Casada Por Una A P U E S T A©

RÁFAGAS DE BALAS

Antes de que aquel testamento fuese leído, yo había movido mis contactos y ya sabía su contenido, el cual me dejó un tanto atónito, en el Enzo decía que Matt era su hijo y por consiguiente en conjunto con Arabella lo dejaba a cargo de sus negocios, lo cual para mí no eran buenas noticias, ya que esto lo hacía más fuerte, tendría el apoyo de su hermana, de los hombres de su padre y por consiguiente del consejo, pero no me importa, recuperaré a Marlene a toda costa, no me importa a quienes tenga que llevarme en el camino, ella volverá a estar junto a mi.

 

Mientras pensaba en todo esto miraba a la distancia a través de unos binoculares como Matt y Arabella se despedían, no los seguiré en un auto convencional, no quiero despertar sus sospechas, así que hable con un primo de Esteban, el cual es informático y me entregó un diminuto auto de juguete, el cual podía recorrer 8 kilómetros y transmitir una señal GPS, solo debía de sincronizar su arranque con el de Matt, para que este lo escaneara y listo, solo le pedía a Dios que Matt fuera directo hasta aquel lugar donde se escondía.

 

Horas después la señal se detuvo y así permaneció durante dos horas más, lo cual me indicaba que posiblemente se haya detenido en su escondite. No me precipite para atacarle, si este era realmente su escondite, esperaría hasta la madrugada para hacerlo.

 

Fui a la empresa como lo hacía ocasionalmente, en ocasiones de mañana o en la tarde, como lo fue hoy, solo pasaba a firmar los documentos que estuvieran pendientes y salía nuevamente, pero hoy a habido un cambio en aquella rutina, la señora Fernanda está esperándome junto a la recepcionista y al verme se puso de pies y prácticamente se abalanzó a mis brazos

 

—Taylor, ¡¿dime que se encuentra bien?!, por favor— dijo aquellas palabras con su rostro sumergido en mi pecho

 

—señora Fernanda — verla en ese estado no ayudó mucho con el mío —vamos a mi oficina— ella aun permanecía abrazada a mi, solo que esta vez de un costado. Entramos y nos sentamos en el mueble, limpio sus lágrimas y me miró fijamente con sus ojos rojos, adornados de círculos negros, producto de sus malas noches

 

—llevó varios días buscándote en la cas y no he obtenido respuesta alguna de ti Taylor... Estoy desesperada y según mis latidos, no me queda mucho tiempo a mi favor —

 

—¿ha hablado de esto con

Cristóbal? —

 

—el me comentó sobre tu verdadera profesión y creeme que no te juzgo por ello, tus razones tendrás y también me dijo que Mathew es quien la tiene— sus ojos se cristalizaron

 

—me refiero a lo del tiempo señora Fernanda, ¿no se encuentra usted bien? — verla me provocaba un dolor profundo, se lo apegada que son una a la otra y que la señora Fernanda por medio a su enfermedad esta separación forzosa le resulta más dolorosa

 

—no— agachó su mirada —él aún no sabe que mi desfribilador a empezado a tener fallas y prefiero que así permanezca — me miró un poco apenada —no quiero que esto se

sepa—

 

—Fernanda— le mire por un momento a sus ojos y solo vi tristeza, una profunda tristeza mezclada con desesperación —necesito que este bien para cuando venga Marlene, para que pueda estar con ella y su nieto o nieta— sonreí de felicidad —antes de que todo esto pasara, ella... —  recordé aquel recuerdo cargado de nostalgia — ella nos dio la noticia a mi y a mi padre, hubieras visto lo feliz que estabamos en aquel momento e incluso mi padre, gracias a aquella noticia murió con una gran sonrisa en su rostro — conversamos un momento más, hasta que finalmente la convencí de que debe hablar con Cristóbal. 

 

Me encontré con Sandino y Esteban, quienes me  pusieron al tanto sobre el dispositivo de rastreo que se le había insertado al auto de Matt, el cual se había detenido no muy lejos de su punto de partida. 

 

Note a Esteban un tanto confundido mientras escuchaba la estrategia

 

—¿nos disculpan un momento? — Esteban se quedó mirándome —¿me puedes explicar que carajos te pasa? —

 

—me disculpara señor, pero llevo meses pensando en ¿porque no atacamos a Matt el día que tenía a Marlene, porque simplemente salió huyendo del lugar, si aquella era nuestra gran oportunidad?—

 

—ya te lo dije Esteban, creí en sus palabras en aquel momento, creí que ella había planeado todo esto para quedarse con él y nuestro hijo—

 

—señor, pero—

 

—si eso era todo, tenemos que seguir con el plan—

 

Cada hombre tomó su arma y algunos elementos de apoyo, como cuchillos, granadas de humo y una bomba, todo esto para neutralizar a los hombres de Matt, cada Jeep salió con seis hombres armados, para un total de sesenta, no se cuantos hombres tendrá, así que es mejor estar preparado. 

 

Rodeamos la casa de seguridad, logramos derrotar a cada hombre colocado en el exterior, pero hubo uno que llegó a alertsr a quienes estaban adentro, quienes no se habían enterado debido a los silenciadores que estamos utilizando. Gracias a aquella alerta salieron más hombres y se produjo un gran arboroto

 

—¡TAYLOR! — vi a Marlene caminar hacia mi, pero a mitad de camino se detuvo abruptamente, lucia un poco pálida, sus cabellos estaban sueltos con pequeñas ondas que reposaba sobre sus hombros y aquel vestido suelto de colores dejaba a la vista su abultada pansa, simplemente se veía hermosa, ahora me sentía completo, podía dejar salir todo el aire que tenía contenido sin darme cuenta

 

—¡cariño! — corrí para dejar aún lado la distancia que nos separaba

 

—¡detente! — grito casi de inmediato —debemos mantener la distancia o de lo contrario moriremos— alzó con delicadeza el vestido, hasta dejarme ver un dispositivo palpadeante sujetado en su tobillo —esto es una bomba Tay y si... 



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En el texto hay: odio, desprecio, masoquismo

Editado: 16.06.2020

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