Jhan:
—Amigo no querías ser famoso, ahí lo tienes—dice Rey mi mejor amigo mientras entrenamos en el gimnasio, yo acostado levantando pesas y él mirando su teléfono mientras toma un poco de agua.
—¿Famoso? todos los medios de chismes han hecho noticia a costas mía, aún no empieza mi carrera como autor y ya está arruinada. Pero sabes lo que más me duele...
—Que tu querida Olivia se casara y no pudieras impedirlo. —me interrumpe.
—Eso también, pero lo que más lastima mi conciencia es que arruiné la boda y la reputación de esa pobre chica, sabes lo que están diciendo de ella en los medios, que nunca fue la mujer indicada para ese tipo y esas cosas. —respondo pues no paro de pensar en esa pobre chica llorando humillada delante de todos.
—Bueno al menos se libró de casarse con alguien que no la quería.—comenta mi amigo.
—Pero a qué costo, manché su reputación y ese hombre le dijo horrores frente a todo el mundo, me da lástima. —digo dejando de hacer pesas y poniéndome de pie mientras me limpio las manos sudorosas.
—¿Y de Olivia? ¿Has sabido algo?
—Le he marcado 18 veces y no responde, le he mandado 15 mensajes y ni siquiera ha puesto un hola—digo y él sonríe.
—Y así dices que te amaba. —se burla.
—Claro que sí, solo se casaba con él porque le propuso matrimonio antes que yo—respondo y él suspira mostrando su desacuerdo con mi opinión—que más da, esta tarde tengo una cita con Elisa y a las 9 una con Carla, dolido, pero no vencido—exclamo y me golpea el hombro.
—Hermano, solo querías a Olivia porque se iba a casar y no soportabas la idea de verla con otro, si la amaras no estuvieras tan normal. —opina
—¿Qué tú sabes de amor? Claro que la amaba una cosa no tiene nada que ver con la otra—justifico, que me guste Olivia más que cualquier otra chica no quiere decir que no me puedan gustar otras chicas
—Que cuando quieres a alguien no puedes pensar en nadie más, que amas hasta su torpeza y quieres cuidar a esa persona y hacer que sea feliz sea como sea. —responde y lo miro con desagrado
—Eso es muy cliché, no estarías leyendo esos libritos otra vez verdad.
—Jhan nunca vas a cambiar...
—Mejor me voy a casa. Mi padre quería hablar seriamente conmigo—protesto sacando las llaves de mi auto de allí.
—Nos vemos luego—exclama mientras le hago una seña con la mano despidiéndome y me alejo de allí.
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—Te dije que llegaras puntual—exclama mi padre al verme entrar, está vestido de traje y corbata como siempre, es un hombre nuy formal y exigente, mientras yo llevo un short y un pulóver.
—Estaba entrenando. —respondo sin detenerme para ir a mi cuarto antes de que me de un sermón.
—Jhan—exclama captando mi atención y me detengo a escucharlo—No necesitas entrenar, necesitas prepararte para dirigir una de las empresas millonarias más ricas del país. Y en vez de eso te dedicas a andar detrás de mujeres fingiendo ser actor e interrumpiendo bodas.
—Mi sueño es ser actor y lo saben y lo de la boda fue...
—Un gravísimo error, cómo diablos te llevaré a una reunión de negocios cuando ni siquiera puedes interrumpir la boda correcta—exclama levantándome la voz y poniéndose de pie. Está muy enojado conmigo cosa que es común en él y esta vez tiene toda la razón. A tu edad ya me había casado con tu madre, te tenía a ti y administraba nuestra empresa.
—No soy como tú.
—Eso se ve claramente, te falta mucho potencial—dice mirándome con algo de desprecio—Me has decepcionado por completo. Tienes un mes para casarte y empezar a trabajar en la empresa o de lo contrario pondré toda mi herencia a nombre de tu hermana.
—Padre...
—He sido demasiado bueno contigo, sé realista Jhan ya tienes 27 años y tu carrera como artista va fatal, no has tenido un solo contrato que valga la pena. Eres un...fracasado...—dice clavándome su mirada de superioridad. Si sigues con tus juegos de niños terminarás sin nada. Piénsalo bien. —termina diciendo antes de levantarse y salir. Decepcionado subo a mi habitación. Me comienzo a duchar y no salen de mi mente las palabras de mi padre, soy apuesto, tengo dinero y aun así soy un fracasadofracasado...un maldito fracasado que no ha podido lograr sus sueños por más que lo ha intentado. Quizás sea el momento de rendirme y aceptarlo: soy un fracasado y el niño de ocho años que tuve un guión de cinco minutos en una película ya no existe y quizás esos sueños también deban dejar de existir. Me visto y salgo de la casa. Me dispongo a abrir mi auto cuando un señor mayo que no conozco se me acerca
—¿Jhan Escobar? —cuestiona.
—Sí, soy yo . —respondo confundido pues nunca antes lo había visto.
—Usted arruinó la boda de mi hija y ahora debe hacerse cargo de sus errores.
—¿Usted es el padre de esa chica? —cuestiono asombrado y avergonzado y no evito preguntarme qué quiere conmigo.
—Si y quiero que repare el daño que hizo. —explica con seriedad, supongo que tanto esa chica como su familia deben odiarme completamente.
—Perdón, no fue mi intención, pero créame que haré lo que sea para remediar mi error. ¿Qué quiere qué haga?
—Que te cases con ella. —responde dejándome asombrado. Ese hombre debe haberse vuelto loco porque ni siquiera conozco a esa chica, cómo cree que me casaré con alguien que no conozco. Nunca haría algo así.