Casada Por Una A P U E S T A©

TRES MESES

Tres meses, tres malditos largos y cansados meses han pasado, meses en los cuales no he sabido nada de la mujer que amo, meses en los cuales mis ojos no han tenido descanso, en que mis días son grises y lúgubres tanto o igual que los que ella ha tenido, a duras penas puedo comer y darle la cara a los padres de Marlene, quienes tienen el alma destrozada y sin consuelo alguno; hoy me han invitado a su casa para almorzar, no tengo animos de hacerlo, pero ellos deben de saber que no he dejado de buscarla, que mientras tenga fuerzas la buscare y hasta no tenerla devuelta con nosotros no descansaré.

En estos meses Esteban a tenido una recuperación más que excelente, en principio su respiración no era estable, pero con el pasar de los días ya no usa oxígeno, de hecho, ya ha empezado a buscar a Marlene y todo sigue igual : sin pista alguna.

—señor, creo que debería pensar en la propuesta de el señor Eriberto, al parecer el es un hombre de estrategias y ha sabido escabullirse durante veinte años, el debe de saber sobre escondites y todo eso— yo estaba sentado haciendo mi más reciente hábito: tomar hasta perder el conocimiento, solo así puedo soportar un poco más todo este desastre

—¿estás seguro que esto e slo mejor?— tome otro trago

—piénselo señor, todos sus socios menos el señor Sandino y él le han dado la espalda y sabemos que el señor Enzo le ha informado sobre los lugares en los cuales hemos buscado y la última vez, por poco lo atrapamos, solo encontramos una casa completamente vacía y algunas que otras cosas...yo creo que ellos están coludidos con él y a usted lo quieren sacar de la jugada, piense un poco en esto— Esteban tenia la boca llena de verdad, yo habia pensado en esto, pero no de una manera tan concluyente como él —mire señor, yo solo le digo lo que veo y esto e slo que veo, ademas, usted y el señor Eriberto han estado trabajando juntos en estos últimos meses y ha mostrado ser un hombre leal y recto—

—llamalo y ponlo en speaker—

—¿qué hubo vato?, ¿vamos a talachar de nuevo?— su voz cantoral llenó el espacio

—te necesito Eriberto—

—¿pa que soy bueno socio?, usted nomas diga rana y pos yo salto— ambos reímos

—ya se que me ofreciste ayudar en reiteradas ocasiones y me negué a ello, pero tu y Sandino eres el único que se han mostrado fieles y es por eso que necesito que me ayudes a encontrar al infeliz que tiene a mi esposa— me puse de pies y camine hasta posicionarme en frente de la ventana

—yo con gusto lo hago mi compa, usted nomas digame a quien hay que tronarse—

—a Mathew Mena, ese es el que  tiene secuestrada a mi esposa—

—ahora mismo me lanzo pa´lla, para que llenemos de plomo a ese—

—gracias Eriberto, aqui te espero—

—cuenta conmigo, nomas arreglar unos pendientes que tengo y me lanzo, tengo mucho que no jalo del gatillo, necesito un poco de adrenalina—

Colgué la llamada y me fui a alistar para ir al almuerzo con la familia de Marlene.

 

 

MARLENE

Hoy estoy aquí, en una cita médica junto a Matt, el tiene la errada idea de que mi hijo es de él y a decir verdad no tengo ánimos para negárselo, gracias a esto se ha mostrado más tranquilo y me ha dejado de molestar, ahora se ha convertido en un encanto, pero esto no ha dejado de causarme asco por el.

—digame doctora, ¿qué es?— pregunto Matt

—es una nena y según puedo ver esta en perfecto estado—

—¿ya escuchaste mi amor?— tomó mi mano —vamos a tener una nena— su cara mostraba felicidad verdadera, pero este momento no le pertenecía a él. Mis ojos se llenaron de lágrimas y voltee mi cara hacia el otro lado.

—¿podemos irnos?— me senté en la camilla ¿, no me voy a arriesgar a que la doctora diga cuantos meses tengo realmente

—aún falta...

—dije que me quiero ir— miré a Matt

—¿no la escucho doctora?, nos vamos, prescriba todo los medicamentos que tiene que tomar y las medidas que se deben de seguir para que su embarazo sea saludable— fui a cambiarme de ropa y sali lo mas rapido posible

—ya estoy lista— salimos del hospital y fuimos directamente a la casa, en la cual Matt me tenia una sorpresa

—ven, quiero mostrarte algo— tomo  mi mano y me guió hasta una de las habitaciones que permanecía cerrada —quiero que cierres tus ojos— le seguí el juego y solo lo abrí hasta que me ordenó y me encanto la sorpresa

Era una hermosa habitación con una cuna, varios muebles y juguetes con una decoración neutra, pero realmente era hermoso

—¡Matt!— cubrí mi boca con mis manos y fui hasta uno de los peluches que estaba perfectamente acomodado sobre el suelo —esto es hermoso—

—no sabía cuál iba a ser el sexo, asi que elegi un color neutro...¿te gusta?—

—más que eso Matt, me encanta— mire todo detenidamente, Matt se acerco e intento besarme, pero me aleje tanto como pude

—Marlene, se que te falle y lo hice de la peor manera— miro fijamente mis ojos — se que esto no es suficiente para que me perdones, pero no quiero que nuestra pequeña— llevo sus manos hasta mi vientre —no quiero que ella cargue con el odio que me sientes—

Me separe —eso jamás pasara Matt, yo no odio a mi hija, como odiarla si es...— le miré e hice intento de decirle que no era su hija, pero preferí callar

—¿si es que Marlene?— pregunto

—es el motivo por el cual aún respiro— sonrei y acaricie mi vientre.

 



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En el texto hay: odio, desprecio, masoquismo

Editado: 16.06.2020

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