en el auto rumbo a una bodega —Esteban, necesito que envies una formación de dos hombres a cada uno de los hospitales más cercanos, ellos no deben de estar muy lejos, alcance a darle tres disparos y no creo que tenga tiempo suficiente para cohibirse de ese privilegio—

—así será señor— acelero el auto, pedí que guardaran silencio y llame a Marlene

Taylor, ¿no vendrás a cenar?, le pedí a Águeda que prepare los espaguetis a la carbonara que tanto te gustan— la escuche un poco animada 

—si amor, dame una hora y ire para que podamos cenar juntos— reí al escucharme hablar de ese modo

aquí te espero entonces— colgó la llamada. La velocidad del auto se incrementó y pregunte que pasaba, a lo que respondieron que tenían localizado a Maykel y iriamos hasta donde el estaba; llegamos al lugar y este estaba sitiado por sus hombres los cuales nos recibieron con balas, el lugar era un completo desastre y a puros madrazos entramos, habian varias personas cubriéndose y gritando despavorida, le ordene a algunos de mis hombres que les ayudaran a salir, pues no quería cargar con la muerte de personas inocentes.

Corrimos por un pasillo hasta una puerta en la cual vimos que entraron varias personas y volvimos a reanudar la balacera y entre balas y guardaespaldas pude ver a Mathew, nuestras miradas se cruzaron y me disparó, perdiendo así la vida uno de mis hombres que se interpuso entre la bala y yo. 

Logre disparar y este salió airoso, lanzaron una bomba de humo y así lograron salir del lugar, por segunda vez en una misma noche Maykel había escapado y el hecho de que el este con Mathew quiere decir que desde primera instancia el atentado que sufrió Marlene no fue más que un despecho por parte de él, no se trataba de mí.

 

—Pensé que ya no vendrías— Marlene estaba acostada viendo una película

—demore un poco más de lo pensado, pero aquí estoy, ¿ya cenaste?— le mire mientras ella me miraba con escrutinio, como si intentaba decodificar algo en cada una de mis palabras, por suerte antes de subir a la habitación me di un baño y me coloque una pijama

—¿demoraste por asuntos de trabajo o hay algo más que deba de saber?—  le quite la mirada y ella me la busco

—no hay nada más que debas de saber— le bese en la coronilla

—entonces, ¿porque tan pronto cuando llegaste corriste a bañarte?— le mire con gracia

—¿estas celosa?— reí a carcajadas

—claro que no— se quito de donde estaba

—si lo estas— la alcancé y le hice cosquillas —no tienes de que preocuparte tonta— bese sus labios —no estoy con nadie más que tu— acaricie sus mejillas —no seré quien eche a perder esto— su mirada era tan dulce, le bese los labios lentamente, hasta el punto de ella quedar debajo de mi, baje una mano sin prisa hasta su larga pierna y le acaricie lentamente, baje a sus pechos y bese hasta llegar a su centro, alce mi mirada esperando su aprobación y esta me sonrió, deje un derroche de besos hasta sentirla húmeda, saboree su humedad con mi lengua y succione de tanto en tanto cada gota de placer, volví a subir hasta sus pechos y allí deje un ligero rastro de caricias —¿estás lista para esto?—

—sí— sonrió de soslayo, termine de retirar sus prendas de vestir, luego las mia, mire nuevamente para asesorarme de que no cambiara de parecer y su cara indicaba todo lo contrario, me adentre en ella y fue la sensación más placentera de toda mi vida, me perdí en cada embestida y gritos de placer por parte de ella, ansiaba tener este momento y me llenó de satisfacción el ver que ella también lo disfrutaba, quería borrar aquel mal recuerdo con caricias nuevas y emociones mutuas.

—creo que te estoy empezando a querer Tay— se acomodo en el hueco de mi cuello y hombro y se quedo plácidamente dormida.



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En el texto hay: odio, desprecio, masoquismo

Editado: 16.06.2020

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