Casado Con Una Mafiosa © [#1 Mortem]

Capítulo 1, parte 1.

Hace unos días atrás.

DREY.

—Todos tienen que entregar el segundo avance de sus proyectos finales antes de finalizar curso.—la voz fuerte del profesor de Sistemas Colaborativos se escucha por todo el auditorio. —Recuerden que el director Lewis, algunos de los mejores Ingenieros,  desarrolladores y programadores del país, y mi persona; seremos los jueces. En otras palabras, tienen que hacerlo más que perfecto en el proyecto final.

Doy una rápida e indiferente mirada a mi alrededor, encontrandome con diversas expresiones. Unas muy serias y preocupadas, así como otras llenas de confianza y arrogancia.  Sonrío para mis adentros. Creo que soy el único al que le importa una mierda lo del proyecto.

Qué se le va hacer.

Encogiendome de hombros vuelvo a poner mi aburrida mirada hacia al frente. El profesor Johnson sigue hablando sobre el proyecto, uno que obviamente no presentaré, y aunque sé que eso va a dañar mis calificaciones juré no volver a crear ningún maldito programa. ¿Para qué? Jack McChrystal me robó más que un simple software. No. Me robó más que eso. Se llevó consigo las ganas y los deseos de volver a crear algo en mi vida.

El sonido irritante de la alarma de mi viejo reloj me trae de golpe al presente. En cuanto levanto la mirada me percato que todos mis compañeros se han ido, dejándome solamente en compañía del profesor. El señor Johnson, un hombre de unos cincuenta y ocho años, es uno de los mejores profesores de esta universidad. Suspirando por lo bajo y con total indiferencia me cuelgo la mochila. Levanto la mirada, encontrandome todavía al profesor junto a su escritorio  observandome con seriedad y cierto reproche con aquellos viejos y sabios ojos azules; escondidos detrás de unas finas gafas. Con los brazos cruzados a la altura de su pecho, tensando la camisa de vestir a cuadros azul con blanco sobre su barriga, dándole un aspecto un poco más severo. Del que ya estaba acostumbrado. Así que con toda la tranquilidad del mundo empecé a bajar los escalones que llevan a los otros escritorios, esperando su típico—y ya conocido—discurso.

—Drey, nuevamente no estabas prestando atención.—su ronca y cansada voz, rompe el tenso silencio. —Si sigues así tus notas se verán afectadas y te quitarán la beca.

Como si le importara una mierda.

—Lo siento, señor Johnson. Prestaré atención en la otra clase.—respondo de inmediato mientras me encojo de hombros. Mi tono sonó todo lo apuesto a uno apenado o arrepentido. Él tanto como yo sabemos que seguiré haciendo lo mismo de lo que queda de carrera, poco a decir verdad, unos seis meses.

El profesor Johnson suspira con fuerza y se quita las gafas. Cierra con fuerza sus ojos mientras empieza a masajearse el puente de la nariz. Mi pie izquierdo se empieza a mover ansioso, provocando que la suela de mis tenis hagan un irritante sonido.

—Muchacho sé que lo que pasó con...aquel alumno...—se abstiene de mencionar el nombre de aquel traidor. —...fue algo desagradable e injusto, pero incluso eso no es excusa para que no cumplas con tus trabajos. He hablado con tus otros profesores, que al parecer tampoco prestas atención en sus clases, así como tampoco has entregado sus trabajos. Por no mencionar que estás atrasado con tu último avance. Drey, el director Lewis incluso habló con tu madre para saber qué es lo está pasando, esto no es muy propio de ti.

Frunzo el ceño de inmediato, mi pie se detiene y tenso mi mandíbula fuertemente. ¿Con qué derecho se atrevieron a indagar en mi vida? ¿Qué les importa?

—Con todo respeto señor Johnson pero lo que haga o deje de hacer con mi vida es mí problema. Si quiero o no presentar los proyectos, mis razones tendré.—mascullo importandome poco la expresión sorprendida del señor Johnson. —Usted sólo debería de preocuparse por dar sus clases y no por la vida personal de sus estudiantes. Además, que yo sepa mis notas siguen siendo una de las más altas de esta maldita universidad, así que no entiendo cuál es la preocupación del señor Lewis y suya, señor.

El profesor Johnson me observa como si de pronto me hubiesen salido cuernos y ocho cabezas, por el torrente de cosas que acabo de decirle, y reprimí otras que definitivamente lo hubiesen sorprendido mucho más. Nunca he sido mal estudiante, nunca le he faltado el respeto a un profesor. Pero...¡maldita sea! Estaba harto, completamente harto que hicieran ver que lo que sucedió fue insignificante, de poca importancia. Cuando no es así. Todos sabían que ese programa era mío, yo lo creé con todo lo que tenía y lo que no.

Era mío.

Pero no. Todos apoyaron a Jack, sólo porque su familia hace donaciones exageradas de dolares a esta universidad. Claro, un pobre y además becado, qué podía hacer contra una familia élite.

Absolutamente nada.

—Más respeto señor Kirchner. Nosotros como institución, es nuestro deber velar por el bienestar de nuestros alumnos.—réplica en mi dirección. —Y usted debe entender que la oportunidad que se le está brindando no puede ser desperdiciada de esa manera.



#4958 en Novela romántica
#1965 en Otros
#337 en Acción

En el texto hay: narcotrafico, romance, drogas amor y celos

Editado: 16.06.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.