Casado con una fea

Capítulo: 1

—Debiste engordar un poco más antes de la ceremonia. —reclama mi madre mirándome de arriba a abajo con el vestido de novia. 

—No se ve tan mal—dice mi hermana Aurora  observándome y negando con la cabeza y me vista se queda fija en el espejo. La verdad no esperaba elogios, nunca los he tenido solo de mi padre que siempre me ha consentido de más pero esperaba que al menos hoy el día de mi boda dejaran de criticar mi aspecto físico. Desearía ser diferente, pero nunca he sido la chica bonita que alguien mira o a la que se esfuerzan por agradar. Soy bastante delgada, poca curvatura, la nariz algo ancha y los labios gruesos y mi pelo un poco revuelto e inacomodable tampoco copera mucho. Cada día de mi vida desde que tengo memoria me he mirado al espejo y me he sentido insuficiente, poco bonita, sin embargo cuando conocí a  Michael mi vida cambió totalmente. Él vio cosas en mí que ninguna persona había visto antes y cada día se esfuerza en tratarme con cariño y amor y en hacerme sentir como una persona linda aunque sé que no lo soy. Pero como dice mi padre siempre lo importante es lo que se lleva en el corazón y parece que Michael vio eso en mí. 

—Mirándolo bien creo que podrías haberte esmerado un poco más—opina mi hermana señalando mi espalda y la miro con duda, ella sí que es bonita, alta, corpulenta y con un rostro precioso, todos los hombres se mueren por tenerla y además es muy inteligente, todas las chicas la envidian incluso mis amigas. 

—¿Cómo? —termino preguntando

—Un blúmer con trasero incluido—dice logrando que me ruborice—te ves demasiado plana. 

—Se ve perfecta—interrumpe mi padre acercándose y abrazándome—eres la novia más linda que he visto alguna vez. 

—Te amo papá—le digo a mi padre Robert Noa, un famoso y reconocido director de cine y televisión, todas sus películas han sido un éxito total y es admirado por todos los que trabajan en esta industria. Gracias a él es que conocí a mi prometido pues va a ser el actor principal de su próxima película y fue él quien nos presentó en una fiesta a la que fuimos invitados. 

—Yo más mi niña preciosa—dice abrazándome de nuevo—desde el día que te tomé en brazos por primera vez supe que ibas a ser una gran mujer y estoy orgulloso de ver el tipo de persona en la que te has convertido. Y estás haciendo mi mayor sueño realidad de verte casada antes de morir. 

—Falta mucho para eso padre tiene que conocer a sus nietos... 

—Ojalá que sean apuestos como el padre—comenta mi hermana un poco mal intencionada recibiendo una mirada de reproche de mi padre. Y la música que   debe dar inicio a la ceremonia comienza. 

—Ponte esto—dice mi madre poniéndome un velo en la cara. 

—Esas cosas ya no se usan—opino quitándomelo. 

—Te ves mejor así. Tu prometido te ama, pero van a ver muchos medios fotografiando todo. —explica mi madre. 

—Ella está bien así, se ve hermosa—agrega mi padre. 

—Lo decimos porque te queremos, todo lo que hacemos o decimos mamá y yo es porque no queremos que se burlen de ti—opina mi hermana. 

—Lo usaré, está lindo—digo para terminar la discordia poniéndome el velo, estoy tan feliz que ni siquiera sus comentarios malintencionados pueden arruinarme el día. Me aferro al brazo de mi padre y camino hacia donde me espera mi prometido. El salón está lleno de personas y todos se quedan atentos mientras las cámaras de los paparazzi captan todos. 

—Cuídamela como un tesoro—dice mi padre dándole mi mano a mi prometido. Y justo cuando el cura que dirige la ceremonia va a empezar a hablar se escucha una voz al final del salón. 

—¡Paren! ¡Detengan esto! ¡Yo me opongo! —la vista de todos los invitados y la mía se dirigen hacia el desconocido que está ebrio y camina hacia nosotros y que ni siquiera esperó que iniciara la ceremonia para interrumpirla. 

—No te puedes casar con ese hombre porque eres mía. Solo mía. Ya le dijiste a tu prometido cuantas veces te hice el amor esta semana—exclama dejándome asombrada y Michael me mira asombrado. 

—Está ebrio, nunca lo he visto en mi vida... 

—¿Nunca me has visto? —cuesriona con sarcasmo captando las miradas de todos los invitados— todas las veces que le decías que te ibas a cenar con tus amigas y era a mi casa a donde ibas, a quien amas es a mí y lo sabes. 

—No lo conozco—digo tomando el velo con mi mano para levantarlo. 

—Fea e infiel—pronuncia mi prometido y sus palabras son como un puñal, me quedo paralizada y trago en seco—solo me casaba con alguien tan fea como tú porque tu padre prometió que si lo hacía me daría el papel protagónico en su próxima película, pero nunca miraría a alguien como tú, ese tipo ha de estar ciego también para haberse acostado contigo, yo planeaba emborracharme para poder hacerlo—dice y me quito el velo lanzándolo al piso y observando a mi padre con dolor, no puedo creer que las personas que más amo se hallan burlado tanto de mí y me hallan lastimado tanto, siento un profundo dolor en mi pecho que me impide poder respirar con normalidad—y que sepas tus dos amigas—dice señalándolas—ellas también son tus amigas solo para que tu padre les dé trabajo, las dos besan mejor que tú. —explica y para ese entonces ya he olvidado al desconocido que interrumpió la boda y que camina hacia nosotros, mis ojos se inundan de lágrimas y varias de ellas comienzan a rodar por mi rostro. En mi defensa solo puedo decir que no soy infiel porque tengo más que claro que bonita no soy. 

—Espera ¿y Olivia donde está? —cuestiona el desconocido ebrio mirándome fijamente. —Perdón me he equivocado de bodas, tú no eras la novia que buscaba.




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