¡¿casados?!

CAPÍTULO 004

Un matrimonio sin escapatoria

Jade no podía aceptar lo que estaba pasando. Había despertado en una lujosa habitación con vista al mar, casada con un hombre que no recordaba haber conocido sobria, y lo peor era que él la había estado buscando.

—No, no, no… esto no puede ser real —murmuró mientras se paseaba por la habitación, con el cabello hecho un desastre y los nervios de punta.

Decidida, caminó hacia la puerta y la giró con fuerza.

—¡No puede estar cerrada con seguro!

Pero lo estaba.

—¡Maldito desgraciado!

Jade golpeó la puerta con ambas manos.

—¡Oye, ábreme! ¡No puedes secuestrarme!

Desde el otro lado, la respuesta llegó en un tono tranquilo y burlón.

—No es secuestro si estamos casados.

Jade gruñó.

—¡Solo porque lo diga un papel no significa que esto sea legal!

—Es completamente legal. Con testigos, un juez y todo.

Jade sintió cómo su mundo se desmoronaba un poco más.

—¡No puede ser!

De repente, la puerta se abrió y ella perdió el equilibrio, cayendo sobre el pecho de Rohan. Él la sostuvo con facilidad, con una ceja arqueada.

—¿Siempre eres tan dramática en las mañanas?

Jade le propinó un codazo en el estómago, obligándolo a soltarla.

—¡Dime qué demonios está pasando!

Rohan suspiró y se pasó una mano por el cabello.

—Siéntate, vamos a hablar.

—¡Hablar mis zapatos! ¡Dame la anulación ahora mismo!

Rohan se cruzó de brazos, apoyándose en el marco de la puerta con una expresión que gritaba paciencia forzada.

—No.

—¡¿Cómo que no?!

—Porque no voy a dejarte ir.

Jade sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

—¿Por qué? ¿Qué quieres de mí?

Rohan sonrió con suficiencia.

—Tranquila, no voy a venderte a una mafia.

—¡Eso no me tranquiliza en absoluto, imbécil!

Rohan se echó a reír y luego, con un tono más serio, le extendió un documento.

—Lee esto.

Jade le arrancó el papel y lo leyó rápidamente.

"Contrato matrimonial"

—¿Un contrato? —murmuró, sus ojos recorriendo las cláusulas.

Su expresión cambió de furia a incredulidad en segundos.

—¿Qué es esta estupidez?

—Nuestro acuerdo. Estaremos casados por un año.

Jade casi se atraganta.

—¡¿UN AÑO?!

—Así es.

—¡Esto es un chiste!

Rohan ignoró su exasperación y continuó.

—Después de un año, podemos divorciarnos y cada uno sigue con su vida.

Jade respiró profundo.

—No.

—Sí.

—¡No voy a quedarme casada contigo!

—No tienes opción.

Jade sintió que su cabeza explotaba.

—¡Dame una razón válida para aceptar esto!

Rohan la miró directo a los ojos y dijo con calma:

—Porque si no lo haces, haré que tu vida sea un infierno.

Jade se quedó helada.

Rohan sonrió, satisfecho.

—Bienvenida a nuestro matrimonio, esposa.




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