Casada Por Una A P U E S T A©

¿Quién Eres?

Escuchar a Taylor decir aquello fue como escuchar que se desató la tercera guerra mundial, era algo que me niego a creer

–eso no puede ser verdad, ¿porque Matt haría algo así? – me senté en la cama olvidandome por completo del frío 

–tal vez no acepta la idea de que estemos juntos – retiro los mechones que estaban esparcidos por mi rostro

–¿tienes pruebas de ello?, por qué si es cierto lo que dices debemos denunciarlo Taylor, esto no puede quedarse así –

–¿y qué crees que he estado haciendo?... A eso se debe el distanciamiento, no he parado ni un solo dia en tratar de encontrarlo, pero Brucelas es un país turístico y eso dificulta en gran manera poder encontrarle –

–¡Dios mío!, no puedo pensar en Matt haciendo algo tan cruel –
Agueda tocó y Taylor le abrió la puerta y en seguida el aroma del caldo se exparcio por toda la habitación.

Estamos en el hospital, alrededor de las 3 de la mañana el papá de Taylor fue ingresado al hospital debido a una crisis respiratoria

–algo no está bien– estaba sentada junto a Taylor en uno de los bancos de espera

–la falta de noticias son cosas buenas – traté de alentarlo acariciando su hombro –todo va estar bien –

–no quiero ser pesimista Marlene, pero así me lo dice mi corazón, este es el final del camino para mi padre – cubrió su rostro con las manos mientras lloraba, lo cual me sorprendió

–señor Maher– nos acercamos hasta el doctor

–¿cómo está? – limpio sus ojos y sorbio por su nariz

–sabes que tu padre está batallando desde hace años contra el cancel y este ha invadido de manera agresiva y no hay nada más que hacer, la morfina ya no ayuda– una lagrima resbaló por mi mejilla y la limpie rápidamente –puedes pasar a verlo... Lo siento mucho– le puso la mano en el hombro y se marchó

Abrace a Taylor, quien lloraba desconsoladamente –te lo dije Marlene, te lo dije– me apretó más contra él. Me separe un poco y suspire

–debemos ir a verlo– le mire fijamente, tratando de no descomponerme al verle tan quebrado

–no puedo Marlene, no soporto tener que decirle adiós – volteo su cara

–escuchame – le hice que me viera agarrándole la barbilla –es peor si no te ve... Por más que te duela debes de esforzarte y tratar de sonreírle – Taylor me vio como si estuviera loca –si Taylor, no querrás que la última imagen que se lleve tu padre sea tu cara de dolor– limpie sus lágrimas

–debemos ser fuerte frente a él – Taylor asintió –vamos– caminamos hasta la habitación en la que estaba y entramos

–pedí que detuvieran el tratamiento, espero que me perdones por eso – Aaron se veía muy desmejorado y su voz era rasposa

–no tienes que disculparte– Taylor fue hasta él y lo abrazo, yo le sonreí y limpie una lagrima silenciosa que rodaba en mi mejilla

–no tienen que fingir ser fuertes, se lo doloroso que puede ser esto, pero créanme que nunca dolerá como me duele el hecho de irme sin haber podido tener un nieto– extendió su mano hasta mí

–usted será abuelo Aaron, tengo una semana de embarazo– todos sonreímos entre lágrimas –no les había dicho antes porque hasta ahora es que me entero– busque un sobre en mi cartera y se lo entregue a Aaron

–Taylor no se equivoco al elegir te como esposa Marlene– beso el dorso de mi mano –lo que lamento ahora es que no podré estar allí para proteger a mi nieto o nieta de los arranques de su padre– reimos

–y yo no me equivoque al quererle como a un padre –

–Taylor, hijo, nunca olvides que este donde esté siempre te voy a amar y proteger, eres, fuiste y siempre serás mi mayor orgullo y la luz de mis o...

–¡PAPÁ!, ¡PAPÁ! – Taylor grito desesperado al ver como su padre cerró los ojos, se veía tan natural que pareciera que estuviera profundamente dormido,pero no era así, su respiración era nula, Aaron acababa de fallecer. 

Luego de terminar todo el papeleo en el hospital, le pedí a Taylor que llamara al chófer para que este me llevara a la casa para cambiar mi ropa, ya que con el afán de venir sin perder el tiempo, solo tomé mi bolso y me coloque por encima una bata. 

–ya vuelvo– le di un casto beso y baje el ascensor para ir hasta el estacionamiento, luego de caminar un poco todo se nubló y me faltaba la respiración debido a que colocaron una capucha en mi rostro

–¡AUXILIO! – cubrieron mi boca por encima de aquella capucha y me cargaron de espalda. Patalee pero aquello fue inútil. Me arrojaron en algo duro y con olor a gasolina, lo que me llevó a pensar que estaba en el maletero de un auto. 

Paso alrededor de una hora de camino cuando nos detuvimos y me sacaron de donde estaba

–¿quien eres? ¿Qué quieres? – mis palabras salían atropeyadas 

–no te parecen demasiadas preguntas muñecas– aquel hombre habló cerca de mí oído con una voz bastante aguda y escucharlo tan cerca de mí me causó asco, así que cuando me retiraron la capucha caí al suelo y vomite en los pies de alguin



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En el texto hay: odio, desprecio, masoquismo

Editado: 16.06.2020

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