Casada Por Una A P U E S T A©

Confeción A medias

Lamento profundamente haberle dicho aquello a Taylor, desde que le conté sobre Matt se ha vuelto distante y frío, llega tarde a la casa y sus respuestas cuando le reclamo son:

–Todo tiene una explicación, pero no te la puedo decir ahora–

Y ya mes estoy cansando de esto, hoy hablaré claramente con él, no podemos seguir así y no quiero volver a la toxicidad que había anteriormente entre nosotros

–¡Marlene! – levante mi cabeza con brusquedad y vi a mi padre llamarme desde la puerta —¿que le sucede a mi tesoro?, llevo un rato aquí parado y no te has percatado

–perdón papá, estaba sumida en mis pensamientos– mi voz estaba completamente apagada

–¿qué es eso que te tiene tan mal? – sé acercó hasta mí y tomó mis manos

–es Taylor, no sé qué le pasa, está distante conmigo– abaje la mirada

–¿quieres que hable... –

–no papá, no tienes que hacerlo, yo hablaré con el hoy– o al menos eso intentaré 

–bien. Vine a buscarte porque el Sr José pidió hablar contigo vía telefónica sobre el nuevo embarque–

–¿en cuál línea está? – pregunté mientras tomaba el teléfono 

–línea dos– beso mi coronilla –te dejo–

Al terminar la conversación con José me concentre en los preparativos para el lanzamiento de los nuevos complejos turístico que estamos patrocinando. Sí, hace una semana se firmó un contrato con la línea de hoteles Sherton, en el cual formaremos parte activamente como proveedor de insumos y patrocinio. 

Tocaron la puerta y indique que podían pasar. Alce la vista al oler el fuerte aroma amarrado y cítrico tan acostumbrado a mi olfato. 

Le mire y ahí estaba él, avergonzado, pero imponente, todo el hemanaba una aura de tranquilidad y cierta pizca de arrepentimiento

–necesito que hablemos Marlene, se que me he comportado como un idiota en entos últimos días – se mantuvo de pies y aún en la distancia

–¿eso quiere decir que llegó el momento de la explicación? –  alejé un poco la silla del escritorio y puse mis brazos en jarra

–no entres en negación por favor, necesito que hablemos– su mirada inquisitiva se deslizó por todo mi cuerpo

–a ver Taylor, ¿cuál es la diferencia entre ahora y todos los días que intente que habláramos?, pero no hiciste más que alejarte y claro también hacia falta levantar ese gran muro de frialdad, no te fue suficiente con eso, también tenías que llegar tarde a la casa cada bendita noche– me puse de pies y apoye mis manos en el escritorio 

–no quiero involucrarte en todo esto Marlene, no quiero que te vuelvan hacer daño y en esa lucha me olvide de demostrarte que te amo... Porque para mí es mas importante verte a salvo – se acercó hasta mí 

–no te entiendo Taylor, ¿de que tienes que protegerme? – su postura cambió, se le veía enojado, preocupado, su cara mostraba confusión –¡Habla de una vez Taylor, deja el maldito misterio! – estaba asquiada, está situación era un asco

–no puedo decirte, no aún – me dio la espalda y vi como llevo una de sus manos hecha puños a su bolsillo mientras que con la otra masajeaba el puente de su nariz

–entonces, ¿a que vienes Taylor?, ¿quieres que me preocupe por las incoherencias que me estas diciendo? O que pretendías ¿que saltará a tus brazos al verte entrar por esa puerta? –

–no sé a qué vine – sé marchó sin siquiera verme, dejándome igual o peor confundida que antes.

 

Llegué a la casa y subí hasta mi habitación, dejé mi bolso sobre la cama y me empecé a quitar la ropa para bañarme, hoy he tenido un día abrumador y necesito relajarme.
Fui al baño y abrí la llave para que la bañera se llenara, agregue un poco de gel de espuma y me sumergir en ella, tratando de aminorar las secuelas del día.

–Marlene– escuché un leve susurro de mi nombre y una ligera caricia en mis cabellos –Marlene– abrí mis ojos lentamente y vi a Taylor sentado en el borde de la bañera –te quedaste dormida– se puso de pies y fue por una toalla –debes salir del agua o te vas a resfriar– la sujeto abierta mientras yo salía del agua –tienes las uñas moradas al igual que tus labios... Le pediré a Agueda que te prepare un caldo– me ayudó a acostarme y me arropó con el edredón y fue hasta ese momento que sentí un terrible dolor en mis huesos y un frío que parecía no tener fin. 

Taylor no tardó más de dos minutos abajo y al subir me encontro titiritando del frio

–creo que debería llamar al doctor – fue por el teléfono

–no Tay... Taylor, n-no lo hagas, solo tengo un poco de friio– intente sonreír pero el castañeo de mis dientes no me lo permitieron, vi como el se retiro el saco y se acostó junto a mí y me abrazo

–me traes loco Marlene... Me tienes rozando la locura– suspiro profundamente –no sé qué sería de mi si algo llegara a pasarte, solo quiero amarte, pertenecerte, que seamos uno, pero Matt se empeña en que no sea asi– acomodó su barbilla sobre mi cabeza



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En el texto hay: odio, desprecio, masoquismo

Editado: 16.06.2020

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